La baja de tasas de interés que dispuso el Banco Central (BCRA) para la licitación semanal de sus Letras y Notas, tendrá su correlato el mes próximo sobre los costos de los préstamos personales, prendarios y de tarjetas de crédito que dan las entidades financieras a individuos.
A mediados de junio pasado, el ente monetario impuso un tope sobre estos productos financieros que quedaría determinado por un factor multiplicativo y los retornos de las Lebac a 90 días de plazo.
Desde ayer, el rendimiento de estas Letras pasó de 26,83 a 25,86 por ciento anual.
Según la normativa, los grandes bancos no pueden cobrar por sus préstamos prendarios una tasa que supere en más de un 25 por ciento a esta tasa de referencia, lo que daría a partir de septiembre un costo nominal del 32,33 por ciento anual, más el IVA y otros cargos que conforman el Costo Financiero Total (CFT).
Tampoco pueden percibir por sus préstamos personales una tasa mayor al 45 por ciento del retorno de estas Lebac, lo cual dejaría ese límite en 37,5 por ciento más impuestos y otros cargos.
En forma indirecta este tope afecta también los costos de financiamiento que cobran los bancos por sus tarjetas de crédito, porque la regulación impide que éstos superen en más de un 25 por ciento el promedio de tasas que hayan cobrado por préstamos personales.
Así, el nuevo límite para este segmento quedaría fijado en un rango de entre 46,9 y 58,19 por ciento anual, según el banco.
Los bancos más pequeños cuentan con límites levemente más laxos, ya que no pueden cobrar por prendarios y personales costos que superen en un 40 y 80 por ciento las tasas de Lebac, lo cual dejaría tasas nominales del 36,2 y del 46,55 por ciento respectivamente.
Según el diario Ámbito Financiero, en el sistema financiero descuenta que la reducción de estos topes, en un escenario inflacionario y de mayor presión cambiaria, sólo provocará una mayor contracción sobre el financiamiento.
De acuerdo a datos del BCRA, desde mitad de junio el crecimiento de los préstamos personales se desaceleró del 1,0 al 0,1 por ciento mensual. El de los prendarios y tarjetas, en cambio, ya no existe, dado que cayeron en los últimos 30 días 0,5 y un 4 por ciento, respectivamente.
Desde ayer, el rendimiento de estas Letras pasó de 26,83 a 25,86 por ciento anual.
Según la normativa, los grandes bancos no pueden cobrar por sus préstamos prendarios una tasa que supere en más de un 25 por ciento a esta tasa de referencia, lo que daría a partir de septiembre un costo nominal del 32,33 por ciento anual, más el IVA y otros cargos que conforman el Costo Financiero Total (CFT).
Tampoco pueden percibir por sus préstamos personales una tasa mayor al 45 por ciento del retorno de estas Lebac, lo cual dejaría ese límite en 37,5 por ciento más impuestos y otros cargos.
En forma indirecta este tope afecta también los costos de financiamiento que cobran los bancos por sus tarjetas de crédito, porque la regulación impide que éstos superen en más de un 25 por ciento el promedio de tasas que hayan cobrado por préstamos personales.
Así, el nuevo límite para este segmento quedaría fijado en un rango de entre 46,9 y 58,19 por ciento anual, según el banco.
Los bancos más pequeños cuentan con límites levemente más laxos, ya que no pueden cobrar por prendarios y personales costos que superen en un 40 y 80 por ciento las tasas de Lebac, lo cual dejaría tasas nominales del 36,2 y del 46,55 por ciento respectivamente.
Según el diario Ámbito Financiero, en el sistema financiero descuenta que la reducción de estos topes, en un escenario inflacionario y de mayor presión cambiaria, sólo provocará una mayor contracción sobre el financiamiento.
De acuerdo a datos del BCRA, desde mitad de junio el crecimiento de los préstamos personales se desaceleró del 1,0 al 0,1 por ciento mensual. El de los prendarios y tarjetas, en cambio, ya no existe, dado que cayeron en los últimos 30 días 0,5 y un 4 por ciento, respectivamente.
nosis