LA SEMANA EN POCAS PALABRAS
Las variables conocidas en la última semana comparten el freno en su ritmo de crecimiento pero arrojan señales mixtas sobre la marcha de la economía: 1) la construcción sigue en terreno positivo (a menor ritmo que años previos) pero se observa una caída de las operaciones inmobiliarias; 2) la recaudación impositiva creció al menor ritmo de los últimos meses pero con mucha divergencia entre tipo de impuestos; y 3) los salarios nominales del sector privado registrado crecieron 1,4% en marzo pero el arrastre de los aumentos de 2011 todavía explica un aumento anual del 35%.
En un clima de mayores controles y restricciones para la compra de dólares, la compra-venta de inmuebles exhibió una persistente disminución en lo que va de 2012. Según la Cámara Inmobiliaria Argentina, en marzo las escrituras traslativas de dominio en la Ciudad de Buenos Aires mostraron su tercera caída interanual consecutiva (-0,5% a/a), acumulando en el primer trimestre una contracción de casi 7% anual, algo que no se veía desde la crisis global de 2009.
A pesar de una caída en las operaciones de compra-venta de inmuebles, la actividad de la construcción se mantiene relativamente firme. De acuerdo al ISAC-INDEC, el sector rebotó en marzo luego de un muy mal febrero (aumentó 7% m/m sin estacionalidad, tras contraerse 5,5% el mes previo). Así, la construcción creció 5,6% respecto a igual mes del año anterior y el primer trimestre promedió un aumento de 3,5% en la comparación interanual.
El divorcio entre la actividad inmobiliaria y la construcción respondería al efecto residual de las obras iniciadas en 2011. El punto es consistente con la caída de los permisos de edificación en la Ciudad de Buenos Aires: en marzo disminuyeron 66% a/a y en el primer trimestre 42% a/a. En otras palabras, la caída en la actividad inmobiliaria tendría un efecto rezagado sobre la construcción que, sin mediar un cambio de tendencia, podría observarse en los próximos meses.
El dato de recaudación tributaria es un manojo de contradicciones. Si se lo quiere utilizar como una aproximación a lo que está pasando con el nivel de actividad, las señales son más que confusas. Por un lado, el dato de crecimiento anual de los ingresos del fisco fue el más flojo en muchos meses (+24%). Por otro, el IVA-DGI (quizá la variable más representativa del ritmo de expansión de la demanda nominal) mostró un crecimiento superlativo del 41% a/a, muy superior a la expansión promedio en 2011 (31%). En contraste, el IVA-DGA cayó como reflejó del colapso de las importaciones, a la vez que los aportes a la Seguridad Social desaceleraron su crecimiento.