El nuevo número de la revista TIME presenta lo que parece ser un pronóstico muy alcista para los mercados de acciones: un gran toro en su portada. El toro suele representar a los mercados alcistas y el oso a los mercados bajistas. El origen de estas expresiones no está claro. Estas son dos de las explicaciones más frecuentes:
Los términos " oso " y "toro" podrían derivan de la forma en que cada animal ataca a sus oponentes. Es decir, un toro ataca con sus cuernos de abajo arriba y un oso con sus zarpas de arriba a abajo. Estas acciones se relacionan metafóricamente al movimiento de un mercado.
Otra explicación es que, históricamente, los intermediarios de ventas de pieles de oso vendían las pieles que no todavía no tenían (de ahí el dicho vender la piel del oso antes de cazarlo). Como tal, especulan sobre el futuro precio de compra de estas pieles, esperando que desciendan. Estos intermediarios se conocieron como "los osos”, abreviatura para los corredores de piel de oso, y el término se quedó para describir un descenso en el mercado. A la inversa, porque los osos y toros siempre han sido considerados como opuestos debido a las populares peleas entre toros y osos, el término toro se erigió como el opuesto de los bajistas.
Tras esta explicación, que muchos conocerán, las portadas "mega-alcistas" de las grandes revistas económicas han sido asociadas a techos de mercado, ya que señalaban una euforia propia de extremos alcistas. En la práctica, deberíamos vender las acciones cuando viéramos estos síntomas ya que se trata de un indicador contrario. Sin embargo, los datos no sostienen este argumento.
El reputado historiador del mercado Laszlo Birinyi ha analizado las últimas portadas de la revista TIME.
"Durante los últimos 65 años la revista TIME ha ofrecido la imagen de un toro en su portada varias veces", escribió Birinyi.
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Según la tradición del mercado, este evento es generalmente considerado como negativo para el mercado. Sin embargo, analizando la base de datos de Birinyi, hemos ido hacia atrás en la historia y analizado las portadas históricas de la revista TIME y hemos encontrado que el mito es en general incorrecto.
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Carlos Montero