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Argentina, lejos del radar de las inversiones hasta después de las elecciones

Wall Street se mueve incansable en busca de nuevos negocios y, sin embargo, Argentina vuela bajo del radar. Casi no hay noticias económicas del país y solo aparecen de vez en cuando anuncios puntuales. Pero los empresarios argentinos buscan la reinserción e integración mundial, y sin embargo en muchos casos se topan con la política como una traba inesperada. "En momentos de incertidumbre política, lo lógico es la cautela y el ‘wait and see'", explica a LPO Bahar Gökçe, gerente regional para América Latina de Westford Trade Services (WTS), una empresa de trading de commodities.

¿Cómo fue ese primer contacto con Argentina?
En 2014, ella intentó hacer un negocio de financiamiento y soporte de importación a unos empresarios "Pero mi superior lo consideró demasiado riesgoso, yo soy de la idea de mirar el cliente y el proyecto y no dejarme llevar por el riesgo país o el riesgo región, pero primó el criterio financiero. El banco dijo que no porque asumíamos el riesgo del lado argentino y consideraban que el país ya venía con muchas obligaciones impagas", se lamentó Gökçe, una economista turca que hace más de una década se dedica a la parte del comercio exterior extra fronteras desde Wall Street.
Uno de nuestros accionistas es un grupo de logística y almacenamiento asiático, CWT group, y tenían oficinas en Argentina, Perú y contactos de negocios en Brasil. Ellos me presentaron algunas empresas argentinas, así que viajamos con mi jefa a Buenos Aires a conocer a esas empresas y sus dueños. Fue en el año 2013 y 2014. Ellos ya cerraron las oficinas, pero sigo en contacto yendo a conferencias internacionales y mediante mis otros contactos. Me gusta el país y me siento cómoda porque tienen una cultura cálida y mediterránea, similar a la mía. Nací en Turquía.
¿Seguís en contacto con el país?
Sí, nosotros comerciamos materias primas, oleaginosas, granos, fertilizantes, minerales, metales básicos, commodities en general; y la última vez que fui fue para una conferencia de fertilizantes y seguimos en contacto con posibles clientes de nuestros servicios de supply-chain management y financiamiento de las operaciones de comercio exterior mediante nuestros bancos.
Hacer negocios en Latinoamérica y el Cono Sur en particular tiene sus peculiaridades por los recientes cambios políticos en la región -la crisis de Brasil y el giro promercado de Macri-, ¿notaste alguna diferencia?
No, no en verdad. Nosotros hacemos negocios a nivel global y cuando decidimos tratar con un país contratamos un abogado -preferentemente recomendado por alguno de nuestros clientes- para que nos asesore jurídicamente sobre nuestros derechos y obligaciones de acuerdo a la ley de ese país para poder evaluar el riesgo de la operación; y también buscamos la logística a nivel local (antes teníamos un equipo en Argentina).
Hace unos años quisimos hacer un negocio en Argentina, pero no se concretó. No tuvimos el apoyo de nuestro accionista allí. Así que nunca logré cerrar un negocio en Argentina, pero espero dentro de un futuro cercano poder hacerlo con exportadores y también puede ser que con importadores, dependiendo del tamaño de la compañía. En nuestro rubro, o al menos yo, creemos que, además del riesgo país, hay que mirar más que nada el negocio del cliente. Así que como no hemos concretado ningún negocio en Argentina, no he podido experimentar los cambios.
Sin embargo, espero poder colaborar próximamente con la gente de PTP para su red de clientes y la nuestra ya que ellos también tienen servicios de almacenaje en una zona fronca y nosotros lo que más hacemos son operaciones internacionales, no dentro de los países, intentamos que nuestro negocio no incluya pasar por aduanas.
¿Y por qué creés que no se pudieron concretar esos planes de negocio que tuviste en el pasado?
Básicamente, porque se impuso el criterio financiero. Yo creo que eran buenas oportunidades de negocio. Fue entre 2013 y 2014, pero tanto nuestros bancos como mi director ejecutivo consideraron que Argentina tenía un elevado nivel de deuda (privada) -por la dificultad de girar dólares al exterior- y decidieron no tomar ese riesgo. En mi empresa no quisieron tomar el riesgo argentino en acuerdo de importación. Decidieron que solo podría hacer negocios con Argentina si eran de exportación y tomábamos el riesgo del lado comprador, podía ser de Estados Unidos o de otro país, no del argentino. Y los bancos eran de la misma opinión.
