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El debate que viene en el Gobierno: con emergencia fiscal y corrida cambiaria, todos los caminos apuntan al FMI

Los festejos por el acuerdo con los "fondos buitre" y la salida del default ya son cosa del pasado. 
En las próximas semanas, mientras los medios de comunicación estén registrando el debate en el Congreso por la derogación de las dos leyes que pide el juez Thomas Griesa, en el Gobiernoya se estará hablando del próximo paso.
En la Argentina es un tema tabú, pero empiezan a escucharse las voces de funcionarios y de operadores del mercado financiero que ya lo consideran inevitable y hasta un paso natural: el regreso a la toma de créditos con el Fondo Monetario Internacional.
Los primeros pasos ya están dados: hace pocos días, sin mucho ruido, el Ministerio de Hacienda cumplió con uno de los requisitos para normalizar la relación con el organismo.
Publicó en su página web oficial el "country report", que contiene el diagnóstico de los técnicos del país respecto de la economía argentina.
Ya antes se había admitido un requisito del artículo IV. Es decir, que economistas del FMItuvieran acceso a monitorear las cuentas nacionales. La depuración del Indec y el anuncio de un nuevo índice de inflación nacional para mediados de año completó la lista de asignaturas pendientes. 
Claro que falta la parte más importante: la de la plata. Ejecutivos de bancos de inversión con sede en Wall Street -que siguen de cerca la situación argentina- confiaron a iProfesional que el acercamiento se da casi por descontado.
Con la situación fiscal que el Presidente describió con suma crudeza y, encima, con lasurgencias cambiarias que quedaron al descubierto en los últimos días, la necesidad de contar con "dólares frescos" resulta imperiosa.
A pesar de que el mundo se asombra del monto de emisión de bonos que prepara Alfonso Prat Gay -u$s15.000 millones-, lo cierto es que muchos creen que no será suficiente. 
A fin de cuentas, la mayor parte de ese crédito se irá inmediatamente a las arcas de losacreedores.
Y, mientras tanto, hay que atravesar el momento más delicado del ajuste sin abandonar el camino "gradualista". 
No obstante, como lo admitió el propio ministro, la forma de evitar incurrir en un "ajuste brutal" es el crédito externo.
Lo que hoy en día quedó en evidencia es que aquella "lluvia de dólares" que había pronosticado Macri no ocurrió. 
En la campaña electoral llegó a decir que la misma iba a ser de tal magnitud que el problemaque iba a enfrentar la Argentina no iba a ser la suba de la cotización sino, más bien, cómofrenar la caída.
Habiendo transcurrido casi tres meses de la nueva gestión, existe incertidumbre sobre la llegada de inversiones tanto para la economía real como en el plano financiero. Al menos, en cantidades suficientes como para cerrar el agujero de las cuentas públicas. 
En otras palabras, al Gobierno le resultará muy complicado conseguir financiamiento adicional a esos u$s15.000 millones que saldrá a buscar al mercado sólo para pagarles a los holdouts.
En ese contexto, hay un prestador de dólares disponible -polémico para muchos- pero quecobra la tasa más baja del mercado.
Cada entidad paga al organismo una cuota que, en el caso de Argentina, es de u$s2.940 millones. De acuerdo con el reglamento del propio FMI, el acceso anual del que dispone cada nación equivale al 200% de la misma. 
Quiere decir que, al día de hoy, el Gobierno macrista tendría disponible una ventanilla para hacerse de casi u$s9.000 millones a lo largo de 12 meses. 
La condición establecida es que el plazo de devolución del crédito es de entre tres años y medio y cinco años y que habría que hacer pagos trimestrales.
Transcurridos tres años del acuerdo, el endeudamiento no puede exceder el 600% de la cuota que un país abona al FMI. 
Para la Argentina, supone la friolera de u$s20.587 millones. 
En otras palabras, ése es el límite que podría pedirle Macri al Fondo Monetario a lo largo de su mandato.
Dadas las necesidades de la Argentina, ese monto no luce para nada despreciable
Además de lo tentadora que resulta esa cantidad, el otro tema crucial es la tasa de interés: apenas el 1,05% anual en dólares. 
"Casi nada", si se tiene en cuenta que por una colocación de deuda hoy se tendría que afrontar un costo al menos seis veces superior: entre 6,5% y 8% anual, dependiendo los montos y plazos.
El "timing" para un "nuevo FMI"
En definitiva -si fuera por una lógica eminentemente económica y financiera-, no caben dudas de la conveniencia de recurrir al organismo para financiar el rojo fiscal. 
Los interrogantes y cuestionamientos pasan por el lado político.
A fin de cuentas, el recuerdo de las misiones con los funcionarios del FMI llegando a Ezeiza y siendo recibidos por una multitud de cámaras de TV (una imagen recurrente desde los años '80 hasta el 2002) todavía provoca alergia en muchos argentinos.
