China ha decidido suspender las nuevas ventas de acciones y establecer un fondo de estabilización del mercado con el objetivo de combatir las peores caídas en la renta variable en años, mientras crecen las preocupaciones entre los líderes chinos de que el malestar en el mercado de acciones se contagie a otras partes del sistema financiero.
Representantes del Consejo de Estado, del banco central del país, del regulador bursátil y de otras entidades mantuvieron una reunión el sábado para abordar otra ronda de medidas para frenar el desplome de la renta variable.
La decisión, que afectará a miles de millones de dólares en nuevas Ofertas Públicas Iniciales que están a la espera de celebrarse, se produce después de que el índice de referencia de la bolsa de Shanghai perdiera más de un cuarto de su valor desde el máximo del pasado 12 de junio. Otras medidas anteriores, como una rebaja de las tasas de interés por parte del banco central, no han logrado impresionar a los inversionistas, muchos de los cuales se han visto forzados a deshacer sus posiciones mientras siguen los retrocesos en el mercado.
La medida principal será la paralización de las nuevas OPI en un intento por proteger la liquidez en un mercado cada vez más volátil, anunciaron fuentes cercanas al asunto. Se desconoce por cuanto tiempo se prolongará la medida.
Además, en la reunión se abordó la creación de un fondo de estabilización del mercado que obtendrá el capital inicial necesario de las grandes firmas de intermediación bursátil del país. En un comunicado, la Asociación de Valores de China dijo el sábado que alrededor de 21 corredurías, lideradas por Citic Securities Co., invertirán el equivalente al 15% de sus activos netos a fecha de finales de junio, o no menos que 120.000 millones de yuanes, en el fondo. Sin embargo, este importe seguramente no será suficiente. El desplome de las acciones chinas en las últimas tres semanas ha tenido un coste de US$2,4 billones en capitalización bursátil, alrededor de diez veces el Producto Interior Bruto de Grecia el año pasado.
Como consecuencia, se prevé que el banco central del país suministre también financiación para el fondo de estabilización, bien directamente, bien a través del gigantesco fondo soberano del país, dijeron las fuentes. Cualquier decisión necesitará la aprobación del Consejo de Estado, el mayor órgano de decisión del Gobierno del país.
De continuar las ventas en la renta variable, las compañías chinas verían dañada su capacidad de captar fondos y devolver sus deudas, lo que a su vez añadiría más presión a la economía. Se teme además que las turbulencias en las acciones se traduzca en inestabilidad en el sistema financiero chino.
Preocupa especialmente la deuda en la que han incurrido los inversionistas que pidieron prestado para comprar acciones. la deuda en la que se ha incurrido por esta actividad, conocida como financiación de márgenes, se multiplicó por cinco en el último año hasta alrededor de 2 billones de yuanes (unos US$323.000 millones) el mes pasado. El incremento en este tipo de apuestas ha generado temores a un colapso en el mercado chino de acciones, que podría hacer desaparecer los ahorros de pequeños inversionistas y desencadenar inestabilidad social. Supondría además un grave riesgo para el sistema bancario del país ya que muchos prestamistas han asumido créditos utilizando acciones como colateral. Una caída en el precio de esas acciones significaría que a los bancos se les debería mucho más de lo que vale el colateral, lo que resultaría en más pérdidas para las entidades financieras en un momento en el que crecen los niveles de morosidad.
El fondo de estabilización del mercado invertirá primero en los fondos cotizados de valores de gran capitalización para estabilizar al principal segmento del mercado, anunciaron las fuentes.
Los Gobiernos de muchas economías asiáticas, como Hong Kong, Tailandia, Corea del Sur y Japón, intervinieron en sus mercados de capitales durante la crisis financiera asiática de 1998 mediante fondos de estabilización y otras herramientas. Estados Unidos, por su parte, también invirtió cientos de miles de millones de dólares en la compra de activos problemáticos y en inyectar efectivo directamente en los bancos del país durante la crisis financiera global de 2008.
Muchos analistas atribuyen la persistente caída en las acciones a los ajustes de márgenes --o “margin calls”-- que las corredurías ejercen con los inversionistas que han tomado prestado de ellas cuando las acciones caen por debajo de un umbral determinado.
En el comunicado de la Asociación de Valores, las 21 corredurías se comprometieron a no reducir las inversiones por cuenta propia y a intentar incrementar las inversiones en bolsa siempre que el índice de Shanghai se mantenga por debajo de 4.500. El índice cerró el viernes con una caída de 5,8% a 3.686,92 puntos.
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