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Energías renovables en Argentina, ¿cuestión de precio?

Pasaron algunos años. Pero, para muchos, la experiencia del programa Genren -aquella licitación para proyectos de generación eléctrica a partir de fuentes renovables que tanta expectativa generó en el mercado- continúa fresca en la memoria.

Fue en 2009 cuando se llevó a cabo, recibiendo ofertas por 1.436,5 MW que superaban cómodamente los 1.000 MW en contienda. De los 895 MW que fueron adjudicados, sin embargo, no más del 15% generan energía en la actualidad. Lo que podría haber sido el primer paso para ampliar la participación renovable en la matriz eléctrica nacional se vio entorpecido, en dicho momento, por las restricciones que limitaban el acceso al financiamiento internacional.
Ahora, con la Ronda 1 del programa RenovAr ya cerrada y las ofertas económicas prontas a ser conocidas, aquella experiencia actualiza su vigencia y los fantasmas de ciertos temores vuelven a materializarse, precipitados principalmente por los vaivenes a los que el sinceramiento tarifario -o tarifazo- de la energía eléctrica ha sido sometido.
Discusiones acaloradas en todo el arco político, amparos judiciales, fallos de la Corte Suprema, relanzamiento de cuadros tarifarios, citaciones a audiencias públicas... todo parece imponerse como telón de fondo del envión que el gobierno de Mauricio Macri intenta darle a las renovables. De allí, la pregunta obligada: ¿Se estará ante las puertas de un nuevo paso en falso o podrá esta licitación dar nacimiento al real desarrollo de estas energías en la Argentina?

Expectativas, de sobra

"Claramente, los vaivenes y las expresiones de la dirigencia política en general, que no muestra con claridad una convicción de que las tarifas energéticas tienen que confluir hacia valores más razonables, son una mala señal para el mundo", reflexiona el diputado de Cambiemos Juan Carlos Villalonga. "Esto pone a los inversores en alerta. A veces, se hace política o se generan polémicas creyendo que eso solo tiene efectos políticos internos, y no. La verdad es que, en este caso, ciertas políticas tienen implicancias o rebotes a nivel internacional que dañan al país. No es bueno que en un sector como el energético, que necesita tantas inversiones, aparezcan opiniones de la dirigencia política tan, a veces, disímiles. Eso quita confianza", añade.
Ahora bien, más allá de los ruidos con los que el contexto está musicalizando al proceso licitatorio, las expectativas -coinciden los especialistas consultados- permanecen altas y abundantes. Si bien los precios ofertados se conocerán recién el 7 de octubre (ver recuadro), el que los 1.000 MW hayan sido sextuplicados -alcanzando un total de 6.346,3 MW (ver "Apuesta redoblada por las energías limpias" en página 4)- es una señal que no puede ser pasada por alto.
"La Ronda 1 del programa RenovAr superó todas las expectativas. Hasta el Gobierno está sorprendido por lo recibido", enfatiza Marcelo Alvarez, presidente de la Cámara Argentina de Energía Renovable (Cader). Con estos resultados, se entusiasma, este "puede darse el lujo de elegir los proyectos más creíbles y sólidos, así como de menores precios". No obstante, advierte, y por experiencias como la del Genren, la actual gestión recién podrá felicitarse a sí misma "cuando esté todo hecho".
Estos números, para Villalonga, demuestran que "sigue habiendo una enorme expectativa y confianza", algo que, en parte, está sustentado en "la ingeniería financiera que se armó" para esta primera licitación. "Este es un elemento que está dando bastantes garantías y, de algún modo, supera los ruidos que a veces mete la política", confía, al tiempo que Alvarez acota: "Que se brinden garantías externas muestra credibilidad".
Ambos se refieren al mecanismo en tres etapas con el que el Gobierno reforzó la licitación. La primera garantía de impago está incorporada al Fondo Fiduciario para el Desarrollo de Energías Renovables (Foder); es por $ 6.000 millones y cuenta con liquidez para garantizar 12 meses de incumplimiento del contrato. La segunda son Letras del Tesoro en garantías que posee el Foder. Y la tercera es una, opcional para el oferente que quiera pagar por ella, del Banco Mundial por u$s 500 millones (u$s 500.000 por MW).
Pero no todo es confianza. Si bien los resultados, hasta el momento, superan hasta las previsiones más optimistas, hay quienes han optado por la cautela en esta primera ronda.
"Noticias como que la Corte tenga que intervenir en el valor de la tarifa son muy difíciles de explicar para los extranjeros y crea cierta incertidumbre, que, para algunos, puede hacer demorar su interés por invertir, aunque hay otros absolutamente convencidos de jugar a favor de este proceso", comentaba a Energías Renovables Doris Capurro, presidenta de LUFT Energía, antes que se abrieran los sobres del RenovAr. Si bien anticipaba que serían muchos más los MW ofertados que los que están siendo licitados, consideró que "al proceso argentino le viene mal este tipo de errores de implementación [en el aumento de las tarifas eléctricas], que genera todo un proceso de incertidumbre en los inversores que es inevitable".
"Los vaivenes vinculados a las tarifas impactan en las noticias internacionales, y hay inversores internacionales que miran y dicen ‘wait and see’", describe. Y completa: "Me consta que algunos frenaron el envión que tenían, pero hay otros que están muy entusiasmados con el proceso y creen que, a la larga, el tema tarifario se va a ir normalizando y va a encontrar una solución. Ha sido una pena que ocurra porque, de algún modo, demora o agrega incertidumbres a un proceso que de por sí tiene incertidumbres".

