Las fronteras de los estados en el tiempo resultan
siempre mutantes, temporales y circunstanciales así nos lo demuestra
la historia y valga como ejemplo Europa cuya geografía-política a
través de los siglos fue conformándose y cambiando por diferentes
motivos: motivos familiares o por matrimonios monárquicos, por medio
de acuerdos económicos-comerciales (valga como ejemplo en América,
Alaska) o mediante la conquista militar. Pero siempre el perdidoso
previamente venia sufriendo crisis familiares en el caso de las
monarquías o por crisis económicas y/o políticas, que luego
circunstancias particulares motivaban y permitían ser aprovechadas
por vecinos codiciosos de territorios, de riquezas o fundando en
razones o cuestiones étnicas.
¿Por qué este comienzo a nuestra nota? La
Argentina en sus breves 200 años de historia ya experimento estos
acontecimientos, valga como ejemplos, perdimos la Banda Oriental
(Uruguay) si bien en lo militar fuimos ganadores pero por espurios
acuerdos diplomáticos- políticos perdimos Uruguay, por desidia y
luchas intestinas perdimos el Alto Perú, por incapacidad militar
perdimos Paraguay, gracias a la pericia militar, política y
diplomática del más grande de los estadistas que tuvimos los
argentinos el General Julio Argentino Roca conservamos la Patagonia,
que luego por desidia perdimos la Isla Navarino, no queremos abundar
en ejemplos, pero si fijar y establecer muy bien que las fronteras
de los estados son mutantes.
Ahora bien, venimos de una decadencia
ininterrumpida desde el 6 de septiembre de 1930 cuando rompimos el
orden constitucional y comenzamos con este ronda de gobiernos
militares y civiles que se fueron alternando ininterrumpidamente con
dictaduras militares, gobiernos civiles débiles e ineptos y
gobiernos que se declaman democráticos pero que lo son solamente en
su fachada ya que son autoritarios, populistas que solo intentan
perpetuarse en el poder, pero si todos tienen un común denominador:
dejaron a la economía a la buena de Dios, generando así más pobres
y si concentrando cada vez mas la riqueza en unos pocos.
Ahora bien nos encontramos que este sistema entro
en crisis, hoy enfrentamos una polarización política en la que
ninguna de las dos opciones ofrece planes de gobierno que den
soluciones a la crisis económica-social, de desocupación, de
pobreza, de quiebras de empresas, de desatención a la educación, a
la salud y a la seguridad, que ninguna de las dos puede ofrecer como
ejemplo un buen gobierno, nos endeudamos con el exterior por dos
generaciones, fugamos al exterior nuestros ahorros en sumas
colosales, ninguno de los candidatos a gobernarnos puede hacer gala
de honradez en el manejo de la hacienda publica, en definitiva lo
único que pueden ofrecer es lo malo que es el otro, sin advertir
que ellos son tan malos como el otro.
Queremos planes de gobierno bien explicitados,
debatidos y consensuados para evaluarlos y poder decidir a quien
votamos o de lo contrario solo nos queda el repudio a estos políticos
con el voto en blanco. Pero el voto en blanco es la mayor de las
decepciones ya que solo es el reflejo del fracaso.
Una vez más advertimos ¡cuidado! somos un país
desunido, enfrentados entre nosotros, quebrados económicamente,
moralmente, y espiritualmente, no tenemos un objetivo nacional,
perdimos el sentimiento de Patria, carecemos de fuerzas armadas
preparadas, son tan insuficientes que ni siquiera pueden defender a
una provincia fronteriza, estamos en un estado de indefensión total
en cuanto a equipamiento militar, si nos comparamos con nuestros
vecinos la diferencia es abismal.
Pero para cerrar el circulo somos el segundo país
más extenso de Sud-América, somos el octavo país en extensión
territorial del mundo, tenemos la llanura más grande y fértil del
mundo, somos inmensamente ricos en reservas de petróleo, gas y litio
a nivel mundial, tenemos uno de los litorales marítimos mas ricos
del mundo , tenemos todos los climas que nos permiten ser
productores de infinita variedad de productos, tenemos inmensos
reservorios de agua, somos pocos habitantes por Km. cuadrados y
finalmente tenemos una mano de obra altamente calificada, y
profesionales reconocidos por su capacidad que son disputados por los
países más desarrollados.
Finalmente ¿Argentinos que estamos esperando?
Estamos ante el gran dilema que como nos presenta William Shakespeare
en su obra de teatro Hamlet, el príncipe de Dinamarca, Hamlet queda
devastado con la muerte de su padre el Rey de Dinamarca en su famoso
monologo sitúa su contexto existencial sobre la vida y la muerte,
ahora bien nosotros estamos ante la gran disyuntiva en continuar con
nuestra decadente existencia o como el ave Fénix resucitar de las
ceniza y comenzar a nuevamente a ser respetada como Nación. En
nosotros esta la respuesta.
Diego Lo Tártaro Presidente de IADER