Los inversores comienzan a ver riesgos sobre la crisis en Washington en torno al debate del techo de deuda de EE.UU. y el cierre parcial del gobierno. Las últimas noticias y declaraciones suenan a un “enrocamiento” de las posiciones.
Tanto el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, como Barack Obama están esperando que el otro parpadeé, como si se tratara de una especie de concurso de miradas en un patio de colegio.
De todos modos, estos son los escenarios más probables que pueden ocurrir de hoy en adelante (vía Joe Weisenthal de BI):
Escenario 1. (El más probable): El mercado de acciones cae un 2-3% más y los mercados de crédito comienzan a mostrar más síntomas de estrés que hace que los millonarios del Congreso vean como su patrimonio descienda y aprueben una Resolución Continua con ambos lados aflojando un poco sus posturas. Pero es probable que no se obtenga el 100% de lo que quieren y se toque el techo de la deuda antes de alcanzar un acuerdo.
Escenario 2. (Improbable): Si el Congreso no puede llegar a un acuerdo antes del 17 de octubre y Ben Bernanke podría tomar las riendas y salvar el día. Recuerde, la Reserva Federal fue creada específicamente para evitar las crisis financieras y para mantener que el sistema de pagos funcione sin problemas. Y bajo la cláusula de circunstancias extremas, el jefe de la Fed puede hacer todo lo que esté bajo su control monetario, siempre y cuando crea que va a evitar la catástrofe. Teniendo en cuenta que un default provocaría una catástrofe, la Fed trabajará junto con el Tesoro de EE.UU. para evitar tal incumplimiento. Eso significa que puede adoptar o bien algún tipo de QE directamente en el Tesoro o comprar directamente bonos del Tesoro de EE.UU., con el acuerdo de que los volverá a vender de nuevo en el mercado privado una vez que termine el circo en Washington.
La cláusula de circunstancias extremas, es la manera más limpia y lógica que tiene el gobierno de EE.UU. para evitar el impago. Y evita todas las alternativas potencialmente desordenadas como la acuñación de monedas de platino o la venta de bonos ultra premium. Y como el presidente Obama, sin duda, pondrá a Ben Bernanke (y a otros miembros del consejo) en la lista de indultos a cambio de esto, no habrá ningún inconveniente para el Jefe de la Reserva Federal. De hecho, podría llegar a decir que salvó al mundo por segunda vez en 5 años. ¿Cuántas personas pueden presumir de eso?
En el caso de ejercer la cláusula de circunstancias extremas, el Congreso de EE.UU. se convertirá en un asunto irrelevante. Una vez que la Fed está financiando al Tesoro de EE.UU., acabarán las peleas en el Congreso, porque el banco central ha obtenido efectivamente el poder del dinero.
Escenario 3. (También poco probable): Si yo fuera consultor jefe de Bernanke, recomendaría que llamara hoy mismo al presidente Obama y conseguiría un indulto presidencial en el caso de infringir la Ley de la Reserva Federal bajo el ejercicio de la cláusula de circunstancias extremas, en caso de un posible default. Entonces llamaría a Jack Lew (secretario del Tesoro de Estados Unidos) y le diría que tengo el respaldo y que no dejaría que un grupo de locos en el Congreso causen la segunda crisis financiera en 5 años. Y luego llamaría al presidente de la Cámara de Representantes Boehner y le haría saber que voy a financiar a los EE.UU. el 17 de octubre y le informaría de que su influencia política ha desaparecido. En otras palabras, forzaría el escenario 1, asegurando que el escenario 2 está sobre la mesa. Eso pondría fin a toda la "crisis ", ya que se eliminaría la influencia que tiene la Casa Blanca sobre el Senado.
La conclusión es:
1) El gobierno de EE.UU. no entrará en default, ya que, si el Congreso no puede entrar en razón, entonces los adultos de la Fed y el Tesoro simplemente eludirán su autoridad para evitar la catástrofe.
2) El Congreso debe ser prudente y evitar poner al Tesoro y la Reserva Federal en una posición imposible.
3) Lo que creo que es que dentro de unas semanas miraremos hacia atrás y nos reiremos sobre lo cómico que se ha vuelto la política en Washington.
Carlos Montero