Tras tomar los bombos para anunciar el megaproyecto minero en Mendoza de la brasileña Vale, luego de la nacionalización de YPF como un supuesto ejemplo de que los capitales internacionales siguen confiando en el país, Cristina Fernández deberá poner la otra mejilla para recibir el golpe: en una represalia por el bloqueo al giro de dividendos al exterior, la minera, que invertiría unos US$6000 millones y "nos permitiría equilibrar la balanza comercial con Brasil", según el anuncio oficial hace sólo 6 meses, paralizó el proyecto. Pero Cristina no es la única perjudicada. La medida golpea seriamente a la administración de Paco Perez, preocupado ante la posibilidad de un "estallido social".
(Urgente24) En el mes de julio pasado y a sólo una semana de que la presidente Cristina Fernández elogiara el proyecto en Mendoza en un acto oficial, Urgente24 informaba que la minera brasileña Vale Do Rio Doce había puesto en revisión todos sus proyectos en el mundo ante la abrupta reducción de sus utilidades durante la 1ra parte del año.
El proyecto de extracción de potasio en la localidad de Malargüe, al que se refería la mandataria, también había quedado bajo los efectos de esta revisión.
"El proyecto 'Potasio Río Colorado' quedará sujeto a la aparición de un socio argentino que pueda contribuir con los U$5.000 millones que hacen falta para desarrollarlo", anunciaba Roger Downey, un ejecutivo de la compañía.
El proyecto de Vale fue celebrado en la Casa Rosada por la Presidente y estimó que el resultado de las exportaciones del mineral "nos permitirá equilibrar la balanza comercial con Brasil".
Sin el socio local, el proyecto mendocino quedó en veremos.
Pero entonces, la empresa afirmó que no se estaba hablando de "desinversión". El presidente de Vale, Murilo Ferreira, explicaba en una conferencia con inversores que la intención ahora era "dar prioridad a los proyectos que generen un mayor beneficio para los inversionistas", aunque matizó al afirmar que "no habrá ningún movimiento abrupto".
Ahora, 6 meses más tarde, la minera confirma la paralización del megaproyecto en Mendoza, apelando a la misma "incertidumbre", aunque, según el sitio 'La Política Online', sería no más que "una represalia por el bloqueo al giro de dividendos al exterior".
La medida no sólo golpea a la mandataria Cristina Fernández, sino también y muy seriamente, a la administración de Paco Pérez.
"Ejecutivos de la minera brasileña Vale confirmaron extraoficialmente que el megaproyecto en el sureño departamento de Malargüe se suspenderá hasta nuevo aviso", publica el mencionado sitio.
Los directivos de Vale se limitaron a señalar que el precio de las sales de potasio bajó 50% en dos años y así no es viable continuar con la inversión en el país de unos 6.000 millones de dólares anunciados a finales del 2011.
Lo curioso es que al momento del anuncio en la Casa Rosada la tendencia de baja de precio del potasio ya estaba consolidada, según surgen de las propias palabras de los directivos.
Según 'La Política Online', "Vale no hace sino tomar la delantera –de manera muy agresiva- de un malestar que recorre a toda la industria. La prohibición de hecho del gobierno del giro de utilidades al exterior. Para que se entienda, las mineras manejan volúmenes muy importantes de ganancias, acorde a las inversiones que realizan. Son ciento y miles de millones de dólares que se ven impedidos de remitir al exterior. Es obvio que el Gobierno no está en condiciones de soportar una sangría de esas dimensiones de la divisa norteamericana, pero estas compañías son globales y tienen que responder a inversiones muy fuertes en todo el planeta y la presión de sus accionistas por mantener las ganancias altas".
Según el sitio 'iEco', la empresa dijo que por ahora los sueldos de los trabajadores se seguirán pagando, pero el congelamiento de las obras golpea a una amplia cadena de empresas contratistas. Supuestamente el lunes 4 de febrero podrían reanudarse algunos trabajos, pero la palabra de la minera no es muy confiable en este sentido.
Primero los trabajadores se iban a reincorporar el 7 de enero, tras el receso de fin de año; luego se dijo el 14 y finalmente el 21. Cuando esto ocurrió las preguntas se sucedieron, hasta dar con la confirmación de la paralización de las obras.
De hecho, el anunció descolocó al gobierno de Paco Pérez. El ministro de Infraestructura, Rolando Baldasso, anunció ayer que que las obras se reanudarían “esta semana” y agregó que eso le había comunicado Vale por escrito. Luego, fuentes de la Gobernación admitieron que se habían enterado “por los medios” de la decisión de la minera.
El gobierno de Paco Pérez no tiene otra inversión de este tamaño para mostrar. El propio Pérez confirmó que ya pidió una reunión urgente con el CEO de Vale en Argentina, Sergio Leite, para conocer de primera mano las razones de la paralización de los trabajos en Malargüe.
"Hay que ver cuáles son los argumentos para que se pare la obra", manifestó Pérez, quien agregó: es un proyecto demasiado importante, hay más de cuatro mil personas involucradas, la prioridad es asegurar el proyecto, esto tiene que ver con problemas ajenos a la provincia, con el proyecto ferroviario y los valores de las expropiaciones en algunas provincias”.
Según el 'Diario Uno' de Mendoza, Perez explicó que la provincia no intervendrá en el proceso de expropiaciones, ya que eso está ocurriendo en provincias como La Pampa, pero tampoco se quedará de brazos cruzados.
En tanto, el senador radical Armando Camerucci, adelantó que realizará un amplio pedido de informes al Gobierno mendocino para que informe en detalle la situación en Malargüe.
El combativo legislador radical dijo tener información respecto a que Vale está presionando al Gobierno nacional porque intuye que cuando la mina esté produciendo y obtenga rentabilidad, le será complicado sacar las divisas al exterior.
Para tener una idea del daño que esta decisión le causa a la provincia, no hay más que repasar el proyecto, que contempla la construcción de una cinta transportadora de 40 kilómetros, un aeropuerto y las instalaciones ferroviarias necesarias para llevar el mineral hasta los puertos de la provincia de Buenos Aires.
Toda la estructura de las empresas contratadas por Vale ya ocupan a unos 5.000 trabajadores, de los cuales 75% es mano de obra mendocina, tal como acordó la Provincia y las compañías antes de comenzar los trabajos.
El tema es tan grave para Mendoza que prácticamente monopolizó una conferencia de prensa que Paco Pérez había convocado para dar a conocer detalles del clásico entre Boca y River que se jugará en Mendoza la semana que viene. Ante los periodistas aseguró que su gobierno intentará asegurar la “continuidad del proyecto y las fuentes de trabajo”.
Pero lo cierto es que bien los resortes que puede manejar la provincia para revertir la decisión de la minera parecen pocos.
Lo que realmente preocupa al Gobierno es el estallido social que podrían producirse en Malargüe. Los antecedentes avalan la alarma: el año pasado, un grupo de desocupados atacaron la sede de la Municipalidad provocando serios destrozos. Pedían trabajar para algunas de las empresas que prestan servicio a Vale. Fue algo acotado, pero un cierre definitivo del yacimiento podría derivar en una crisis de magnitudes impredecibles en un departamento con 30.000 habitantes que apuesta todo a la minería.