Hay una gran expectativa por las próximas declaraciones ante la justicia del ex director de operaciones de la SI Jaime Stiusso, a partir de que la fiscal Viviana Fein dijo que el fiscal Alberto Nisman se comunicó tres veces por celular con él el día de su muerte. Es sabido que a nombre de Stiusso hay más de 100 líneas, según declaró Roberto Blanco Bermúdez, abogado del espía, ex fiscal federal de Morón y querellante contra la policía de la Provincia por el asesinato de Pedro Viale, “el Lauchón”, un agente de la SI que dependía de Stiusso y que participó activamente en la captura del narcotraficante colombiano José López Londoño, “Mi sangre”, que traficaba cocaína y lavaba dinero del cartel mexicano de los Zetas y aparentemente gozaba de la protección de un sector de la bonaerense. De ahí que cuando un juez de San Miguel ordenó un allanamiento a la casa de Viale, diez integrantes del grupo Halcón entraron disparando a matar y ahora están detenidos por el juez federal de Morón, Juan Pablo Salas, que los imputó por homicidio.
El cambio de blanco
A partir de ese momento, Stiusso entró en emergencia. Finalmente, a fin del año pasado dio un reportaje a la revista Noticias y a la semana siguiente fue jubilado de oficio por el flamante jefe de la SI, Oscar Parrilli. Como ya explicamos en este medio, Stiusso se habría opuesto a “sacar del medio” al juez federal Claudio Bonadío. Comenzó enero y el 12 apareció el “cisne negro” con la denuncia del fiscal Nisman contra la presidente y el canciller Héctor Timerman por encubrimiento de los culpables del atentado a la AMIA, es decir, al gobierno iraní. Seis días después, el fiscal que trabajó junto a Stiusso en la pista iraní apareció muerto violentamente en su departamento. Es probable que ahora Stiusso declare que mataron a un amigo suyo y que murió dudosamente, por lo cual él puede ser el próximo y de ningún modo un posible sospechoso. Finalmente, en cuanto a los llamados telefónicos con Nisman, según nuestras fuentes, dirá que fueron hechos de un celular que pertenecía a Alberto Massino, ex director general de análisis de la SI, quien habría renunciado cuando se enteró de que desde la Casa Rosada pretendían que la SI se “sacara de encima” al juez Bonadío. Massino, al renunciar, habría previsto que esa orden alguien la iba a cumplir y no quiso quedar vinculado al tema. Cuando se preparaban para “sacar del medio” a Bonadío, apareció el “cisne negro” de Nisman y entonces la operación cambió de target.