El flamante presidente habría aprendido del fracaso argentino |
Un ex – militar de derecha llamado Jair Bolsonaro, oriundo de San Pablo, ha sido electo presidente de Brasil esta semana. La noticia ha levantado muchísimo revuelo, ya que, además de haber emitido polémicas declaraciones sobre múltiples temas candentes en varias oportunidades, representa una inapelable vuelta de página en el gigante sudamericano, y otro capítulo más en la “des-socialización” del continente. En esta nota te voy a explicar el porqué de este fenómeno, qué esperar a futuro, y el posible impacto en nuestro país. Comencemos... ¿Quiénes votaron a Bolsonaro? En primer lugar, y con el objetivo de entender por qué Bolsonaro se impuso en las urnas, es prudente revisar los datos del electorado brasileño, a fin de poder extraer algunas conclusiones según variables socio-económicas. Mirando los datos, a simple vista ya se puede advertir que existen algunas tendencias ó hechos estilizados bastante marcados. 1. Bolsonaro ganó con el voto de las clases más pudientes Esto se ve claramente cuando uno advierte que el candidato de derecha ganó en las 10 ciudades más ricas de Brasil. EJ: Niteroi, Florianópolis, Santos. De hecho, no solo ganó en dichos distritos, sino que en muchas de ellas directamente aplastó a Haddad, logrando hasta ocho veces más votos. Por el contrario, Haddad se impuso, en cambio, en 9 de las 10 ciudades más pobres. En resumen, Bolsonaro sacó 66% votos entre personas rentas medias o altas 2. Bolsonaro fue votado principalmente por blancos. Al igual que con el punto anterior, acá la tendencia se ve de manera clara. En función de datos oficiales de Datafloha, Bolsonaro ha recibido más del doble de votos (68%) que Haddad (32%) entre los blancos. Este punto está ligado al anterior, ya que, en Brasil, generalmente los distritos más ricos tienen prevalencia de blancos. Claramente no porque los blancos sean intrínsecamente más aptos para generar riqueza, sino por el devenir histórico de Brasil, con antecedentes de esclavismo, que han dejado huella en la conformación sociodemográfica de dicho país. ¿Por qué votaron a Bolsonaro? En mi opinión, los motivos son muy claros. La economía de Brasil está pasando por un momento de penuria, ya que se encuentra lateralizando desde hace casi una década. En concreto, el crecimiento acumulado del PIB entre 2011 y 2018 es del 0% (2018 estimado). Una tragedia absoluta, sobre todo cuando el crecimiento económico promedio de la región (quitando de la muestra a Argentina, Venezuela y al mismo Brasil) durante ese entonces ha sido del 27%. O sea, mientras el resto de la región se hizo un 27% más rica, Brasil permaneció estancada. Brillante performance relativa. Si a esto le sumamos el hecho de que el crecimiento poblacional brasileño es 0,8% anual, entonces las conclusiones son aún más drásticas. Hoy el brasileño promedio es 6% más pobre que en 2011. El asunto es que eso “no son sólo números”. El hecho de ser cada día más pobres conlleva una sensación de pesimismo generalizado, de que cada vez es más difícil vivir. Para bajarlo un poco más a la realidad, el derrotero negativo del PIB implica, entre otras cosas, un salario real en caída, una tasa de desempleo del orden del 12%, y, por ejemplo, niveles de inseguridad en algunas ciudades como Río de Janeiro que no se veían en mucho tiempo. Si a esto le sumamos los mega-escándalos de corrupción y la indefectible inestabilidad institucional (coimas de Odebrecht, el Impeachment de Dilma, etc), entonces creo podemos entender un poco el mindset del brasileño promedio, cuya paciencia colapsada lo ha empujado a –al menos- intentar con un nuevo tipo de candidato. Fue por esto que se ha roto la racha de 16 años con el PT al frente del país. |
¿Qué hará Bolsonaro? En sus primeras declaraciones, el flamante presidente electo dio claras señales de su agenda económica y política, entre las cuales se encontrarían las siguientes acciones: 1.Designación como Ministro de Economía a Paulo Guedes, un “Chicago Boy”, de ideología liberal. Parece será una especie de “superminstro”; 2.Rápido recorte del déficit fiscal: hoy el rojo fiscal llega a 7% PIB, una cifra altísima. El plan es bajar el gasto, sin subir impuestos (que ya son altísimos, 33% del PIB); Algunos de los ejes de este recorte vendrán dados por: 3.Una reforma del sistema previsional: Se pretende revisar de manera exhaustiva el sistema de pensiones, El gran factor detrás de las apretadas cuentas públicas, 4.Un plan de privatizaciones + cambios en Petrobras: Hoy, también una parte del déficit y los elevados impuestos tiene que ver con empresas públicas. No está claro con cuales, pero se privatizarían al menos algunas. Por su parte, habría cambios en el directorio de Petrobrás, donde asumiría una persona de confianza de Jair Bolsonaro. Adicionalmente, se contempla una reducción en el número de ministerios: pasarán de 29 a 19. 