Uno de las realidades más difíciles de aceptar por parte de los inversores es el hecho que sus decisiones operativas son en gran parte irracionales. He conocido a muchos gestores con una extensa formación fundamental y largos años de experiencia volverse literalmente locos ante situaciones que escapaban de su control.
He visto romper terminales a golpes porque el sistema se había bloqueado y no aceptaba nuevas órdenes de venta. He visto entrar a algún compañero en estado de enajenación mental temporal gritando órdenes a los intermediarios por alguna noticia que analizada posteriormente parecía completamente irrelevante. Este es el ser humano en los mercados financieros puesto en condiciones de máxima presión.
Me vino esto a la cabeza después de leer un interesante artículo de Mark Hulbert de Market Watch, en el que ahondando en este hecho afirmaba que el mayor problema para un inversor reside en no aceptar que no somos completamente racionales, aunque pensemos que lo somos.
Hulbert detalla una serie de estudios académicos que han investigado este tema:
- “Las emociones en el deporte y el retorno de las acciones”, realizado por Alex Edmans de la Escuela Wharton de la Universidad de Pennsylvania; Diego García de la Universidad de Carolina del Norte, y Oyvind Norli de la Escuela Noruega de Administración. Los autores midieron lo que sucede en el mercado de valores de un país determinado inmediatamente después de que sus equipos nacionales perdieran en competiciones internacionales. Se centraron sobre todo en los partidos de fútbol de la Copa del Mundo, pero también estudiaron el cricket, el rugby y el baloncesto, todos ellos con las mismas conclusiones. Encontraron que si el equipo de un país quedaba eliminado en la Copa del Mundo, su mercado de valores al día siguiente sufría significativas caídas.
- “Fase lunar y rendimiento de las acciones” fue realizado por Lu Zheng de la Universidad de California; Kathy Yuan de la London School of Economics, y Qiaoquia Zhu de la Universidad Nacional de Australia. Los investigadores encontraron que " los rendimientos de las acciones son más bajos en los días alrededor de una luna llena que en los días alrededor de la luna nueva."
- “Perdiendo el sueño en el mercado: Anomalía del ahorro de luz diurna”, fue realizado por Mark Kamstra de la Universidad de York, Lisa Kramer de la Universidad de Toronto, y Maurice Levi de la Universidad de Columbia Británica. Los investigadores encontraron que los rendimientos del mercado de valores son significativamente inferiores a lo normal, en promedio, en los lunes siguientes a los cambios a horario de verano.
- "Canción triste de invierno: Un Ciclo del Mercado de Valores " se llevó a cabo por los mismos tres investigadores que el estudio anterior. Encontraron que la rentabilidad del mercado de valores en países de todo el mundo está "significativamente relacionada con la cantidad de luz diaria”, un fenómeno que se fundamenta en los desórdenes emotivos que pueden llevar a la depresión ante la reducción de horas de sol en otoño e invierno.
- “Rendimientos de las acciones y el Tiempo" realizado por David Hirshleifer de la Universidad de California, Irvine y Tyler Shumway de la Universidad de Michigan. Los investigadores encontraron que "el sol está fuertemente correlacionado positivamente con el rendimiento diario de las acciones." La razón, especulan, es que "el tiempo soleado se asocia con un estado de ánimo optimista."
También se han realizado estudios sobre la correlación que existe entre el ciclo de las bolsas y las mareas, las tormentas solares, las conjunciones planetarias…en todos estos análisis se ve una correlación directa entre ciertas condiciones y el rendimiento de los mercados de valores.
Si lo piensan tiene todo el sentido. La inversión en los mercados no es más que otra actividad de los seres humanos, y por tanto condicionada por factores externos como todas las demás. Así que recuerden, antes de invertir en los mercados vean que tiempo va hacer en los próximos días.