El blablablá de estos días tiene un objetivo: que la sociedad no perciba el fondo del debate que está ocurriendo, las consecuencias de las disputas cambiarias entre el Estado y el mercado. Pero va siendo tiempo de reordenar la agenda colectiva...
por ALPHONSE DE LUXEMBURGO
(Especial para Urgente24). La Argentina sigue siendo un país curioso, contradictorio, por momentos absurdo, una suerte de oximorón político y organizacional. Acaso un dislate mundano que, no obstante, sigue adelante, casi siempre ignorando cualquier atisbo de construcción estratégica con visión de futuro, y olvida hasta las certezas más obvias bajo un aluvión de trivialidades, con las que vastas audiencias se entretienen sin remilgos.
Así sucedió, por ejemplo, con la reunión cumbre de gobernadores kirchneristas que, tras las PASO, se realizó en la ciudad de Corrientes el jueves 29/08/2013, antes de las elecciones de medio turno, oportunidad en la que se convalidaron y profundizaron las distancias electorales que derrotaron a la experiencia cristinista. De ese encuentro participó, y hay fotos de ello, Juan Manuel Abal Medina (h), el entonces jefe de Gabinete de Ministros, y también Jorge Capitanich, su sucesor hoy día.
Desde aquí se informó que esos gobernadores elaboraron una nómina de requerimientos dirigidos a Cristina Kirchner para evitar el drenaje de votos, lo que ostensiblemente no sucedió (quizás porque era escaso el tiempo para producir un giro de 180º), pero de hecho el ascenso de Capitanich revela que la “liga de gobernadores” ha recuperado el protagonismo que le había escamoteado el esquema de 2011 de CFK, posterior a su elección para su 2do. mandato presidencial. Cristina, eufórica y prepotente, entonces decidió un giro hacia un arcaico y fracasado'nacionalismo', que destruyó su popularidad.
Aquel “golpe institucional”, gestado en una reunión del instituto Gestar (no es una redundancia) a través de la redacción de un pliego de condiciones, se ha materializado según el esquema de sumar, por decisión de CFK, a quienes expresan ideas sutilmente divergentes, tal como días pasados ha ocurrido con la designación de un sacerdote católico como cabeza del Sedronar –la dependencia pública asignada para luchar contra el narcotráfico- luego de que, institucionalmente, la Iglesia Católica argentina había llamado la atención sobre ese flagelo. Es decir, el recurso es incorporar a quienes manifiestan, educadamente, un punto de vista diferente, pero para hacerlos responsables del éxito o el fracaso de sus propias ideas y propósitos.
Luego de aquel encuentro en Corrientes, comenzó a trascender que aquellos gobernadores, es decir el peronismo 'tradicional y profundo', señalaba al vilipendiado Guillermo Moreno, por entonces todavía poderoso secretario de Comercio Interior, como el culpable de que la inflación no haya sido cauterizada y, por lo tanto, de que en las elecciones de medio turno el post-cristinismo haya sido derrotado sin atenuantes.
Es muy interesante: al peronista ortodoxo Moreno lo decapitaron los gobernadores peronistas. El peronista ortodoxo Moreno era un ídolo del kirchnerismo no peronista.
Así, Moreno, finalmente, dejó su cargo, lo que revela que la “liga de gobernadores” tomó el control, luego de que el alejamiento del nuevo funcionario de la embajada argentina en Roma (Italia), fuera condición para que los mandatarios le concedieran su respaldo a un gobierno con una fragilidad política tan creciente como manifiesta.
En el marasmo que detona la salida de dólares diarios y su impacto en las reservas del Banco Central, el cortoplacismo de la sociedad argentina pierde la perspectiva de asuntos relevantes por suceder y que condicionan el presente (o lo modifican).
De ese modo, el cambio de rumbo que ejecutó CKF apenas tuvo el alta médica, divide aún a los observadores críticos.
De un lado, quienes consideran que el giro 'liberal' del cristinismo es tan poco creíble y confiable como la experiencia reveló que lo fue el tono conciliador que adoptara para ganar las elecciones presidenciales de 2011.
En aquella ocasión la promesa incumplida de Cristina resultó una trapisonda que en la clase media disparó su abandono, dejando al Ejecutivo en la orfandad política, tras aquellas masivas manifestaciones sin bandería partidaria (13S, 8N, etc.).
Del otro lado, quienes -aún desconfiando y con precaución-, evalúan que tal 'vuelta de tuerca', esa recuperación de la racionalistad capitalista, es resultado de las dificultades tanto políticas como económicas surgidas tras las pasadas elecciones de medio turno.
Si es cierto que 'la necesidad tiene cara de hereje', sería conveniente observar que el drenaje de dólares es un fenómeno que se había iniciado antes, junto con la “profundización” de la experiencia gubernamental (el famoso “vamos por todo”), y que el Cepo Cambiario no hizo más que profundizarlo, dado que la fuga de capitales consistió en una expresión viva de la pérdida de confianza en un país que se recostó en ideas vetustas y fracasadas.
