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Lo que sabemos que no sabemos sobre el Brexit: qué no dice May

Por Tim Ross con la colaboración de Eddie Buckle, Thomas Penny, Ian Wishart y Alex Morales.
Lo esencial de lo que la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, ha dicho sobre el Brexit puede encontrarse en un informe de 75 páginas al Parlamento, su discurso de 6.000 palabras a una audiencia de diplomáticos, y un proyecto de ley de 137 palabras.
Ello aún deja sin responder muchas preguntas según avanza la cuenta atrás para que May inicie oficialmente la salida del Reino Unido de la Unión Europea. A continuación, un resumen de los principales asuntos aún no resueltos.
¿Cuándo invocará May el artículo 50?
Su fecha preferida para notificar a la UE es objeto de especulación, pero sigue siendo un misterio. Altos funcionarios gubernamentales dicen que querrá evitar que coincida con las celebraciones planeadas de la UE del sexagésimo aniversario del Tratado de Roma, que fundó el bloque, el 25 de marzo.
Algunos creen que May quisiera hacer el anuncio el 9 de marzo o 10 de marzo en la cumbre de la UE en Bruselas.
¿Cómo se estructurarán las conversaciones sobre el Brexit?
El negociador principal de la comisión, Michel Barnier, ha dicho que quiere hacer las cosas “en el orden correcto”, señal de que preferiría lidiar primero con el divorcio, luego la nueva relación y dejar una posible fase de transición para después. Hacerlo así permitiría a la UE que le cobre un precio al Reino Unido antes de decidir cuánto acceso otorgarle a sus mercados.
El homólogo británico de Barnier, David Davis, dijo que hay tan poco tiempo que se necesitan negociaciones simultáneas para concluir un acuerdo para octubre de 2018, a fin de cumplir un plazo de dos años y permitir a políticos en Londres y Estrasburgo una votación. Eso ayudaría al Reino Unido a negociar.
¿Cuánto costará el divorcio?
El Brexit significará que el Reino Unido ya no pagará “enormes sumas” a la UE, pero podría hacer “un aporte apropiado” para participar en ciertos programas, dijo May en enero.
Ivan Rogers, ex representante británico ante la UE, dijo que la salida podría costar hasta 60.000 millones de euros (US$63.000 millones). El Centro para la Reforma Europea dice que podría ser incluso mayor: 73.000 millones de euros. Es probable que se regatee la factura de salida y el monto que Reino Unido esté dispuesto a pagar. Es un cálculo político delicado para May, porque partidarios del Brexit durante la campaña, como Boris Johnson, prometieron devolver “350 millones de libras a la semana” que dijeron se pagaba a la UE.
¿Y las normas de inmigración?
Controlar –y reducir– la inmigración es la mayor prioridad para May, que busca cumplir una demanda clave de la mayoría de los votantes británicos. De hecho, es improbable que el futuro régimen migratorio del Reino Unido sea mencionado en las conversaciones del Brexit, según el equipo de May: simplemente no será asunto de la UE.
La suerte de los ciudadanos de la UE en el Reino Unido se aclarará conforme progresen las conversaciones. Se deberá negociar una “fase de implementación” para salvar la brecha entre la plena libertad de movimiento dentro de la UE y las nuevas reglas del Reino Unido.
¿Y los ciudadanos de la UE que viven en el Reino Unido?
May ha dicho que quiere garantizar los derechos de los aproximadamente 3 millones de ciudadanos de la UE que viven en el país y los derechos de 1,2 millones de británicos que viven en el bloque “tan pronto como podamos”.
La mayoría de los países de la UE están de acuerdo en principio, pero insisten en que no negociarán antes que se invoque el artículo 50.
¿Cuánto durará la transición?
Después de conversaciones que pueden durar dos años, May quiere “un proceso gradual de implementación” para ayudar al Reino Unido y a la UE a adaptarse y asegurarse que los negocios no se vean al “borde del precipicio”.
Se han dado pocos pormenores acerca de lo que implicarán estas gestiones – si, por ejemplo, el Reino Unido seguirá plenamente dentro del mercado único durante algunos años o si aún responderá ante tribunales europeos – o cuánto tiempo podría durar una transición.
¿Qué clase de acuerdo comercial?
May quiere un “acuerdo de libre comercio atrevido y ambicioso” con la UE. Eso no ofrece ninguna claridad sobre lo que cubrirá el acuerdo, o cómo.
¿Serán los servicios financieros parte de él? ¿Cómo se autorizará a bancos del Reino Unido operar en el bloque? ¿Ha renunciado el gobierno a toda esperanza de derechos de libre circulación? ¿Puede Londres proseguir con la compensación del euro?
¿Cómo funcionarán las aduanas?
Reino Unido abandonará el régimen arancelario y la política comercial de la unión aduanera de la UE para forjar sus propios acuerdos de libre comercio con países fuera de Europa. Con sus ex socios comerciales de la UE, May quiere mantener los beneficios de un movimiento “sin fricción” de bienes a través de las fronteras en un nuevo “acuerdo aduanero” sui generis que evite distorsionar las cadenas de suministro para las empresas.
¿Quién velará por las nuevas reglas del comercio?
Se necesitará un mecanismo de resolución de disputas para un nuevo acuerdo comercial, si bien May insiste en que el Reino Unido escapará a la competencia de la Corte Europea de Justicia, cuyos dictámenes actualmente valen para el derecho británico.
¿Qué está dispuesta a ofrecer May a la UE?
El Reino Unido podría ofrecer algo de dinero, pero no mucho, para compensar por la pérdida presupuestaria causada por su partida.
¿Será más difícil viajar?
El Reino Unido comparte una frontera territorial con Irlanda, miembro de la UE, y está resuelto a evitar convertirse en una barrera dura, manteniendo la Zona Común de Viaje entre ambos países. Ese acuerdo precede a la UE, si bien una frontera porosa podría preocupar a gobiernos europeos.
Fuera de Irlanda, hay muchas preguntas acerca de lo fácil que será para los británicos visitar países de la UE. ¿Se necesitarán visados? ¿Será el Reino Unido parte de la política de “cielos abiertos”, que permite vuelos frecuentes y baratos entre el país y Europa?

bloomberg