El aluvión de hechos de corrupción que se vienen
denunciando e investigando sin duda nos lleva a preguntarnos:
¿Comenzamos a destapar el gran basural que es el
estado argentino? ¿Irán a la cárcel quienes nos vienen
expoliando desde hace décadas? ¿Se llegara hasta el hueso? ¿Se
recuperara parte del latrocinio que permitió rápidas e inmensas
fortunas? ¿Esto ocurrirá en tiempo y forma? y finalmente ¿Cómo
el ave Fénix lograremos resucitar de las cenizas?
Grandes son los peligros que amenazan tanto a las causas como a los
jueces, fiscales y periodistas que conducen estas investigaciones de
corrupción, porque los hombres y empresas involucrados, denunciados
e investigados que se declaran arrepentidos permanecen en libertad,
tienen un poder de fuego ilimitado, en libertad este poder se
multiplica, son muy inteligentes, preparados, hábiles, poderosos en
relaciones y dinero, y un ultimo y común denominador los iguala su
carencia absoluta de escrúpulos, estas particularidades pueden hacer
naufragar los más nobles propósitos, esto nos indica que debemos
permanecer en permanente alerta.
Pero cuidado no limitemos la corrupción solamente
a la obra pública, ya que la misma es solo uno de los tentáculos
hoy visibles del virus infeccioso que corrompe al estado, otros como
los laboratorios, las obras sociales, las empresas de medicina
prepagas que tienen zona liberada con clientes cautivos y se mueven
como pez en el agua, y no pasemos por alto como fueron y son los
manejos en el Banco Central y las diferentes negociaciones y negocios
financieros en los que participa el estado directa o colateralmente,
que se concretaron y concretan tanto en el orden interno como en el
externo, estos quizás tenga alcances de mayor volumen dinerario que
los que se denuncian e investiga la justicia sobre la contratación
de la obra pública, si bien más limitando en cuanto al número de
operadores en juego, pero de mayor poder económico.
La corrupción generalizada alcanza a casi todas las áreas y
estamentos del estado argentino, que comprende al estado Nacional,
los Provinciales y Municipales en los tres poderes que lo conforman
Ejecutivo, Judicial y Legislativo, si a estos sumamos los
Sindicatos y sindicalistas, Cámaras Empresarias y empresarios,
arribamos a la conclusión que se conformo la mayor organización
delictiva que se conoce, esta conjunción del estado con las
organizaciones civiles para delinquir provocaron y provocan las
sucesivas crisis que nos condujeron al empobrecimiento generalizado,
a la conformación de grandes bolsones de pobreza, a la inflación
sin control, al desmesurado endeudamiento interno y externo, a
legiones de empresas quebradas a lo largo y ancho de todo el país,
al abandono a su suerte de las economías regionales y las pymes, a
la falta de educación, a la falta de seguridad, a la falta de salud,
a la división de nuestra sociedad, al desanimo de toda la sociedad
en su conjunto, en definitiva a la tremenda y frustrante sensación
del fracaso.
La crisis económica nos esta castigando con
dureza, nada se hace para ordenar y coordinar las diferentes
variables económicas que están descontroladas, porque se requiere
de una reestructuración seria profunda y moderna de la
administración del estado, de una total reforma tributaria y
laboral, esto no esta en los planes del gobierno, en consecuencia
mal podrá combatir la inflación, la pobreza y el descontrolado
endeudamiento que se va acrecentado día a día, es evidente que la
errada política del gradualismo acrecienta estos males, con ceguera
e indolencia estamos a las puertas de serios e incontrolables
conflictos sociales de insospechados resultados..
El gobierno niega la crisis, solo reconoce tormentas, niega que los
escándalos derivados de los cuadernos de coimas K afecten la imagen
del país ante los agentes económicos externos, en el mientras tanto
el dólar continua su carrera ascendente, las señales que emite el
gobierno son contrapuestas según sea el funcionario que las exprese,
el Jefe de Gabinete de Ministros con total candidez y suficiencia
niega que esta situación provoca el significativo aumento en el
riesgo país, el mismo lo atribuye a la incidencia de diversas
variables externas. Cierto es que no hay más ciego que el que no
quiere ver, pero aún más ciego es el que quiere convencer a los
demás que su ceguera no es tal sino muy por el contrario es el
resultado de su capacidad de ver más allá, y finalmente como si
esto fuera poco la ausencia de moral alcanzo a todos los niveles de
nuestra dirigencia, mientras tanto nosotros los ciudadanos reitero
con indolencia vivimos de espaldas a la realidad.
El Presidente debe asumir la responsabilidad que le compete y para la
cual quiso ser electo y lo fue con el voto mayoritario de la
ciudadanía, sin distinción de partidos hoy todos se lo estamos
demandando, el país esta al garete la ausencia del Capitán en el
puente de mando se hace evidente y ante cada golpe del vendaval esa
ausencia profundiza la crisis. La incertidumbre domina el escenario,
necesitamos de forma urgente y perentoria de la presencia y la
conducción del Capitán, este debe dirigirse al país y con total
franqueza exponer como y cuando afrontara la crisis, con su silencio
solo logra agravarla. Hoy ante tanta oscuridad solo se vislumbra
una pequeña luz esperanzadora en un selecto grupo de fiscales,
jueces y periodistas que con trabajo, inteligencia y por sobre todas
las cosas con valentía están tratando de que la verdad sobreviva ya
que y solo con la verdad prevaleceremos.
¡Fracasamos! ¡Fracasamos! ¡Fracasamos!. Argentinos, llegamos al
punto de inflexión, el país esta en emergencia, reaccionemos, esta
insoslayable realidad debe movernos a levantarnos y ponernos de pie,
a mantenernos unidos, a confiar la reconstrucción a los mejores y
más honestos, a deponer intereses particulares o sectoriales, a
desechar los núcleos duros que hoy confrontan pensando solo en las
elecciones del año próximo sin advertir que no sabemos como vamos a
llega a fin de año, asumamos con grandeza el desafió de recuperar
el lugar que en otros tiempos supimos ocupar, debemos recuperar la
autoestima, a pelear, en definitiva a trabajar en el sentido que con
sabiduría nos indicara Ortega y Gasset “¡Argentinos! ¡A las
cosas, a las cosas!
Diego Lo Tártaro Presidente de IADER.