Según la última edición del Índice Global de Competitividad que elabora el Foro Económico Mundial (WEF es la sigla en inglés), Argentina retrocedió diez lugares y quedó muy por detrás de los principales socios regionales.
El índice colocó al país en el puesto 104 sobre un total de 148 relevados por la entidad con sede en Suiza.
Según explicó Eduardo Fracchia, responsable del capítulo local de la encuesta entre empresarios, la pérdida de diez puestos refleja en gran medida el impacto que sobre el potencial del país tienen la corrupción, la inflación, la ineficiencia del Gobierno y el favoritismo del poder con determinados grupos y empresas.
El país más competitivo es Suiza, seguido por Singapur y Finlandia, sin cambios respecto al año pasado; en el cuarto y quinto lugar, respectivamente, quedaron Alemania y los Estados Unidos, que mejoraron dos puestos cada uno.
Chile sigue como el país más atractivo, pero las llamadas "economías grandes" de la zona no están demasiado bien. México cayó dos lugares al puesto 55 y Brasil perdió ocho puestos para terminar 56. Colombia se mantuvo en el 69 y las mejoras significativas se dieron en economías pequeñas. Bolivia avanzó seis puestos para salir de los que están por debajo del puesto 100.
Canadá aparece en el puesto 14, al igual que en la medición de un año atrás. Australia, que perdió un lugar, está en el puesto 21. Y España se ubicó en el puesto 35.
El informe señala que el país sufre un "persistente deterioro en las condiciones macroeconómicas". En ese ítem, uno de los que sirve para armar el índice global, la Argentina se ubica en el puesto 111 y en acceso al financiamiento en el puesto 143.
Donde los resultados son peores es en materia de la percepción que tienen los empresarios locales sobre la corrupción y los favoritismos del Gobierno, ya que la Argentina está en el puesto 145 entre 148 en materia de corrupción, el 147 en eficiencia gubernamental y el 146 en favoritismo de grupos o empresas.
Estos indicadores alcanzan para impedir el progreso al que podrían ayudar el hecho de ser un país con un mercado relativamente grande (puesto 24), con potencial y perspectivas para economías de escala, y un alto nivel de asistencia a la universidad (puesto 15).
La Argentina también se encuentra mal en materia de protección de los derechos de propiedad (147, apenas un puesto antes del último), y en materia de instituciones sólo lo ayuda a mejorar su situación la ausencia de costos importantes asociados al riesgo de terrorismo.
En materia de infraestructura las calificaciones son también malas, por debajo del puesto 99 en casi todos los casos, con la excepción de la disponibilidad de servicios aéreos y telefónicos.
Según explicó Eduardo Fracchia, responsable del capítulo local de la encuesta entre empresarios, la pérdida de diez puestos refleja en gran medida el impacto que sobre el potencial del país tienen la corrupción, la inflación, la ineficiencia del Gobierno y el favoritismo del poder con determinados grupos y empresas.
El país más competitivo es Suiza, seguido por Singapur y Finlandia, sin cambios respecto al año pasado; en el cuarto y quinto lugar, respectivamente, quedaron Alemania y los Estados Unidos, que mejoraron dos puestos cada uno.
Chile sigue como el país más atractivo, pero las llamadas "economías grandes" de la zona no están demasiado bien. México cayó dos lugares al puesto 55 y Brasil perdió ocho puestos para terminar 56. Colombia se mantuvo en el 69 y las mejoras significativas se dieron en economías pequeñas. Bolivia avanzó seis puestos para salir de los que están por debajo del puesto 100.
Canadá aparece en el puesto 14, al igual que en la medición de un año atrás. Australia, que perdió un lugar, está en el puesto 21. Y España se ubicó en el puesto 35.
El informe señala que el país sufre un "persistente deterioro en las condiciones macroeconómicas". En ese ítem, uno de los que sirve para armar el índice global, la Argentina se ubica en el puesto 111 y en acceso al financiamiento en el puesto 143.
Donde los resultados son peores es en materia de la percepción que tienen los empresarios locales sobre la corrupción y los favoritismos del Gobierno, ya que la Argentina está en el puesto 145 entre 148 en materia de corrupción, el 147 en eficiencia gubernamental y el 146 en favoritismo de grupos o empresas.
Estos indicadores alcanzan para impedir el progreso al que podrían ayudar el hecho de ser un país con un mercado relativamente grande (puesto 24), con potencial y perspectivas para economías de escala, y un alto nivel de asistencia a la universidad (puesto 15).
La Argentina también se encuentra mal en materia de protección de los derechos de propiedad (147, apenas un puesto antes del último), y en materia de instituciones sólo lo ayuda a mejorar su situación la ausencia de costos importantes asociados al riesgo de terrorismo.
En materia de infraestructura las calificaciones son también malas, por debajo del puesto 99 en casi todos los casos, con la excepción de la disponibilidad de servicios aéreos y telefónicos.
nosis