De manera que es ahí donde está centrado el debate interno del Gobierno: la definición del "timingpolítico y la manera más adecuada de comunicar el tema.
Los más renuentes a dar pasos en falso, aquellos funcionarios pendientes del marketing, prefieren ir despacio
Argumentan, incluso, que apresurarse daría una mala señal interna y también hacia losmercados financieros, por el hecho de mostrarse en situación de debilidad al tener que ir en busca del organismo para hacerse de esos dólares que la Argentina no tiene.
Del otro lado, están aquellos que piensan más en términos de política tradicional y que quieren ver buenos resultados lo antes posible. 
Este grupo incluye al propio equipo económico , a raíz de que el frío de la actividad podría extenderse al resto del año, si es que se demora el arribo de capitales.
En todo caso, la decisión estará centrada en los típicos condicionamientos que conllevan estos "salvatajes" que ofrece el organismo. 
Dicho de otra manera, si los técnicos de Washington son muy estrictos, el ajuste que pretende moderar el Gobierno lo terminarían imponiendo desde afuera. Desde la viabilidad política, no es negocio.
Es por eso que hoy se explora la posibilidad de que un acercamiento al FMI no implique el relacionamiento con las clásicas "cartas de intención" que pudieran oler acondicionalidades que recorten el margen de acción para el Ejecutivo. 
¿Es posible? Un ex funcionario de ese organismo, consultado por iProfesional, es optimista:"Van a querer mostrar que el FMI cambió, que no es el mismo que determinó el hundimiento de la economía en 2001", señaló el economista experto.
Y añadió: "Mucho ha sucedido desde aquel entonces. No sólo en la Argentina sino en la dinámica interna de los organismos de crédito. Hay que explorar ese camino". 
En ese marco, algunos funcionarios se ilusionan con la inminente visita de Barack Obama. No tanto por el aporte que pudiera hacer el Tesoro estadounidense como sí por la intervención política que la Casa Blanca realizaría ante los organismos multilaterales de crédito. 
Hay que recordar que Estados Unidos viene votando en contra de la Argentina en los directorios del BID y del Banco Mundial y que un cambio de posición en esos forosdeterminaría la liberación rápida de fondos.
Las urgencias se imponen al marketing
Como ocurre con cada decisión trascendente, el Gobierno de Cambiemos evalúa la manera de transmitir la medida. El marketing es un elemento central para analizar los movimientos de la administración. Nada se hace sin apelar a él.
Sin embargo, el discurso duro con eje en la "pesada herencia" que pronunció Macri ante el Congreso dejó en claro que el ala partidaria del estilo "light" está en retroceso frente a quienes miran con temor las urgencias que impone la caja.
Marcos Peña es el ideólogo de las propuestas que apuntan a la felicidad”, desliza con una alta dosis de ironía, uno de los integrantes de la porción más áspera del PRO.
Los referentes de este espacio son el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo y la vicepresidenta Gabriela Michetti. También, los socios de la Unión Cívica Radical, que se ubican en la facción "realista".
Esta tensión interna entre los “marketineros” y quienes prefieren hacer “política en elbarro” es creciente y, de ninguna manera, se saldó con el discurso de Macri en el Parlamento.
Si hay algo que fue decisivo para que pusiera en el eje de su agenda a la herencia recibida fue el diagnóstico de su equipo económico.
Alfonso Prat Gay suele enfatizarle que la única forma de reactivar la aplastada actividadeconómica es con la llegada de dólares frescos.
El propio ministro lo hizo público unos días atrás, cuando habló de la necesidad de pagarles a los fondos buitre para retornar a los mercados internacionales y evitar así un “ajuste brutal” que altere aun más el humor de los argentinos.
Prat Gay, en el inicio de la semana, también mencionó que es consciente de las dudas que existen entre economistas de la city bancos internacionales sobre el "gradualismo" parareducir el déficit fiscal que propone el oficialismo.
En la interna, quienes están auspiciando un acercamiento rápido, afirman que pesará cada vez más el hecho de que el puente hacia Washington es el único que podría asegurar unrepunte de la actividad económica antes de que comience la campaña por las elecciones de medio término. 
El dato objetivo es que la Argentina tiene las cuentas en cero -está desendeudado con el organismo- y dispone de todo el apoyo político desde el extranjero para retornar al FMI.
Contra la estrategia del paso a paso y la medición del impacto político, juega cada vez más la realidad que impone una caja exhausta.
A punto de cruzar los primeros 100 días de gestión, el Presidente  empezará a sacar cuentas de la necesidad de levantar la economía antes de que expire este 2016. Lo apremian lostiempos políticos y la presión de los gobernadores, que reclaman "dinero fresco" parasostener la actividad en sus distritos.
A partir de ahora, mandarán los tiempos políticos que elija Macri.

iprofesional