(EFE).- La deuda portuguesa a diez años volvió a batir nuevos mínimos hoy y llegó a cotizar al 2,1 %, la tasa más baja desde que hay registros y que se sitúa incluso por debajo del interés que paga EE.UU. por esos mismos títulos.
La rentabilidad exigida por los inversores para comprar las obligaciones lusas a este plazo cayó más de una décima desde la sesión anterior, el pasado viernes, lo que los analistas atribuyen al optimismo generado por las operaciones en los mercados del Banco Central Europeo (BCE).
Medios portugueses comparan hoy las tasas que paga su país en el mercado secundario -donde se compran y venden los títulos adquiridos en subasta pública- con las que abona EE.UU., ya que por primera vez en los últimos ocho años son inferiores.
Lisboa se mantiene de esta forma totalmente al margen de las turbulencias financieras que sí afectan a Grecia y la presión sobre su deuda no ha dejado de relajarse en los últimos meses.
De hecho, estas tasas contrastan significativamente con las pagadas por el país en los peores momentos de la crisis, a principios de 2012, cuando sus obligaciones a diez años llegaron a superar el 17 % de interés.
Este ambiente de optimismo llevó al Tesoro luso a programar para el miércoles 25 de febrero una nueva emisión de obligaciones a diez años, apenas quince días después de una subasta similar, en la que logró colocar 1.250 millones de euros a cambio de una penalización del 2,5 %, un nuevo récord positivo.
Portugal pretende así aprovechar el momento de calma que vive en los mercados y que le han permitido incluso anunciar el reembolso anticipado del crédito que le concedió el Fondo Monetario Internacional en 2011, en el marco de su rescate financiero.
También hoy, sus títulos a dos y cinco años cotizaban al 0,29 % y al 1,24 %, respectivamente, muy cerca de sus mínimos históricos.