Las
várices grandes y sus trastornos asociados como úlceras, flebitis, eczemas,
pigmentaciones, etc., están originadas en la incompetencia valvular de los
llamados grandes troncos venosos, las venas safenas.
El
tratamiento clásico consiste en la extirpación de esos vasos a través de una
cirugía mayor con internación y un postoperatorio bastante molesto. Este
procedimiento no es completamente satisfactorio, ya que la eliminación de
estas importantes venas conlleva a la aparición futura de nuevas várices.
El
médico investigador argentino Miguel Angel Gramajo Booth, pionero en lo
que se llama flebología restaurativa – que no extirpa venas sino que las
repara - explica: “La alternativa superior consiste en la resolución
a través de procedimientos mínimamente invasivos, de la insuficiencia valvular
con conservación de estas importantes estructuras. Con este procedimiento
llamado valvuloplastia externa se logra solucionar el problema original y
conservar este tronco. La evolución en los años subsiguientes del paciente que
conserva las venas safenas es netamente superior.”
Este
procedimiento se realiza con anestesia local en muy breve tiempo y con
deambulación inmediata, pudiendo el paciente al instante de efectuado el
tratamiento reintegrarse a su trabajo, practicar deportes, viajar, o lo que
desee. “Los síntomas, al resolverse la causa, van disminuyendo
notoriamente hasta ser imperceptibles. Sus resultados funcionales son
definitivos y auguran una mejor perspectiva que con los tratamientos
tradicionales”, comenta el Dr. Gramajo Booth.