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LAS TRIBULACIONES DEL DOCTOR PAENZA Por Jorge R. Enríquez



Adrián Paenza es un conocido periodista deportivo, pero es también un destacado matemático, con una extensa trayectoria académica.
Ha publicado en los últimos años varios libros de divulgación de las matemáticas y ha conducido programas televisivos en la televisión pública y en canal Encuentro relativos a temas científicos.
Uno podría pensar que un doctor en matemáticas, habituado a manejar pensamientos complejos, arduos y rigurosos, no tendría dificultades en pensar con razonabilidad en cuestiones propias de ciencias más "blandas", como las sociales. Y que sus opiniones políticas deberían transitar por el sentido común.
Pero no es así. El kirchnerismo dejó su huella también en esa mente entrenada para la lógica formal. La frecuentación de Víctor Hugo Morales habrá aportado lo suyo.
En la apertura del primer programa del nuevo ciclo que conduce por la Televisión Pública expresó:
"Yo no quería trabajar para este gobierno, no quiero trabajar para la administración de Macri".
Es curioso que Paenza, que se tutea con los números irracionales, tenga tantos problemas con la razonabilidad y confunda conceptos tan elementales. 
Porque él no trabaja para el gobierno de Macri. Trabaja en un medio público, que no es de Macri sino de todos los argentinos, y tiene la más amplia libertad de decir lo que quiera, inclusive esa tontería.
Seguramente antes él pensaba que trabajaba para Cristina Kirchner, no para todos los argentinos. A confesión de parte...
Por otro lado, nadie lo obliga a permanecer en un canal en el que se halla a disgusto. Si sus prejuicios son tan fuertes -una notable paradoja en un hombre de ciencia-, que no siga sufriendo esa violencia moral. Puede irse cuando quiera.
Esos mismos prejuicios lo llevaron a calificar de traidor al Ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, por haber permanecido en ese cargo luego de la asunción de Mauricio Macri. Y también a haber protagonizado un diálogo desopilante en su programa con el presidente del CONICET, Alejandro Ceccatto, quien del mismo modo había ejercido un alto cargo en ese ministerio durante la gestión kirchnerista.
Sostuvo Ceccatto, ante la sorpresa de Paenza:
"Si hablamos de una política de Estado, esto es lo más parecido que yo conozco: la continuidad de un ministro [ Lino Barañao ] y de personas de su equipo, como mi caso, en puestos decisivos".
Y agregó:
"Hemos tenido hace un par de semanas un aumento presupuestario de 815 millones de pesos, no nos han recortado sino que se ha aumentado para pegar compromisos previamente asumidos (...)  "¿En qué situación nos encontramos? Que teníamos compromisos asumidos con la comunidad que no estaban en el presupuesto o no estaban contemplados. Y efectivamente hemos tenido una respuesta favorable, con un 15 de aumento de presupuesto del sector".
Cuando Paenza le respondió que el 15% era insuficiente luego de la devaluación, Ceccatto le aclaró:
"Nunca después de una devaluación ha habido un reajuste presupuestario, siempre ha tenido que palearse la situación progresivamente reacomodando presupuestos. Esta es una devaluación muy grande pero en la última devaluación del gobierno anterior tampoco hubo un reajuste de las partidas presupuestarias".
Paenza, ya bastante aturdido, intentó una última defensa: que, de todas formas, antes estaban mejor. Pero Ceccatto no se la dejó pasar:
"Los PIP (Proyectos de Investigación Plurianuales) tenían tres convocatorias atrasadas sin pagar, estamos lentamente pagando ese retraso, pagando la tercer convocatoria. Los subsidios que deberían haber recibido los investigadores para realizar su trabajo estaban impagos desde 2013".
Ante tamaña contundencia, Paenza solo atinó a decir: "Me entero ahora". Raro en un adalid de la comunidad científica. Que se sorprendió, además, porque los científicos antes no reclamaban pese a esa mora.

El episodio resume bien la batería de prejuicios con que muchos intelectuales se paran frente al gobierno de Cambiemos. Por suerte, la luz finalmente se impone.