¡Menudo susto me he llevado! De esta forma me respondía un buen amigo cuando, tras recibir un mensaje de whasapp en principio inocente por Halloween, abrió uno de ellos con una escena de verdadera película de terror. Creo que era de zombies, tan de moda entre niños y adolescentes en los últimos años. No tenía ninguna gracia, seguía mi amigo. Bueno, le respondí yo, el problema es precisamente que dabas por sentado que tu interlocutor iba a tener el mismo sentido del humor que tú. Finalmente no fue así.
¿Truco o trato?; dicen los niños que importan de esta forma la propuesta de sus colegas norteamericanos en busca de "chuches". Pero aquí no llegan a los "castigos" de allí en caso de que no haya trato. Salvo que decidan enviar mensajes de whasapp aterradores. Naturalmente, siempre que sus padres hayan decidido comprarles móvil. Pero esto es otra historia. Con todo, una tradición relativamente nueva que cala en la juventud. Y entre aquellos que no lo son tanto.
Al pensar en todo lo anterior se me ocurren varias ideas. Por un lado, lo fácil que es acostumbrarnos a que todo va a ir en línea con lo esperado. Por otro, la confianza en que, en caso de equivocarnos, el castigo a recibir será limitado. Por último, asumir de forma implícita que todos, más o menos, pensamos lo mismo. Ahora intentar buscar similitudes entre las conclusiones anteriores y el comportamiento del inversor financiero. Seguir la tendencia y confiar en que los bancos centrales estarán ahí para corregir las desviaciones.
Pero, siguiendo la última conclusión anterior, el riesgo de iliquidez en caso de un shock. Naturalmente, uno de suficiente entidad para que los bancos centrales (y las autoridades políticas) no puedan contrarrestar. Al menos inicialmente. Pero, naturalmente, todo esto no va a ocurrir....¿verdad?. Pero antes les he dicho una media verdad: me refiero a la moda de los zombies. Y es que no es sólo entre nuestros jóvenes: en los últimos meses hasta en tres ocasiones he escuchado el término en reuniones con inversores. Zombies bancos, zombies inversores (perdón...soy solo el intermediario y no tanto su creador) y hasta zombies los propios bancos centrales. Y el domingo, en un medio escrito nacional, se incluye un nuevo verbo por un analista: zombificar, aludiendo al riesgo de que las empresas también se acostumbren al dinero barato y eviten los ajustes siempre saludables a medio plazo. Coincido, como no podía ser de otra forma, en muchas de sus conclusiones. Incluyendo que la actuación de los bancos centrales viene para quedar por mucho tiempo. Y estamos hablando de medidas excepcionales y temporales, como fueron definidas en 2009 cuando comenzó a utilizarlas la Fed.
En el fondo, todos estamos siendo "zombificados" (creo que no hay copryright por el momento sobre el palabro) de una u otra forma: periodistas, economistas/analistas, autoridades políticas, empresarios y naturalmente, inversores. Al final, agentes económicos que damos por hecho y de forma casi indefinida unas condiciones financieras laxas llevadas al límite. Ajustar la deuda....¿para qué?; valorar los riesgos con respecto a la rentabilidad.....¿por qué?. Decía el analista de renta fija que, bajo una política monetaria no convencional, los inversores piden rentabilidades convencionales. Y si no las tienen, se apalancan (o lo harán) hasta que las consigan. Pero, claro, aquí hablamos de burbujas.
Aún nos queda mucho, en mi opinión, para que ocurran. Aunque, por otro lado, las burbujas sólo se conocen cuando realmente estallan. ¿Y esta semana? Numerosas comparecencias, tanto dentro de la Fed como para el ECB. Y también datos, especialmente los de empleo de octubre en USA. El próximo viernes. Además, esperamos un buen dato con más de 176 m. nuevos empleos.
Al pensar en todo lo anterior se me ocurren varias ideas. Por un lado, lo fácil que es acostumbrarnos a que todo va a ir en línea con lo esperado. Por otro, la confianza en que, en caso de equivocarnos, el castigo a recibir será limitado. Por último, asumir de forma implícita que todos, más o menos, pensamos lo mismo. Ahora intentar buscar similitudes entre las conclusiones anteriores y el comportamiento del inversor financiero. Seguir la tendencia y confiar en que los bancos centrales estarán ahí para corregir las desviaciones.
Pero, siguiendo la última conclusión anterior, el riesgo de iliquidez en caso de un shock. Naturalmente, uno de suficiente entidad para que los bancos centrales (y las autoridades políticas) no puedan contrarrestar. Al menos inicialmente. Pero, naturalmente, todo esto no va a ocurrir....¿verdad?. Pero antes les he dicho una media verdad: me refiero a la moda de los zombies. Y es que no es sólo entre nuestros jóvenes: en los últimos meses hasta en tres ocasiones he escuchado el término en reuniones con inversores. Zombies bancos, zombies inversores (perdón...soy solo el intermediario y no tanto su creador) y hasta zombies los propios bancos centrales. Y el domingo, en un medio escrito nacional, se incluye un nuevo verbo por un analista: zombificar, aludiendo al riesgo de que las empresas también se acostumbren al dinero barato y eviten los ajustes siempre saludables a medio plazo. Coincido, como no podía ser de otra forma, en muchas de sus conclusiones. Incluyendo que la actuación de los bancos centrales viene para quedar por mucho tiempo. Y estamos hablando de medidas excepcionales y temporales, como fueron definidas en 2009 cuando comenzó a utilizarlas la Fed.
En el fondo, todos estamos siendo "zombificados" (creo que no hay copryright por el momento sobre el palabro) de una u otra forma: periodistas, economistas/analistas, autoridades políticas, empresarios y naturalmente, inversores. Al final, agentes económicos que damos por hecho y de forma casi indefinida unas condiciones financieras laxas llevadas al límite. Ajustar la deuda....¿para qué?; valorar los riesgos con respecto a la rentabilidad.....¿por qué?. Decía el analista de renta fija que, bajo una política monetaria no convencional, los inversores piden rentabilidades convencionales. Y si no las tienen, se apalancan (o lo harán) hasta que las consigan. Pero, claro, aquí hablamos de burbujas.
Aún nos queda mucho, en mi opinión, para que ocurran. Aunque, por otro lado, las burbujas sólo se conocen cuando realmente estallan. ¿Y esta semana? Numerosas comparecencias, tanto dentro de la Fed como para el ECB. Y también datos, especialmente los de empleo de octubre en USA. El próximo viernes. Además, esperamos un buen dato con más de 176 m. nuevos empleos.