Buenos datos en todo el mundo. La economía parece ir mejorando en todo el mundo, aunque no a un ritmo que pudiera ser preocupante, de modo que el mercado se muestra cauteloso con respecto a las políticas monetarias que intervienen en la ecuación. En las próximas 24 horas, cuatro bancos centrales anunciarán sus decisiones en materia de tipos de interés, ya que cada región tiene sus propios retos, pero que a nadie le sorprenda si se quedan aparte y dejan a la Fed las decisiones importantes.
Reducir o no reducir la flexibilización cuantitativa: esta es la cuestión. Una cuestión que se muestra esquiva para los mercados, ya que todos y cada uno de los datos económicos que aparecen se analizan con microscopio y, como resultado, hemos asistido a acciones de precios bastante notables. Pero, ¿estamos más cerca de la verdad? Me imagino que “verdad” es un término relativo, así que mejor llamémosle “certidumbre”. En este caso, la respuesta sería “no”.
Mientras que la mayor parte del mercado cree que la flexibilización cuantitativa empezará a reducirse, efectivamente, en septiembre porque la economía estadounidense lleva algunos meses subiendo, la crisis de los mercados emergentes y la fuga de capital podría bastar para asustar a la Fed, que podría aplazar la medida unos meses. Después de todo, la razón de toda la cháchara de la Fed es inducir un cierto comportamiento a nivel financiero, de modo que, digámoslo así, el ladrido está pensado para ser peor que la mordida. Pero, ¿qué pasa si no se produce el resultado deseado?
Dentro de unas horas conoceremos el Libro Beige de EE UU, y aunque los datos económicos son más positivos últimamente, el meollo del asunto queda reducido a dos: el empleo y el sector inmobiliario. Y de momento, son estos dos los que aun no acaban de despegar. Si la reducción de la flexibilización cuantitativa hace subir las rentabilidades, produciéndose una bajada de una demanda que ya es baja, entonces podrían arriesgarse a perder todo lo que han conseguido hasta este momento. Y todo empieza con el Libro Beige, que confirmará o refutará el informe de empleo no agrícola que conoceremos el viernes.
Durante la sesión asiática, ha habido una continuación del apetito de riesgo, ya que en Australia el PIB ha resultado ser mejor de lo esperado, con un 0,6% frente a la previsión del 0,5%, lo que ha aupado las cifras anualizadas a 2,6% desde el esperado 2,4%. Además, el índice de gestores de compras de China también ha resultado ser mejor de lo esperado (52,8 frente al 51,3 del mes pasado), lo que indica que aun existe crecimiento. Ambos datos ayudaron a aupar al aussie y al kiwi, con el primero por encima de 0,9150 frente al USD y el kiwi en 0,7875 y subiendo.
En Japón, el yen continúa bajando frente al USD, y el Nikkei subió ayer un 3%. El Banco de Japón será el primero en salir a la palestra mañana con su decisión sobre tipos de interés. Seguramente no habrá cambio alguno, ya que de momento les va bien el nivel del yen, que se opera ahora mismo en 99,s50 frente al USD. Sin embargo, si el tono del Libro Beige es más bien de tipo “dovish”, podríamos ver cierta presión a pesar de que la política no cambie.
El próximo es el Banco de Inglaterra, y los últimos datos han sido bastante positivos. El PMI del sector servicios se sitúa en máximos de dos años, con una lectura de 60,5 frente a la previsión de 59,7 y la lectura del mes pasado en 60,2. Si los datos continúan mejorando con la misma rapidez, Carney ya puede prepararse para hacer algo para frenar un poco la subida de la libra, que ahora mismo se opera en 1,5625 frente al USD, ya que su estrategia de la “forward guidance” no lo está haciendo.
El siguiente en salir a la palestra es el BCE, con un ambiente en Europa definitivamente “dovish”. El índice de gestores de compras (PMI) del sector servicios se sitúa ligeramente por debajo de las expectativas,. La previsión del PIB se sitúa dentro de lo esperado, en el 0,3%, para el segundo trimestre, pero que a nadie le sorprenda si se revisa a la baja, ya que la economía sigue insegura. Las ventas minoristas también han salido por debajo, lo que ha hecho bajar a las bolsas europeas.
Pero antes de todo, el Banco de Canadá anunciará su propia política, de la que no se espera ningún cambio. Pero están en una posición un tanto precaria, ya que la inflación se ha disparado un poco y el PIB se ha enfriado un poco. El CAD debería beneficiarse de la subida del precio del petróleo, pero, en realidad, la economía canadiense también está muy ligada a la estadounidense, de modo que si el USD se refuerza podría ayudar a las exportaciones canadienses hacia EE UU. El loonie se sitúa ahora en 1,0480 frente al USD.
Las bolsas estadounidenses empiezan el día ligeramente a la baja, y las materias primas les van a la baja. El Libro Beige podría ser el último test para la Fed. Si los datos son optimistas y los mercados se hunden, la Fed podría dar marcha atrás . Si es optimista y los mercados se quedan igual o si suben, la Fed podría empezar la reducción de la flexibilización cuantitativa en septiembre mismo. Claro, siempre y cuando los datos de empleo apoyen la visión. Como con todo en el mercado, el tiempo lo dirá. Solo hay que tener cuidado en el momento de hacerse público el dato, pues habrá más volatilidad.
