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Escenas de hiper vice

Acto Primero: La ex Presidenta Cristina Fernández delega en Alberto Fernández el sitial de candidato presidencial para rebajarse a acompañarlo como candidata a vicepresidente. (Interpretación: CFK ya no es la misma, es abuela, quiere dedicarse a su hija enferma, delega el poder en quien renunció ante la radicalización del populismo, “regresa como una leona herbívora”).

Acto Segundo: Triunfo arrollador en las P.A.SO. luego de una campaña en donde CFK no participó prácticamente (Interpretación: Cristina no va a intervenir en el Gobierno, va a dejar a Alberto hacer, Alberto Fernández no tiene más remedio que seguir dependiendo del FMI, Alberto puede ser el Menem que está esperando el establishment, Calvo desde NY auguraba que el triunfo del peronismo iba a permitir hacer las reformas pendientes).
Acto Tercero: Triunfo en primera vuelta del tándem AF/CFK. El escenario de la victoria está organizado para demostrar que CFK es quien detenta el poder. Deterioro creciente de la imagen de autonomía de AF. Trascendidos de nombramientos, de discusiones, de desnombramientos, ninguneos varios. Cristinización progresiva de Alberto.
Y así llegamos al “día de furia” de CFK durante el juicio que se le sigue por la causa Hotelsur. Con la Cristina de siempre. Colocándose más allá de todo. “La Historia ya me juzgó”, “Ustedes son los que van a tener que responder las preguntas”.
Y todos los analistas recalculando. La pregunta es si también los que votaron a CFK están recalculando. La jugada de CFK de entronizar a AF como su candidato a Presidente fue definida en esta columna como “Caballo de Troya Transparente”. Porque estaba destinada a contrabandear en la fórmula a CFK, pero que con una estratagema obvia.
Sin embargo, el “Caballo de Troya” funcionó: los peronistas (y muchos analistas) quisieron creer que CFK había cambiado, o los peronistas encontraron una excusa para unificarse y llegar al poder. Frente a la vuelta a la normalidad, con CFK siendo la misma de siempre, hasta ahora asistimos al verticalismo peronista clásico No hay disputas por el liderazgo. Hasta nuevo aviso, este es de CFK.
¿Y qué significa esto? Por lo pronto, en el plano internacional quedan inhibidas ciertas decisiones y alineamientos “market friendly”, lo que obliga al gobierno de AF a “vivir” del comercio internacional, tratar de mantener un dólar recontra alto, acuerdo de precios y salarios, hacer del “cepito” un verdadero Alcatraz para que no se evaporen los pesos convirtiéndose en dólares, y tratar de que se reactive el crecimiento sin que este demande muchas importaciones. O sea, todo lo que se hace en una economía en la que van a seguir escaseando dólares.
Un esquema que puede funcionar por un tiempo (discutiendo los economistas solo cuanto puede durar ese “tiempo”). A partir de allí, es una incógnita si el gobierno intentará volver a los mercados o un camino de radicalización populista (lo que implicaría forzar una hegemonía que en la Argentina nunca pudo ser implementada siquiera por los militares, y a la que tempranamente ya se le enfrentó la reacción preventiva de la 9 de Julio de Mauricio Macri).
También la falta de alternativas que le den oxígeno externo a la economía obliga a un Alberto sin margen para la autonomía a acercarse conceptual, simbólica y gestualmente a CFK. Si las cosas mejoran, podrá ir ganando margen de actuación. Pero si las cosas empeoran, todas las monedas comenzarán a arrojarse al aire.
Frente a este escenario, la oposición ha dejado de lado por un momento su propia disputa por el liderazgo ante la expectativa de que se abra un ciclo más corto del esperado. Si es CFK la detentadora del poder, entonces Mauricio Macri es quien simbólicamente aparece como la figura opositora más importante para enfrentarla.
Y así como la economía entró en una inestabilidad crítica cuando el triunfo peronista apareció como inevitable, hoy el gobierno de CAMBIEMOS disfruta de la estabilidad producida por el ingreso de dólares de los exportadores que temen que el peronismo en el poder le imponga más retenciones y trabas. Permitiendo de esta manera, la primera entrega de gobierno de un Presidente no peronista a uno peronista en tiempo y forma.
La posta de los problemas argentinos, sin un estallido previo, a los herederos de Perón, y con una necesidad de cohabitación entre presidente delegado, y vicepresidenta líder, abre sin lugar a dudas un escenario inédito. Estamos a pocas horas de que este comience a hacerse realidad gubernativa. Vermouth con papas fritas, good show!
Luis Tonelli