2013 es considerado por muchos estrategas de acciones como el inicio de la tan esperada "gran rotación", con los inversores trasladándose del mercado de bonos al de renta variable. Las acciones europeas se ven como un destino especialmente atractivo.
BlackRock ha visto recientemente un aumento de los flujos hacia la renta variable europea.
"Estos flujos vienen especialmente desde la liquidez y desde las acciones de EE.UU., pero también ha habido algún traspaso desde el mercado de bonos. Esto es bastante relevante porque es la primera vez que vemos esto desde hace muchos años", afirma Nigel Bolton, director de acciones europeas de BlackRock.
El techo de la deuda en EE.UU. y la incertidumbre sobre el acantilado fiscal ha desplazado el foco de las preocupaciones de los inversores de la zona euro a los EE.UU., lo que ha puesto de manifiesto la infravaloración de la renta variable europea con respecto a la de EE.UU.
Según BlackRock, las bolsas europeas cotizan con un descuento del 25% respecto al mercado de EE.UU. Eso está cerca del descuento histórico más elevado, que normalmente se situaba en un 8% promedio.
El punto de inflexión para las acciones europeas fue el verano de 2012, cuando las carteras de los gestores mantenían una infraponderación récord en las acciones europeas, y el BCE anunció que haría todo lo posible para mantener la zona euro de forma íntegra. La acción del BCE provocó un alza en las acciones europeas en la segunda mitad de 2012.
Según Nigel Bolton, "estamos sólo a medio camino en un mercado alcista".
En base al ratio PER, las acciones europeas están infravaloradas en un 15% respecto a su media histórica. BlackRock ve un retorno promedio en ese mismo porcentaje en las acciones europeas en 2013.
"El mercado de renta variable europeo ofrece una rentabilidad por beneficio del 9% y por dividendo del 4%, significativamente más atractivos que los inversores pueden obtener en efectivo, o en los bonos soberanos de bajo riesgo", afirma BlackRock.