El mercado ya traza escenarios con un recorte en los cupones
El mercado ya comenzó a trazar escenarios de reestructuración de deuda, que los operadores imaginan no tendrá quita en el monto nominal pero sí en los cupones, lo cual implicará un "haircut" implícito de hasta 67% si se canjean los bonos actuales por los nuevos que tenga que emitir la próxima administración.
Así se desprende de un informe elaborado por la consultora LCG en el que analiza la pérdida que sufrirán los acreedores de títulos ante las necesidades de financiamiento inmanejables que se avecinan para los años que vienen, con un nuevo Gobierno.
Para la firma, habrá un alargamiento de plazos y una reducción en los cupones, de manera de aliviar la abultada carga de intereses. "El país no puede pagar cupones del 7% cuando la economía está estancada hace 10 años y no hay perspectivas de crecimiento en el corto plazo", advierte el reporte.
LCG plantea un ejercicio en donde la próxima gestión ofrece tres bonos: uno a diez años con cupón del 2,5%, otro a 20 años con cupón de 4% y otro de 30 años con un 4% los primeros diez años y del 5,5% los últimos 20.
De esta manera, de los US$63.700 millones que vencen el año que viene entre capital e intereses (14% del PBI), se pasaría a US$29.900 millones, con un ahorro fiscal de 1,9 puntos del PBI desde el 3,6% previsto al 1,7% con reperfilamiento.
Todo este proceso traerá aparejada una quita implícita para los tenedores de bonos. Por ejemplo, para los que vencen en 2021, 2026 y 2046 -emitidos por esta gestión para pagarle a los fondos buitre- el "haircut" llegará al 65%, 58% y 46%, respectivamente, en caso de que acepten el canje por el nuevo título a 20 años y cupón de 3,5%, el cual saldría al mercado con una tasa de descuento del 14%, similar a la de Grecia cuando salió del default. Y si reciben el de 30 años, la quita se extiende hasta el 67%.
Por el contrario, LCG supone que al canjearlo por los bonos a diez años y cupón de 2,5% la quita será mucho menor: 22% para el AA21, 8% para el AA26 y mejora del 18% para el AA46.
Con todo, el flujo original de intereses hasta el 2050 que sumaba US$251.400 millones, mediante una reestructuración bajaría a US$196.300 millones, una disminución equivalente a US$55.100 millones o 13,4% del PBI, "bastante menor al alcanzado por Grecia a partir de la reestructuración de su deuda en 2012: por encima del 50% del PBI dependiendo de la tasa de descuento empleada", estimó la consultora.
El rol del FMI
LCG presupone que en paralelo a la reestructuración de deuda, se acordará con el Fondo Monetario Internacional una extensión de los plazos de devolución del crédito stand by por uno de facilidades extendidas.
En ese sentido, un informe de Bull Market Brokers vaticina que el organismo multilateral exigirá una quita en la renegociación con los acreedores privados, pero que "en todos los escenarios no será mayor al 35%", es decir que según su visión se ubicará por debajo del haircut implícito calculado por LCG.
"Tanto la quita del 35% tope como el canje, no está en los precios de mercado, y eso impacta positivamente al inicio, pero luego la negociación con los participantes lleva a postergaciones y la imposibilidad de pagar los primeros vencimientos de 2020 a tiempo con una propuesta de canje ya en marcha. Los bancos piden negociar uno por uno los bonos, y eso requerirá de todo un 2020 sin poder cobrar renta", consideró Bull Market.
Así se desprende de un informe elaborado por la consultora LCG en el que analiza la pérdida que sufrirán los acreedores de títulos ante las necesidades de financiamiento inmanejables que se avecinan para los años que vienen, con un nuevo Gobierno.
Para la firma, habrá un alargamiento de plazos y una reducción en los cupones, de manera de aliviar la abultada carga de intereses. "El país no puede pagar cupones del 7% cuando la economía está estancada hace 10 años y no hay perspectivas de crecimiento en el corto plazo", advierte el reporte.
LCG plantea un ejercicio en donde la próxima gestión ofrece tres bonos: uno a diez años con cupón del 2,5%, otro a 20 años con cupón de 4% y otro de 30 años con un 4% los primeros diez años y del 5,5% los últimos 20.
De esta manera, de los US$63.700 millones que vencen el año que viene entre capital e intereses (14% del PBI), se pasaría a US$29.900 millones, con un ahorro fiscal de 1,9 puntos del PBI desde el 3,6% previsto al 1,7% con reperfilamiento.
Todo este proceso traerá aparejada una quita implícita para los tenedores de bonos. Por ejemplo, para los que vencen en 2021, 2026 y 2046 -emitidos por esta gestión para pagarle a los fondos buitre- el "haircut" llegará al 65%, 58% y 46%, respectivamente, en caso de que acepten el canje por el nuevo título a 20 años y cupón de 3,5%, el cual saldría al mercado con una tasa de descuento del 14%, similar a la de Grecia cuando salió del default. Y si reciben el de 30 años, la quita se extiende hasta el 67%.
Por el contrario, LCG supone que al canjearlo por los bonos a diez años y cupón de 2,5% la quita será mucho menor: 22% para el AA21, 8% para el AA26 y mejora del 18% para el AA46.
Con todo, el flujo original de intereses hasta el 2050 que sumaba US$251.400 millones, mediante una reestructuración bajaría a US$196.300 millones, una disminución equivalente a US$55.100 millones o 13,4% del PBI, "bastante menor al alcanzado por Grecia a partir de la reestructuración de su deuda en 2012: por encima del 50% del PBI dependiendo de la tasa de descuento empleada", estimó la consultora.
El rol del FMI
LCG presupone que en paralelo a la reestructuración de deuda, se acordará con el Fondo Monetario Internacional una extensión de los plazos de devolución del crédito stand by por uno de facilidades extendidas.
En ese sentido, un informe de Bull Market Brokers vaticina que el organismo multilateral exigirá una quita en la renegociación con los acreedores privados, pero que "en todos los escenarios no será mayor al 35%", es decir que según su visión se ubicará por debajo del haircut implícito calculado por LCG.
"Tanto la quita del 35% tope como el canje, no está en los precios de mercado, y eso impacta positivamente al inicio, pero luego la negociación con los participantes lleva a postergaciones y la imposibilidad de pagar los primeros vencimientos de 2020 a tiempo con una propuesta de canje ya en marcha. Los bancos piden negociar uno por uno los bonos, y eso requerirá de todo un 2020 sin poder cobrar renta", consideró Bull Market.
bae