En el marco de la 40°
Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, la Cámara Argentina
de Publicaciones (CAP) celebra la importancia que otorga la
sociedad argentina a los libros y destaca que uno de los primeros
e imprescindible contacto de las personas con la lectura es a través
del libro de texto escolar y/o educativo.
Amén del rol clave e
indiscutible que tiene en el trabajo en el aula para la incorporación
de conocimientos específicos, sus beneficios traspasan los límites
académicos tanto en tiempo como en espacio.
“El libro de
texto escolar es el puntapié fundamental para generar el hábito
de la lectura como una actividad placentera y sostenida a lo largo de
los años”, señaló Dante Villalba, presidente de la
Comisión de Educación de la CAP.
Los expertos coinciden
que es una de las tecnologías más difundidas para resolver la
enseñanza a gran escala, ya que garantiza que grupos de alumnos
estudien en simultáneo las mismas cosas, lo que lo convierte en
un igualador de oportunidades para lograr el crecimiento y obtener
movilidad social.
En este sentido, las
editoriales procuran elaborar libros de textos que “colaboren
con el trabajo docente y la transmisión de saberes y, al mismo
tiempo, resulten atractivos y didácticos a los educandos”,
apuntó Villalba.
Para ofrecer un
producto acorde a estas exigencias, deben realizar un trabajo
complejo y pluridisciplinario: diversificar las fuentes visuales con
infografías, tablas, fotografías e ilustraciones; modernizar los
diseños; disponer de contenidos científicos actualizados y carentes
de errores; y realizar una impresión y encuadernación de calidad
para que resista su uso intensivo a lo largo de todo un ciclo
lectivo.
La CAP que
trabaja para el desarrollo de la industria educativa y cultural del
país, dio cuenta del rol clave de este elemento en el trabajo en el
aula, fundamental para docentes y alumnos, por su comprobado efecto
directo sobre el rendimiento y los resultados de los educandos.
El titular de la
Comisión de Educación de La CAP concluye que “los libros no
cuestan, valen”, ya que son una inversión primordial para
el futuro académico, laboral y cultural de las personas.