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El error que acecha a todos los inversores

No hay garantías de que la estrategia de “comprar y mantener”promovida por Wall Street funcione.
Wow... El Dow tuvo muy buenos días a principios de año.

Los analistas explicaron la racha alcista basada en un mercado laboral fuerte y una Fed que se mostró más calma para subir las tasas.

La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) dijo que en diciembre de 2018 se habían creado el doble de empleos de lo esperado. Y el presidente de la Fed dijo que no tenía prisa por volver a la normalidad las tasas de interés. 
Nunca normal
Aquí, en Contraeconomía, no confiamos ni en los funcionarios ni en sus números.

El año pasado, por ejemplo, un colega mío, Joe Withrow, publicó un informe. Mostró que las cifras económicas oficiales de la última década habían tergiversado la salud económica del país. Sus números mostraron una recuperación, aunque débil, en todas las regiones de Estados Unidos.

Pero después de conducir a través del corazón del país, dudamos que fuera verdad. Y los números que manejamos nosotros confirman que más del 70% de los condados de Estados Unidos están peor que hace 10 años.

Los informes de empleos de la Oficina de Estadísticas Laborales ocultan más de lo que muestran. Y lo que sospechamos es que un mayor análisis, revisión e inspección, revelarán que no tienen sentido.

Pero mientras el BLS miente, la Fed simplemente se disuelve.

La Fed nunca iba a normalizar las tasas de interés como una cuestión de principio. Solo lo haría por conveniencia. Y cuando el mercado de valores comienza a recibir sacudidas, el aumento de las tasas, por muy sensible, urgente o necesario que sea, se vuelve inconveniente.

En Bloomberg explican:

Hace tres semanas, fue posible que Jerome Powell se refiriera los acontecimientos en los mercados financieros como “un poco de volatilidad. Luego llegaron los últimos 10 días de diciembre.

Aparentemente, eso fue suficiente para llamar la atención del presidente de la Reserva Federal, cuyos pronunciamientos recientes se combinaron con el mejor informe de empleo en 10 meses para enviar a las acciones nuevamente al modo de recuperación.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, se comprometió a ser paciente con cualquier alza futura en las tasas de interés...


En otras palabras, la Reserva Federal está lista para bajar las tasas tan pronto como pueda hacerlo sin que parezca que cede ante el Sr. Trump.

Con rumbo a Japón
Tanto la Fed como el presidente todavía sostienen la espalda de los inversores. O eso piensan los apostadores.

Y también creemos que tanto Trump como Powell harán todo lo posible por salvar este mercado. Ambos tienen su reputación, poder, estatus... y en el caso del presidente, una fortuna personal... en la línea.

Ambos están comprometidos a evitar un baño de sangre en los mercados porque la sangre salpicará inevitablemente sus propias camisas blancas.

Pero, ¿qué pueden hacer ellos? Si los políticos realmente pudieran prevenir los mercados bajistas y las crisis de deuda, ¿por qué los existen?

Y, más específicamente, ¿qué pasa en Japón?

Puede que no nos guste la dirección que tomó la economía japonesa, pero sospechamos que también podríamos ir allí.

Su economía y su mercado de valores prosperaron en los años ochenta. Japan, Inc. era la envidia del mundo. Los métodos de gestión japoneses estaban de moda. Los inversionistas japoneses estaban comprando edificios emblemáticos, como el Rockefeller Center en Nueva York. Y el Índice Nikkei 225 llegó a 39.000 puntos en 1989.

Pero eso fue todo. Japón se estrelló a partir de enero de 1990. Y nunca se pudo volver a recuperar.

El banco central japonés inventó la flexibilización cuantitativa (comprar deuda) para bajar las tasas de interés. La tasa de interés clave ha estado por debajo de cero durante los últimos tres años.

Y cuando eso no fue suficiente, el Banco de Japón también comenzó a comprar acciones. Ahora, el banco central de Japón posee casi el 78% del mercado de ETFs en Tokio.

También en el frente fiscal, los japoneses estaban muy por delante de nosotros. El primer ministro, Shinzo Abe, le dio a la economía un programa de “tres flechas”: estímulo fiscal, estímulo monetario y reforma estructural.

El estímulo monetario, como vimos anteriormente, fue impresionante. Y el estímulo fiscal, el déficit, fue tan agresivo que llevó a la deuda del gobierno japonés a un récord mundial de 236% del PIB. La reforma estructural nunca llegó a ninguna parte... y nadie sabía de qué se trataba.

Pero nada de eso funcionó. Como dijimos antes, las acciones japonesas siguen abajo casi un 50%, 30 años después. Si ocurriera lo mismo en los EE. UU., ¡El Dow caería a 12,000 y se quedaría allí hasta 2049!

Gran pérdida
Sí, estimado lector, no hay garantías de que la estrategia de “comprar y mantener” promovida por Wall Street funcione.

Los economistas y políticos de Japón sacaron las armas más grandes que pudieron encontrar. Ellos dispararon con todo. Pero no pudieron vencer al Sr. Mercado Japonés.

Quería bajar y quedarse abajo. Y eso es lo que hizo. Y no nos sorprendería si el Sr. Mercado Estadounidense hiciera lo mismo.

Pero espera... No sabemos el futuro. Solo estamos adivinando.

Todo lo que realmente sabemos es que, para la mayoría de las personas, evitar la Gran Pérdida es esencial. Es la gran pérdida que condena a los inversores. Pocos pueden recuperarse.

Y aquí hay algo en lo que pensar: ya que no sabemos de qué manera irá el Sr. Mercado, y que las posibilidaddes están abiertas, ¿Qué debes hacer?

¡Vender!

Primero, porque evitarás la gran pérdida que podría sufrir si no lo haces. Y segundo, porque un dólar perdido vale más que un dólar ganado. Esa es la idea de la “utilidad marginal decreciente”.

El primer dólar es de vital importancia. Necesitas comer para sobrevivir. Y necesitas unos cuantos dólares para pagar la comida.

Pero ¿qué pasa cuando ya tienes millones? Usted gana unos cuantos dólares más; ¿a quién le importa? No comes más, no te mudas a una casa más grande. Ya tienes el coche que quieres. Más dólares tienen cero efectos en tu vida.

Cada dólar que se gana tiene cada vez menos utilidad, es decir, vale menos que el anterior, cuando se trata de la calidad de su vida.

Lógicamente, entonces, el dólar que puede perder en una crisis del mercado será más valioso para usted que el dólar que podría ganar al quedarse.

Cuando estás en un mercado alcista, “comprar el recorte” es la fórmula ganadora. Pero en un mercado bajista (o uno que amenaza con convertirse en un mercado bajista), “vender el rebote” es lo que funciona.

A principios de enero las acciones rebotaban. Hay que salir mientras se pueda.

Saludos,

Bill Bonner

Para CONTRAECONOMÍA