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Por qué cayó el acuerdo de Macri y Massa: Marcos Peña y Durán Barba volvieron a imponerse

La postura intransigente de los “puristas” del PRO inclinó a Mauricio Macri a cerrar las puertas de un acuerdo con Sergio Massa, que hoy quedó sepultado luego de unassorprendentes declaraciones del jefe de gobierno de un tono fuerte contra su par del Frente Renovador.

En el PRO se dividieron, como ocurrió históricamente, en dos bandos. Por un lado estaban aquellos que pedían un acuerdo con Massa, como Emilio Monzó, Jorge Macri y Nicolás “Nicky” Caputo, el amigo íntimo de Macri que venía hablando con Malena Galmarini y Massa prácticamente todos los días.
Del otro lado estaban dos de las personas a las que Macri les hace caso en casi todo: Marcos Peña y Jaime Durán Barba, partidarios de presentar una propuesta puramente PRO.
“Había que matar a Massa”, dicen en un sector del PRO en sentido figurado y aseguran que si le daban al tigrense la instancia de una primaria para que compita en con María Eugenia Vidal, sólo le iban a dar otra vida a cambio de poco.
Mauricio Macri con María Eugenia Vidal este viernes en Mar del Plata.
Macri ayer por la mañana en la reunión de la mesa chica del PRO, había blanqueado parcialmente esta y otras posibilidades -como reveló LPO-, aunque lo hizo de manera reticente. De hecho, quienes ayer se cruzaron con Vidal la vieron apesadumbrada.
Durán Barba le dijo a Macri que si cerraba con Massa después de todas las críticas que desperdigó contra el peronismo y la “vieja política”, iba a perder la mayor parte del tiempo hasta las primarias justificando el acuerdo.
Las palabras del asesor ecuatoriano fueron determinantes para Macri, que no estuvo ajeno alas tensiones que se generaron en los últimos días.
Prueba de ello fue la reacción del jefe de gobierno esta mañana ante la pregunta de los periodistas que querían saber si acordaría con Massa. El líder del PRO respondió alterado, diciendo que le faltaban el respeto con una pregunta semejante, como si no se tratara de la duda más lógica que puede tener un periodista ante la inminencia de un cierre de listas.
Las tensiones que hicieron crujir al PRO no venían únicamente de parte de aquellos dirigentes partidarios de un acuerdo con Massa, sino que provinieron especialmente del establishment.
Desde los sectores económicos y mediáticos poderosos presionaron muy fuertemente para que Macri aceptara un acuerdo con el Frente Renovador. A comienzos de esta semana, el operador de Techint, Luis Betnaza, le dijo a Massa en una reunión en la UIA que él había mandado a Ernesto Sanz a pedir un acuerdo opositor.
Incluso se hablaba de una reunión del próximo lunes, dos días antes del cierre del plazo para presentar alianzas, entre Macri y Héctor Magnetto, el CEO de Clarín.
Lo cierto es que mientras Macri soportaba las presiones y un sector de su partido salía a descartar públicamente toda posibilidad de un acuerdo, el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, armó una suerte de pista de aterrizaje para dirigentes del Frente Renovador.
En un principio lo cuestionaron dentro del PRO por salirse del libreto del purismo, aunque ahora admiten en el macrismo que intentarán seducir a la mayor cantidad de huérfanos que queden del Frente Renovador.
Y pese a que Macri quedaría como el único opositor capaz de derrotar al kirchnerismo, en el PRO no todo es optimismo. “Hace un año a Massa no le importó sumar porque se creía el dueño de los votos y ahora Macri está haciendo lo mismo”, dijo a LPO uno de los dirigentes del PRO que proponía acordar con el líder del Frente Renovador.