5.Cambio de paradigma en las relaciones internacionales: Esto incluye al distanciamiento de cuestiones del tipo “Foro de San Pablo”, o sea, de rituales y foros vinculados a lo que él ve como “la izquierda”, tanto a nivel local como internacional; pero también a los principales aliados políticos, que en esta nueva etapa parecería serán Chile (a nivel regional) y USA e Israel (a nivel internacional). Todos países, obviamente, bastante lejos de la izquierda. 6.Mayor apertura de la economía: Saliendo del paradigma proteccionista y decadente del Mercosur, Guedes buscara cerrar acuerdos bilaterales de libre comercio, a la “Chile”. Paralelismos y diferencias con el caso argentino Luego de repasar por encima la situación actual de Brasil y los principales puntos del plan de Bolsonaro para revertirla, creo queda claro el paralelismo con la Argentina de fines de 2015. Recordemos que, al momento del triunfo de Macri, el PJ (partido de los “trabajadores”, análogo al PT de Brasil) venía de más de una década de al frente del país, situación también similar a la de nuestro vecino. De hecho, en gran medida, ese apoyo ininterrumpido a dichos partidos tiene origen en el hecho de que ambos se han llevado los laureles del importante crecimiento económico durante la década anterior, que en los dos casos fue casi totalmente explicado por una coyuntura internacional que “les llovió”. O sea, ambos partidos capitalizaron políticamente el viento a favor proveniente del frente externo. Por otro lado, como ya sabemos, ambos países han presentado serias dificultades para crecer desde 2011, dado el agotamiento del caduco modelo económico. De hecho, ninguno de los dos creció desde entonces. Ante esa situación, el electorado optó por la opción de la vereda de enfrente. La gran diferencia es que, en un contexto de urgencia fiscal similar, Bolsonaro parece adoptará –en materia económica- el camino que sin duda Macri debió haber tomado a principios de 2016, inmediatamente luego de hacerse del bastón presidencial. En concreto, como podrás apreciar, Bolsonaro y su equipo económico irían por el camino del shock, la otra opción que Macri tenía sobre la mesa y no eligió. A la luz de los hechos, creo el actual fracaso del gradualismo local, implementado sobre condiciones similares, ha sido uno de los motivos por los cuáles el núcleo del plan Bolsonaro es el shock. Hemos sido una especie de conejillos de indias. ¿Cómo nos afecta? Bolsonaro ve a Argentina como un caso de fracaso, y a Macri, en particular, como a un dirigente de centro izquierda. Justamente, somos todo lo que quiere evitar siga ocurriendo en territorio brasileño. Entonces, como te adelanté recién, entiendo iremos viendo un paulatino alejamiento en la relación comercial con Argentina, y un acercamiento a países con los cuáles Brasil entienda podrían ser beneficiosos en términos comerciales. Como consecuencia, creo peligran a mediano plazo acuerdos como los que firmamos para el sector automotriz con Brasil; acuerdos truncos y cuasi-proteccionistas que no le sirven a nadie. Entiendo algunos empresarios locales del sector estarán algo preocupados. Por otro lado, se incrementan las chances de que finalmente se construya el Corredor Bioceánico (desde Santos hasta Chile), que mejoraría la conectividad regional sobremanera. Pero el punto más importante es que Brasil tendría en agenda un plan para deshacerse de las viejas ataduras que le impiden prosperar. En mi opinión, si se ejecuta algo similar a lo planeado, entonces finalmente podremos ver despegar a Brasil, a mediano plazo. Esto nos beneficiaría a todos. Reflexión final Para concluir, Bolsonaro, más allá de sus lamentables declaraciones sobre temas civiles, ha entendido que el enorme potencial de su país está inhibido por el desbordamiento fiscal que actualmente ahoga a su economía, que no es más que un síntoma de metástasis socialista en materia económica. Para acabar con el socialismo y finalmente conseguir el anhelado “orden y progreso”, no hay ni debería haber tiempo para perder con experimentos graduales. Deberíamos aprender: era shock, no gradualismo. Hasta la semana próxima, Juan I. Fernández Para CONTRAECONOMÍA |