En el marco del Día de la Propiedad Intelectual, ARGENCON –asociación que agrupa a sectores y empresas exportadores de talento argentino- participó de una mesa de debate en la que se abordaron los principales desafíos y oportunidades que plantea la temática, en un contexto en el que los modelos de consumo cambian de manera constante y en el que no existen ya fronteras.
Carlos Pallotti, CEO de ARGENCON, fue el encargado de abrir la conferencia y lo hizo de manera contundente: “Hay una necesidad creciente de generar un debate sobre qué hacemos con la propiedad intelectual”. Este llamado al análisis estuvo enmarcado en una introducción sobre cómo las nuevas tecnologías crean nuevas formas de consumo de la industria creativa. En este punto la conclusión principal fue que: La protección de la cultura local es importante, de cara al modelo de gestión digital en un mundo globalizado.
El panel estuvo conformado por especialistas quiénes, desde su área de conocimiento, aportaron su visión en la materia: Lic. Pablo Aristizabal, Fundador y CEO de Competir; Dr. Enrique Avogadro, Director de Industrias Creativas y Comercio Exterior del Gobierno de la CABA; Dra. Ana María Cabanellas, Directora Ejecutiva de Editorial Heliasta, ex Presidente Federación Mundial de Editores; Lic. Enrique Carrier, Analista del mercado de las telecomunicaciones y medios. Director de Carrier y Asociados; Sr. Ignacio Rey, productor cinematográfico; Sra. Liliana Mazure, Diputada Nacional, Directora y Productora de cine. Ex Presidente Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales; Dr. Guillermo Ocampo, Director General SADAIC, miembro del Consejo de SISAC (autores y compositores del mundo); Dr. Félix Rozanski, Director de ASDIN, ONG dedicada a la promoción de los “Derechos Intelectuales”.
Durante la jornada, cada exponente presentó su caso, de qué forma incorporan la regulación vigente sobre propiedad intelectual y cuáles son los nuevos desafíos a los que están expuestos a fin de continuar innovando para estar a la altura de las demandas de las economías desarrolladas del mundo. En este punto, la clave está en proteger la innovación.
La OMPI (Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) promueve estas iniciativas a fin de reflexionar sobre la importancia de resguardar el derecho propio de los creadores sobre sus obras y contenidos. Esto ocurre especialmente de cara a los cambios radicales de paradigmas propios del Siglo XXI, que se agrupan bajo el fenómeno ya instalado de la globalización.