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¿QUÉ PASA AHORA CON LA ENORME CANTIDAD DE EMPLEADOS PÚBLICOS QUE DEJARON LOS K?

El enorme crecimiento del Estado es una de las herencias del Kirchnerismo. ¿Qué hará Macri con esa enorme cantidad de empleados públicos?
Durante 2015 el Estado sumó 15 mil contratos a la administración pública nacional. Es cierto que durante los años anteriores las contrataciones se mantenían en aumento pero, sin duda, el cambio de gestión impulsó un crecimiento exponencial para que nadie se “quede sin su puesto”.
Con la nueva administración también llega la renovación de contratos y la evaluación pormenorizada de los nombramientos que tuvieron lugar durante los últimos años. De esa tarea se está encargando el ministerio de Gestión y Modernización, la cartera de Andrés Ibarra.
Según publicó Diario Hoy, en este momento se encuentran bajo revisión unos 63.000 contratos. Según fuentes cercanas al titular de la cartera, el objetivo es “ver qué tareas desarrollan, detectar ñoquis y no convalidar esas situaciones, que son una falta de respeto para las personas que trabajan”.
El número de designaciones dudosas es alarmante: 2 mil en el Ministerio de Trabajo, 1.300 en el Ministerio de Educación, 1.035 en Economía, 1.017 en Cancillería, 956 en Salud, 888 en Desarrollo Social, 477 en Defensa, 457 en Justicia y 227 designaciones en el Ministerio de Cultura, según indicó el matutino platense.
Durante la gestión K el empleo público nacional creció más del 35%, mientras tanto, la economía caía, las reservas hacían lo propio y el déficit fiscal aumentaba.
La “década ganada” dejó como herencia un Estado convertido en una máquina de dar trabajo. Pero no del bueno, genuino, que proviene del crecimiento del país, la ampliación de la economía y el aumento de la demanda laboral. No, el Estado se convirtió en empleador de una masa de contratados que, muy probablemente, también se trate de militantes propios.
Una situación penosa, no sólo para los empleados que no llegaron a través de “contrataciones dudosas” sino también para aquellas familias que tuvieron la ilusión de un empleo y que confiaron en el modelo paternalista K (y probablemente continúen confiando). Pero en verdad el crecimiento de la cantidad de empleados públicos no fue más que un espejismo porque el sistema económico argentino no estaba en condiciones de incluir a más argentinos, sino todo lo contrario.