Por Mike Conlon | Forex
Reducir o no reducir la flexibilización cuantitativa: esta es la cuestión. Una cuestión que se muestra esquiva para los mercados, ya que todos y cada uno de los datos económicos que aparecen se analizan con microscopio y, como resultado, hemos asistido a acciones de precios bastante notables. Pero, ¿estamos más cerca de la verdad? Me imagino que “verdad” es un término relativo, así que mejor llamémosle “certidumbre”. En este caso, la respuesta sería “no”.
Mientras que la mayor parte del mercado cree que la flexibilización cuantitativa empezará a reducirse, efectivamente, en septiembre porque la economía estadounidense lleva algunos meses subiendo, la crisis de los mercados emergentes y la fuga de capital podría bastar para asustar a la Fed, que podría aplazar la medida unos meses. Después de todo, la razón de toda la cháchara de la Fed es inducir un cierto comportamiento a nivel financiero, de modo que, digámoslo así, el ladrido está pensado para ser peor que la mordida. Pero, ¿qué pasa si no se produce el resultado deseado?
Dentro de unas horas conoceremos el Libro Beige de EE UU, y aunque los datos económicos son más positivos últimamente, el meollo del asunto queda reducido a dos: el empleo y el sector inmobiliario. Y de momento, son estos dos los que aun no acaban de despegar. Si la reducción de la flexibilización cuantitativa hace subir las rentabilidades, produciéndose una bajada de una demanda que ya es baja, entonces podrían arriesgarse a perder todo lo que han conseguido hasta este momento. Y todo empieza con el Libro Beige, que confirmará o refutará el informe de empleo no agrícola que conoceremos el viernes.
Durante la sesión asiática, ha habido una continuación del apetito de riesgo, ya que en Australia el PIB ha resultado ser mejor de lo esperado, con un 0,6% frente a la previsión del 0,5%, lo que ha aupado las cifras anualizadas a 2,6% desde el esperado 2,4%. Además, el índice de gestores de compras de China también ha resultado ser mejor de lo esperado (52,8 frente al 51,3 del mes pasado), lo que indica que aun existe crecimiento. Ambos datos ayudaron a aupar al aussie y al kiwi, con el primero por encima de 0,9150 frente al USD y el kiwi en 0,7875 y subiendo.
En Japón, el yen continúa bajando frente al USD, y el Nikkei subió ayer un 3%. El Banco de Japón será el primero en salir a la palestra mañana con su decisión sobre tipos de interés. Seguramente no habrá cambio alguno, ya que de momento les va bien el nivel del yen, que se opera ahora mismo en 99,s50 frente al USD. Sin embargo, si el tono del Libro Beige es más bien de tipo “dovish”, podríamos ver cierta presión a pesar de que la política no cambie.
El próximo es el Banco de Inglaterra, y los últimos datos han sido bastante positivos. El PMI del sector servicios se sitúa en máximos de dos años, con una lectura de 60,5 frente a la previsión de 59,7 y la lectura del mes pasado en 60,2. Si los datos continúan mejorando con la misma rapidez, Carney ya puede prepararse para hacer algo para frenar un poco la subida de la libra, que ahora mismo se opera en 1,5625 frente al USD, ya que su estrategia de la “forward guidance” no lo está haciendo.
El siguiente en salir a la palestra es el BCE, con un ambiente en Europa definitivamente “dovish”. El índice de gestores de compras (PMI) del sector servicios se sitúa ligeramente por debajo de las expectativas,. La previsión del PIB se sitúa dentro de lo esperado, en el 0,3%, para el segundo trimestre, pero que a nadie le sorprenda si se revisa a la baja, ya que la economía sigue insegura. Las ventas minoristas también han salido por debajo, lo que ha hecho bajar a las bolsas europeas.
Pero antes de todo, el Banco de Canadá anunciará su propia política, de la que no se espera ningún cambio. Pero están en una posición un tanto precaria, ya que la inflación se ha disparado un poco y el PIB se ha enfriado un poco. El CAD debería beneficiarse de la subida del precio del petróleo, pero, en realidad, la economía canadiense también está muy ligada a la estadounidense, de modo que si el USD se refuerza podría ayudar a las exportaciones canadienses hacia EE UU. El loonie se sitúa ahora en 1,0480 frente al USD.
Las bolsas estadounidenses empiezan el día ligeramente a la baja, y las materias primas les van a la baja. El Libro Beige podría ser el último test para la Fed. Si los datos son optimistas y los mercados se hunden, la Fed podría dar marcha atrás . Si es optimista y los mercados se quedan igual o si suben, la Fed podría empezar la reducción de la flexibilización cuantitativa en septiembre mismo. Claro, siempre y cuando los datos de empleo apoyen la visión. Como con todo en el mercado, el tiempo lo dirá. Solo hay que tener cuidado en el momento de hacerse público el dato, pues habrá más volatilidad.
Por Mike Conlon | Forex