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Buenas noticias para los inversores

Días atrás, la Comisión Nacional de Valores (“CNV”) de Argentina introdujo la figura del Agente Asesor Global de Inversiones (“AAGI”).
Hasta la creación de esta figura y su regulación, la actividad del Asesor Financiero estaba en una nebulosa. Prácticamente cualquier persona (sin importar sus antecedentes, estudios, experiencia y/o capacidad patrimonial para responder por sus actos) podía ejercer esta actividad y cualquier praxis en perjuicio del cliente no tenía consecuencia alguna, especialmente si el asesor actuaba desde y residía en el extranjero.
Todos conocemos a alguien que ha sufrido alguna historia con asesores “fantasma” que aconsejaban inversiones (muchas veces perjudiciales para el cliente) por las cuales recibían incentivos interesantes, y luego culpaban al mercado, a la crisis global o a cualquier otro factor ante las grandes pérdidas. Persistentes para conseguir clientes, luego desaparecían.
Mediante una resolución que establece requisitos, procedimientos y controles, la CNV “blanquea” la actividad del asesor de inversiones que administra activos financieros de sus clientes en el país y/o en el exterior.
Similar a la regulación que rige al Registered Investment Advisor (“RIA”) en los EE.UU. aunque con un alcance menor, la nueva norma obliga al AAGI a transparentar todos los ingresos –o comisiones– que recibe de terceros, llámese bancos, sociedades de bolsa, emisores de títulos o instrumentos financieros. En mi opinión, la norma también debería obligar, como a los RIA en los EEUU, a transparentar incluso los acuerdos de pago de comisiones y de “referimiento” con abogados, contadores, escribanos o cualquier otro profesional. El objetivo es siempre que el asesor “blanquee” al cliente los conflictos de interés que pudiese tener con él. Sin duda es un paso en la dirección correcta, aunque se debería haber ido más allá para un pleno efecto.
Otro gran avance que establece la norma es la clara división entre la sociedad de bolsa (llamada ALyC) y el AAGI; ambas figuras no pueden tener vinculación societaria ni compartir el mismo domicilio. Es más, a partir de la creación de la figura del AAGI las sociedades de bolsa tienen prohibido administrar carteras de clientes de forma discrecional. Sólo pueden ejecutar compras y ventas de títulos vía órdenes directas de los AAGI o de los mismos clientes. Esto dificultará sobremanera las “rotaciones de carteras” –compras y ventas innecesarias con el fin de generar comisiones- poniendo al AAGI como responsable en caso de que se compruebe tal acción.
Al habilitarse el asesoramiento y administración en Argentina de activos localizados en el exterior, los clientes ya no se verán en la necesidad de depender de asesores localizados en el exterior. Un tema no menor para los clientes, dado que ahora, ante cualquier duda respecto al manejo de su asesor, podrán accionar legalmente en el país y con abogados locales.
En definitiva, más protección para el inversor argentino.
Mariano Sardáns
CEO 
FDI – Gerenciadora de Patrimonios