La agencia Moodys Investors Service mantuvo el jueves la calificación de Argentina, pero cambió su panorama crediticio a "negativo" debido a que considera que, tras el vecimiento del plazo de gracia para pagar a bonitas reestructurados, se acelerará el deterioro de la economía doméstica.
Moody's mantuvo la calificación de emisor del país en "Caa1", que también se aplica a los bonos de ley doméstica, confirmó a nota "(P)Caa2" de los bonos bajo ley extranjera y ratificó la nota "Ca" de los bonos que habían caído originalmente en default.
"El panorama negativo a la nota Caa1 de emisor de Argentina refleja la opinión de Moody's de que la moratoria podría aumentar la presión sobre las reservas internacionales oficiales de Argentina en medio de un continuo estancamiento económico", dijo la agencia en un comunicado.
"El panorama negativo sobre la deuda bajo ley extranjera también refleja la incertidumbre sobre cómo se resolverá el actual atascadero legal, lo que implica un mayor riesgo de que las pérdidas finales de los acreedores sean superiores a un 20 por ciento", agregó.
Tras el fracaso de las negociaciones oficiales con los fondos buitres, el Gobierno nacional negó que el país haya entrado otra vez en default tras 12 años, y habló de "cesación de cobro", por el impedimento que tienen los tenedores reestructurados en recibir los fondos girados por la Argentina.
Moody's mantuvo la calificación de emisor del país en "Caa1", que también se aplica a los bonos de ley doméstica, confirmó a nota "(P)Caa2" de los bonos bajo ley extranjera y ratificó la nota "Ca" de los bonos que habían caído originalmente en default.
"El panorama negativo a la nota Caa1 de emisor de Argentina refleja la opinión de Moody's de que la moratoria podría aumentar la presión sobre las reservas internacionales oficiales de Argentina en medio de un continuo estancamiento económico", dijo la agencia en un comunicado.
"El panorama negativo sobre la deuda bajo ley extranjera también refleja la incertidumbre sobre cómo se resolverá el actual atascadero legal, lo que implica un mayor riesgo de que las pérdidas finales de los acreedores sean superiores a un 20 por ciento", agregó.
Tras el fracaso de las negociaciones oficiales con los fondos buitres, el Gobierno nacional negó que el país haya entrado otra vez en default tras 12 años, y habló de "cesación de cobro", por el impedimento que tienen los tenedores reestructurados en recibir los fondos girados por la Argentina.