De todos modos creo que las cosas están mejorando y por eso espero poder hacer negocios allí. Pero hay que entender que hay un movimiento cíclico en Sudamérica, en Oriente e incluso en Europa están tratando de protegerse más. Están bastante reluctantes a tomar riesgo. En este momento, por ejemplo, los bancos europeos están cerrando cuentas de clientes corporativos off-shore porque no pagan impuestos y este es un período de transición luego de que enfrentaran muchas pérdidas hace un tiempo en los mercados de commodities. En este momento están super cuidadosos.
Sin embargo, creo que hay muchas oportunidades si se seleccionan bien los clientes, en lo que a riesgo empresario se refiere, es decir si son empresas bien establecidas con proyección de largo plazo. A título personal, creo que las oportunidades de negocios están en Argentina y los bancos (internacionales) deberían ser un poco más flexibles y deberían invertir más tiempo en informarse de la actual situación porque creo que las oportunidades están y son buenas.
¿Es una cuestión de prejucio entonces de los bancos, de desconocimiento o de inestabilidad en la región? Brasil atraviesa una crisis política, Argentina está demorando más de lo esperado en crecer y el giro aperturista del Gobierno se chocó con el Brexit y la elección de Trump y se está enfocando más en China, en Chile se viene una elección muy peleada... ¿Se habla de eso acá?
Creo que acá está la opinión calificada y la opinión general del hombre de a pie. Considero que el común de la gente está a favor de los acuerdos comerciales que beneficien a ambas partes. Sé que el actual Gobierno (de los Estados Unidos) ha dado varios pasos en el sentido contrario, pero en lo que respecta a la comunidad del comercio internacional en la que me muevo la opinión va en favor del comercio y no está muy bien visto. De hecho está afectando a varios sectores, en especial el del acero. Por lo que creemos que la solución viene del lado de la flexibilidad comercial.
Desde luego, sabemos que a este Gobierno esta opinión mucho no le interesa y dado que se están bajando de la comunidad internacional, no creo que le deba importar demasiado lo que otros países están haciendo. Soy muy crítica de la postura oficial y no creo que debamos ir en sentido contrario a la internacionalización de las corporaciones.
De todos modos, uno puede tener su opinión de lo que se debe hacer, pero por el otro lado sigue estando la realidad. ¿Cómo encarás tus negocios a partir del movimiento de cerrazón de las economías? ¿Preferís la estrategia de ‘wait and see' o te sentís obligada a una mayor proactividad?
En nuestro rubro, siempre se opta por el ‘wait and see'. Pasó en Turquía, con clientes muy cercanos a mí, que se pararon las operaciones hasta las elecciones. Coincido plenamente en que visto desde afuera un país puede parecer más riesgoso de lo que es. Seguramente la historia contada desde adentro es distinta.
Si me pedís mi opinión, pues sí, creo que hay algo de prejucio, no contra el país en sí mismo, pero sí respecto del alcance de la transición que están encarando. Ustedes puntualmente están atravesando un proceso eleccionario. Y si algún problema llega a los medios, pues puede verse como algo mucho más grande de lo que es realidad es y quizás, visto desde adentro, es algo a lo que están perfectamente habituados.
¿Y cómo nos presentan a los sudamericanos aquí en los medios?
¿Desde la perspectiva de Estados Unidos? No creo que haya visto alguna noticia de América del Sur recientemente respecto de sus economías. En estos últimos días todo ha girado entorno a Trump y a la salida del Acuerdo de París (contra el cambio climático). Más se menciona el caso de México también por los cambios en la política comercial de Trump. O sea, en los medios generales no aparecen noticias prácticamente de Sudamérica. Hay que ir a los medios especializados para buscar información específica de cada país.
Es decir, a la hora de tomar una decisión busco mucha información y busco que sea confiable y la falta de información puede resultar tal vez perjudicial, pero creo que hay algo clave de que estos países no aparezcan en los medios y es que Latinoamérica actualmente es la región más segura del mundo: no tienen los problemas de terrorismo de Estados Unidos, de Europa, de Medio Oriente. Y en este sentido es la región de menor riesgo. Pero aun así, es lógico que en el contexto de una elección las decisiones de negocios se posterguen hasta que haya una visión más clara del horizonte de los negocios.
