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Castigo El Gobierno echó a dos directores del BCRA

La intempestiva y desprolija forma en que avanzó esta semana la cúpula del Banco Central (BCRA) para apartar a Gabriel Martino y Miguel Ángel Estevez de la conducción del banco HSBC provocó un cisma en el directorio del organismo, que perdió en las últimas horas a dos de sus más antiguos componentes: los santacruceños Waldo José Farías y Santiago Carnero.
En la reunión extraordinaria que el directorio del BCRA tuvo el lunes, los funcionarios cometieron el "pecado" de no acompañar con su voto el revocamiento de la autorización, que anteriormente se les había concedido, para desempeñarse a Martino y Estevez como presidente y vice de la filial de ese banco en la Argentina. Preocupados por la forma y los riesgos legales que puede implicar haber tomado esa resolución sin permitirles siquiera a los interesados realizar un descargo, Farías y Carnero se negaron a acompañar lo decidido por sus colegas de directorio, sin imaginar que ese gesto motivaría sus despidos.
Farías y Carnero eran los dos últimos directores del BCRA cercanos al ex presidente Néstor Kirchner.
El primero se desempeñó como ministro de Economía de Santa Cruz, tuvo un paso fugaz por el Banco Nación y la conducción de la Lotería Nacional, antes de recalar finalmente en el directorio del Central. Poco después sería puesto al frente de la estratégica Superintendencia de Bancos desde donde se hizo fama por sus reiteradas inasistencias (estuvo 363 días sin concurrir entre enero de 2009 y enero de 2010), que no incidieron para que en 2013 le renovaran el mandato.
El segundo es un contador público de Caleta Olivia que había ejercido la representación del Estado Nacional en YPF hasta 2008 y llegó al directorio del BCRA en 2010. Un año después quedaría también al frente de la Superintendencia y quedaría desplazado de ella cuando Kicillof pudo desembarcar con "su gente" en el organismo.
Ambos pudieron comprobar por estos días que los tiempos han cambiado. Su gesto -mezcla de racionalidad e independencia- levantó airadas quejas en los integrantes del directorio que, ahora unánimamente, responden al ministro de Economía, Axel Kicillof, quien se encargó de llevar el reclamo de sus subordinados a la presidenta Cristina Kirchner,
Según pudo reconstruir LA NACION de consultas con distintas fuentes oficiales y privadas, horas después el dúo díscolo fue convocado de urgencia esa misma tarde por el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia (y actual candidado a vicepresidente), Carlos Zannini, quien les exigió la inmediata renuncia. "Farías la envió de inmediato y Carnero, un día después", confiaron
De esta manera, Cristina Kirchner hizo con ellos lo mismo que antes ya había hecho con otros funcionarios "pingüinos", como el ex presidente del BCRA Juan Carlos Fábrega o los directores Carlos Sánchez y Gabriela Ciganotto.
Los despidos se simplificaron porque ninguno de los dos directores tenía mandato aprobado por el Congreso. Por el contrario, los pliegos dormían desde hace meses en la Comisión de Acuerdos del Senado, encargada de tratarlos.
Quienes conocen de cerca la interna del BCRA creen que la purga apuntó a preservar la verticalidad en la conducción de un organismo que, desde hace años, funciona casi como una dependencia más del Tesoro Nacional. De allí que se cree que el Gobierno no dudará en aprovechar las vacantes generadas para nombran dos nuevos directores que respondan a Kicillof.
Entre los banqueros, la salida de Farías y Carnero generó gran preocupación y no precisamente porque ambos gozaran tanto de la estima ni del respeto profesional del sector financiero. "Si esto hacen a los 90 días de irse, está claro que están dispuestos a todo", confió ayer un banquero, con la condición de no ser identificado. "Vanoli al final queda como lo más moderado del directorio", afirmó.
El BCRA descabezó a la cúpula del HSBC sosteniendo que "no dirigió las acciones necesarias para mitigar y abordar adecuadamente el riesgo de prevención de lavado de activos y financiamiento del terrorismo, situación que a través de diversas sanciones impuestas por la Unidad de Información Financiera ha tenido impacto sobre el riesgo operacional de la entidad".
Además, tuvo en cuenta la causa penal en la que se encuentra involucrado Martino promovida por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP)