La situación actualmente es preocupante, no tanto en lo económico, sino en lo financiero, según los analistas de Deutsche Bank. Los primeros días de este mes de enero han traído consigo una fuerte volatilidad ligada a tres factores:
i) la publicación a inicios de año de unos datos económicos de confianza PMI más bajos de lo esperado, tanto en industria como también en servicios, lo que ha cuestionado la capacidad del gobierno de mantener su compromiso de crecimiento del 6,5% anual; ii) el establecimiento a 1 de enero (eliminado luego el jueves 7) de un máximo de caída permitido de la bolsa china (un 7%), que obligó a cerrar el mercado a inicios de la semana pasada, en un claro error cometido por el gobierno, reconocido por él mismo, y iii) el temor a una fuerte devaluación del yuan tras las sucesivas devaluaciones limitadas realizadas durante la semana pasada (hoy se ha mantenido finalmente sin cambios la cotización).
Los analistas de Deutsche Bank creen que la volatilidad va a persistir, ante los problemas que está teniendo el gobierno para intentar paliar los efectos económicos del cambio en el modelo de crecimiento. Esto generará mucha incertidumbre, si bien siguen apostando por un crecimiento este año efectivamente en torno al 6,5% anual, en línea con el objetivo del gobierno.
Los analistas de Deutsche Bank creen que la volatilidad va a persistir, ante los problemas que está teniendo el gobierno para intentar paliar los efectos económicos del cambio en el modelo de crecimiento. Esto generará mucha incertidumbre, si bien siguen apostando por un crecimiento este año efectivamente en torno al 6,5% anual, en línea con el objetivo del gobierno.