Como sabrás en Argentina estamos a punto de tener elecciones de medio término y al Gobierno de Macri le resultaría muy favorecedor que empezaran a aparecer las inversiones antes de octubre para ratificar su apuesta promercado y aperturista.
Es inevitable que los inversores prefieran esperar. No es algo de Argentina, el criterio es parejo para las inversiones en todo el mundo. Es su instinto de supervivencia y es lógico que se espere hasta conocer el resultado de la elección y ver hacia dónde la economía. No tanto, basta con que cambie la perspectiva del tipo de cambio para que un negocio sea rentable o un fracaso. El tipo de cambio es un aspecto central en la industria del comercio internacional.
O sea, entiendo el punto de vista de Argentina de no querer que se detenga la economía o merme el flujo de inversiones, pero es lo más lógico que puede hacer un inversor o cualquiera: detenerse y evaluar hacia dónde se dirigen las cosas antes de tomar una decisión. Y para los inversores también. Y para cualquier inversor internacional, la variable más relevante es la estabilidad política de un país.
Y además, creo la situación de Argentina debe entenderse en el contexto global. Estamos atravesando una crisis económica que comenzó en 2008 y tuvo otro impacto en la segunda mitad de 2015 y el año pasado también fue complicado para la economía global, en especial para los commodities. Entonces considero que debería pensar el caso argentino dentro del contexto global. Y a lo mejor no es que a Argentina le fue mal el año pasado, sino que todo el mundo anduvo más o menos en 2016.
En cualquier economía, el sector más estratégico es la vivienda y más que la vivienda, la construcción porque dinamiza el consumo en todos los sentidos. Por si el Gobierno apuntala ese sector y lo mantiene creciendo, va a motorizar toda la economía interna.
Bueno, esa es la apuesta de este momento...
Bien, porque cuando la gente compra su casa y se muda, no solo se mudan-mueven las familias, se mueve toda la economía. Y si insiste en la apertura y la integración, también va por buen camino, en mi opinión. Ya dije que no concuerdo con la idea de Trump de salirse del NAFTA porque las ventajas comparativas están en todas partes del mundo y enfocarse en ellas permite importar mayor cantidad de otras cosas a mejor precio.
Ya que hablás de ventajas comparativas, la OMC acaba de fallar que Argentina es hiper competitiva en la producción de biodiesel. Y aun así en Estados Unidos hay una denuncia por dumping contra la producción argentina. De suspenderse el flujo de biodiesel, que dicho sea de paso representa cerca de la mitad de nuestras exportaciones a Estados Unidos, se agravaría sustancialmente el actual déficit comercial que tenemos con Estados Unidos. Es difícil sostener la idea de las ventajas comparativas cuando te acusan de dumping si las lográs.
No creo que prospere esa demanda. Pero de hacerlo, el resto del mundo va a seguir apostando por el medioambiente en mayor o menor medida y hay otros mercados a los que pueden apuntar aprovechando su eficiencia como China, el norte de África e incluso Europa. Además, la industria de los biocombustibles es muy prometedora. Los otros días una colega me comentaba que no conseguía financiamiento para un buen proyecto y luego le llegó un proyecto de biocombustibles y pudo conseguirle 120 millones ¡de un día para el otro!
Entiendo que la salida de Trump del Acuerdo de París sea un golpe adicional para el bidiesel como lo es para otras industrias verdes, y entiendo que Estados Unidos es un mercado muy grande para este combustible, pero los biocombustibles siguen siendo la industria del futuro a nivel mundial. Estoy segura que si se cierra esa puerta, se abrirá una ventana.
¿Y si tuvieras que elegir un país para hacer negocios en el Cono Sur cuál preferirías?
Chile (risas). Chile y Perú, que también tiene muy buena reputación. Aun así mis contactos de negocios están más orientados a Brasil y Argentina. Pero por sobre todo, estoy interesada en hacer negocios en México.
¿México? ¿Pese a la incertidumbre del NAFTA? ¿En qué sector?
Fertilizantes y acero. Y también con la exportación de metal de hierro, aunque este mercado estuvo demasiado volátil en los últimos tres meses. Así que estamos esperando que se tranquilicen un poco las cosas. Y para Argentina, tengo ganas de entrar en la importación de fertilizantes y la exportación de agrocommodities. Son una buena oportunidad.