https://mail.google.com/mail/u/0/?ui=2&ik=3ab76eea9c&view=att&th=1648a6d4d6c2fa40&attid=0.1&disp=safe&zw
BYMADATA - Cotizaciones en Tiempo Real | BYMA Bolsas y Mercados Argentinos

Prometedora oportunidad de inversión en Chile

Vendría de la mano de la apreciación del cobre.
Hace poco más de un año muchos argentinos hacían filas en los shoppings y las casas de electrodomésticos de Santiago de Chile para traerse ropa, artículos de electrónica y televisores LED a bajo costo. Por vía terrestre o aérea salían el viernes a la noche, hacían dos jornadas de intenso shopping en Santiago y volvían el domingo con los bolsos repletos. ¿Te acordás de las fotos en las que aparece el rabino Bergman llevando dos televisores LED 55’’ en el carrito del aeropuerto de Santiago? Bueno, son de esa época.

La invasión consumista argentina en Chile se generó porque, por aquel entonces, era más barato pagar el combo traslado-estadía-bienes que conseguir los mismos artículos en las tiendas argentinas. De hecho, hubo gente que revendía la mercadería que traía, en una suerte de emprendimiento personal.

Hoy eso es cosa del pasado. Con la devaluación de 2018, gran parte de los productos que se pueden comprar en el país trasandino dejaron de estar baratos frente a los que conseguimos localmente.

Y parece que va a pasar un largo tiempo hasta que vuelva a ser beneficiosa esta actividad.

¿Por qué te digo esto?

Porque, por el lado local, el año eleccionario en Argentina hace que la dolarización de portafolios sea un hecho prácticamente ineludible. Más aun en estos tiempos en los que el oficialismo parece estar perdiendo terreno en las encuestas, y la amenaza de la vuelta de un gobierno populista está latente. Si a la incertidumbre electoral le sumamos la elevada inflación y los persistentes desequilibrios fiscal y de cuenta corriente, tenemos varios frentes que impulsarían la demanda de dólares.

En cambio, la oferta de dólares estaría abastecida por la cosecha récord del campo, los desembolsos del FMI, el turismo receptivo y el ingreso de fondos para inversiones financieras producto de la política laxa de la Reserva Federal. Más allá de esta significativa afluencia de divisas, la intención oficial (y del Fondo) es que el dólar no se atrase. Por lo menos, quieren que el tipo de cambio se mueva al ritmo de la inflación. Para eso, el Banco Central ahora interviene indirectamente en el tipo de cambio moviendo la tasa de las Leliq. Y el Tesoro intervendrá en el mercado de cambios en dosis cuando lleguen y venda los dólares del FMI.

Por el lado chileno, reina la calma y la estabilidad económica. A diferencia del caso argentino, se espera que Chile crezca entre el 3 y 4 por ciento este año y que la inflación sea de apenas un 3,5 por ciento. Prácticamente 10 veces menos de lo que se espera para Argentina.

Si analizamos los gráficos del cobre y el peso chileno, parecerían indicarnos que vendría una fuerte apreciación de la moneda como consecuencia de un nuevo boom del metal industrial. 
A puro metalEn los últimos meses, la Reserva Federal dio un giro de 180 grados en su política de tasas. La autoridad monetaria de los Estados Unidos viró desde una postura agresiva y austera hacia una más dócil y gradual, para frenar la caída en picada de las acciones en el mundo e inducir la reversión al alza de la renta variable.

Como resultado, los rendimientos de los bonos norteamericanos se derrumbaron. “Recalculando” el destino de sus fondos, los inversores migraron el capital desde los bonos de los Estados Unidos hacia los commodities y los países emergentes. Se produjeron pronunciados rallies en las monedas locales, el oro, la plata, el paladio, el petróleo y los metales industriales.

Uno de los metales industriales que más estuvo subiendo y cuenta con mayor proyección para continuar al alza es el cobre:


Si analizamos técnicamente el gráfico, vemos que el precio del cobre corrigió un 62 por ciento la suba bianual iniciada a comienzos de 2016. Actualmente en los 2,90 dólares por libra, la cotización del metal industrial habría dado inicio a una nueva pierna alcista que lo llevaría en el mediano plazo hasta los 4 dólares.

Cerca del 40 por ciento de las exportaciones chilenas corresponden a las ventas de cobre y sus derivados. Un aumento del cobre de esa magnitud daría un fuerte impulso a las exportaciones chilenas. Miles de millones de dólares más ingresarían al país trasandino y apreciarían el peso chileno.

De hecho, eso pasó en las últimas semanas. Al mismo tiempo que el metal industrial subió desde los 2,55 hasta los 2,90 dólares por libra, el dólar en Chile cayó de 700 a 650 pesos.

El gráfico de la cotización del dólar en Chile nos indica una figura confirmada de “triple techo” en los 700 pesos. Esto significa que el tipo de cambio en el país trasandino tocó un valor máximo y ahora se dispone a bajar hasta los 600 pesos. La depreciación del peso chileno iniciada hace un año habría llegado a su fin.


A raíz de todo esto, los productos chilenos se volverían más caros para los argentinos.

En sintoníaLas acciones chilenas también parecen moverse al compás del cobre y del peso chileno. El ETF de Ishares que sigue el índice de acciones MSCI Chile (ECH:NYSE) acaba de retomar la senda alcista después de haber recortado el 62 por ciento de la suba anterior. Cotizando a 46 dólares, el ECH proyecta una suba del casi el 50 por ciento hasta los 68 dólares.


Las estimaciones nos indican una apreciación del peso chileno y un tipo de cambio real alto en Argentina.

Un cóctel explosivo para todos los proyectos de compra y reventa de mercadería chilena en Argentina. Por lo pronto, a aquellos que pensaban hacerlo, les sugiero plantearse la idea de invertir en mineras de cobre y en las acciones chilenas.

Hasta la semana que viene.

Bruno Perinelli

Para CONTRAECONOMÍA