Antes y ahora

Las similitudes entre lo que está sucediendo ahora y lo que sucedió en 2009 son muchas, pero también lo son sus diferencias, y es en ellas donde los actores del mercado energético parecen encontrar fundamentos para renovar su confianza en el proceso actual.
"Creo que hay muchas diferencias importantes entre la realidad macroeconómica del Genren y la de ahora", confirma Juan Bosch, presidente de SAESA. Entre ellas incluye que la licitación desarrollada en la gestión de Cristina Fernández de Kirchner se basaba en una negociación privada, en que "el Estado revisaba los costos declarados por el generador y llegaba a un número, que no era cotizado por el mercado". Hoy, en cambio, los precios sí son impuestos por el mercado.
Por otra parte, indica el especialista, en el proceso previo los generadores ponían garantías bastante livianas (que, hasta donde tiene entendido, no se ejecutaron) en caso de que no construyeran las obras que lograran adjudicarse, mientras que, en este, sí existe una garantía de mantenimiento de oferta, que asciende a u$s 35.000 por MW instalado. "No da para jugártela a ver si después lo podés construir", apunta. Y suma: "Los PPAs (Power Purchase Agreement) en el Genren los tomaban desarrolladores; ahora, están en manos de generadores".
Otra de las condiciones que ha cambiado en los últimos siete años es el retorno de la Argentina a los mercados de capitales, luego del acuerdo alcanzado con los holdouts. Tal como apunta Alvarez, esto lleva a que bajen las tasas de financiamiento.
También para Villalonga el antes y el después muestran escenarios muy distintos. "Hoy contamos con un Gobierno con otro nivel de credibilidad, y hay una vocación, primero, por parte del Ministerio de Energía, de haber dotado a la licitación de esta ingeniería financiera que está buena, pero, además, hay un convencimiento por parte del Gobierno de que este camino hay que emprenderlo. En la gestión anterior, el Genren tenía una apoyatura política dispersa o, por lo menos, diversa. No era unánime. Esto hoy no ocurre", sostiene.

Donde sí afecta

Si bien, para el presidente de Cader, los vaivenes tarifarios no afectarán esta primera y una potencial segunda licitación renovable, estos sí se hacen sentir en los proyectos de energía distribuida que hoy esperan a ser debatidos en el Congreso Nacional. En este caso, explica, el subsidio a las tarifas eléctricas sí se impone como una barrera, y sería necesario sacárselo a las que se pagan de térmica o colocárselo -a modo de compensación- también a las de renovable, para "equiparar las reglas de juego" y hacer posible su desarrollo.
En este sentido, enfatiza, "la distribuida es lo que está en juego cuando el precio difiere del costo; en el RenovAr, que haya precios al usuario final más bajos, al tomador de PPA no le cambia tanto".
"Con tarifas bajas, el incentivo para la distribuida es bajo", coincide Bosch, quien señala otro faltante del proceso actual: alguna normativa para regular el mercado entre privados. "Si esto estuviera, habría muchos más proyectos por fuera del RenovAr", asegura.
Si bien, explica, "no hay ninguna norma que pueda invocarse que prohíba los contratos entre grandes usuarios y traders, faltan reglamentar detalles". Entre ellos, cómo se va a remunerar el transporte de la energía, y quien asume la pérdida eléctrica. "Son cosas que están conversadas y bastante resueltas, pero falta que estén en papel. Estas dudas hacen que muchas inversiones no se concreten", califica.
Mirando más a mediano y largo plazo, por último, uno de los aspectos en que la gestión Cambiemos deberá trabajar es en distribución. Así lo explica Capurro: "Yo creo que el problema de la Ronda 2, de la 3, de la 4 del RenovAr, es que el Gobierno va a tener que invertir en las redes eléctricas de alta tensión, porque lo que va a faltar es capacidad de conexión.
Por ejemplo, toda la Patagonia tiene los mejores vientos del planeta, pero no se puede hacer más, porque faltan redes de conexión y eso es una inversión que solo puede hacer el Gobierno. Es un proceso lento, difícil, de gran oportunidad, pero hay mucho trabajo por hacer de parte del Estado en la infraestructura de las redes eléctricas y eso, ojalá, se dé en simultáneo cuando las inversiones lleguen más fluidamente".