Ejemplos de esto, cierta ensoñación marxista (encarnada en Axel Kiciloff, en lo económico; y Diana Conti, la nostálgica stalinista, en lo político) y ciertas manifestaciones nacionalistas retrógadas que desde Otto von Bismarck al presente habrían de desembocar en gobiernos fascistas y dictatoriales (ideas corporizadas en Guillermo Moreno, quien no dudó en manipular las estadísticas del INdEC para intentar, vanamente, preservar la percepción de que no había inflación ni pobreza).
La oposición, en tanto, estaba atomizada y anómica.
“Es preferible una incertidumbre fundada a una certidumbre infundada. El problema con el mundo es que los imbéciles y los fanáticos están siempre tan seguros de sí mismos y que las personas razonables tienen siempre tantas dudas”, decía Bertrand Russell. Aunque, claramente, él no se refería a esos tiempos en la Argentina, su definición se acomoda bastante bien.
En tanto que tales ideas, confusamente unidas en el presunto “modelo K”, generaron desconfianza internacional, se cortó la inversión externa e interna, por lo que sólo quedó vigente la salida de dólares, que aún perdura. El Cepo Cambiario no hizo más que ahondar las dudas y el desprestigio, y así se profundizó la filtración de divisas hacia el exterior.
Pero ¿por qué CFK tiró por la borda su autoritarismo y “profundización” de las propuestas arcaicas que sólo su nostálgica visión de los '70 hizo que reivindicara luego del 10/12/2011?
Tras las elecciones de medio turno de octubre (27/10/2013), la sangría de reservas aumentó. Éstas se calculan hoy genéricamente en US$32.389 millones, y son la única fuente de valor de un país que carece de capacidad de endeudamiento externo, porque ha roto los vínculos con los prestamistas institucionales o privados en virtud de una pretendida independencia económica que llevó al país a la ruina.
Sin embargo, las reservas de libre disponibilidad, luego de descontar cuentas corrientes en otras monedas extranjeras y otros pasivos (un préstamo del Banco de Francia), alcanzan a US$19.526 millones, según un informe del viernes 29/11/2013 de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Si la fuga de divisas persistiera en torno de los US$150 millones diarios, o su equivalente mensual de US$3.000 millones, en algo más de 6 meses, a partir de mayo o junio del año 2014, el colapso sería definitivo, al quedarse el país sin reservas siquiera para financiar las importaciones que mantendrían su aparato productivo en funcionamiento.
De tal forma, el 'síndrome Alfonsín' (por el fallecido Raúl Ricardo) explotaría en la cara del presunto“modelo K”, y entonces CFK debería convocar, en medio de un default 'de facto' tras, para entonces, 11 años de kirchnerismo, a una Asamblea Legislativa para que ella pudiera presentar su renuncia y alejarse sin ninguna gloria, en una huida política en helicóptero, tal como debió hacerlo –por otras circunstancias pero también por un inminente 'default'- el ex presidente Fernando De la Rúa.
Ésta es la consecuencia política de los eventos cambiarios que están ocurriendo en la Argentina. Éste es el contexto de las disputas tan intensas y los esfuerzos de la remozada Administración Cristina por conseguir dólares estadounidense, recuperar reservas, atesorar moneda extranjera.
De continuar la situación presente, la paralización del aparato productivo determinaría previsibles violentos reclamos tanto del sindicalismo (peronista o de izquierda) como de la clase media (el regreso de los 'caceroleros'), porque el país habría caído nuevamente en una quiebra, caos y eventuales saqueos a la búsqueda de alimentos... en un país rico en alimentos.
La Administración Cristina ha logrado un acierto durante los últimos días: que, luego de la derrota electoral que sufrió el 27/10, no se debatieran estas cuestiones sino otras. Las consecuencias del derrumbe electoral no son modificables, pero la sociedad hoy día tiene otros temas en su agenda aparente.
Pero el árbol no impide ver el bosque a, por ejemplo, CFK y su 'mesa chica', desesperados por impedir ese corolario para la 'década ganada'.
Para evitar ese escenario, que algunos economistas anticiparon hace tiempo que podría ocurrir en el 2do. semestre del año próximo, CFK decidió encomendarse a la “liga de gobernadores” peronistas y arriar “los trapos” (según la militante definición de una diputada K), reconociendo indirectamente el completo fracaso de las vacías y ancianas ideas de los adalides de La Cámpora, el nacionalismo fascista de los Moreno y el marxismo seudamente keynesiano de Kiciloff.
Para convencer a un escéptico mundo cuya financiación ahora CFK decidió ir a buscar –luego de que le dio clases magistrales de que el “modelo” argentino encarnado por ella misma era un faro para las economías desarrolladas- al FMI, la banca internacional y a agradecer las gestiones a Rajoy y arreglar con Repsol según el plan del demonizado Antonio Brufau.
Es previsible y lógico que los condicionamientos externos sean mucho mayores ahora para con un gobierno que denostó al capitalismo y coqueteó con Chávez y Fidel Castro. La genuflexión kirchnerista tendrá que ser sumamente convincente y dar todas las garantías.
En aquellas capitales ya saben que, de otro modo, el colapso saludará el final anticipado del segundo mandato de CFK.