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Standard & Poor’s revisa su BICRA de Bolivia al grupo ‘8’ del grupo ‘10’

ResumenRevisamos nuestro Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País (BICRA, por sus siglas en inglés) de Bolivia tras la publicación de la actualización de nuestra metodología.
Revisamos nuestro BICRA de Bolivia al grupo ‘8’ del grupo ‘10’.
Revisamos nuestra clasificación de riesgo económico a ‘8’ de ‘10’, y asignamos una clasificación de riesgo de la industria de ‘7’.Acción de Calificación (BICRA)Buenos Aires, 9 de noviembre de 2011.- Standard & Poor’s Ratings Services dijo hoy que revisó su Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País (BICRA, por sus siglas en inglés) de Bolivia al grupo ‘8’ del grupo ‘10’. Al mismo tiempo, revisó su clasificación de riesgo económico a ‘8’ de ‘10’ y asignó su clasificación de riesgo de la industria de ‘7’. FundamentoRevisamos el sector bancario del Estado Plurinacional de Bolivia (calificaciones soberanas en moneda extranjera: B+/Positiva/B; moneda local: B+/Positiva/B) bajo nuestra metodología actualizada de BICRA. Nuestros criterios definen que el marco del BICRA “está diseñado para evaluar y comparar sistemas bancarios en todo el mundo”. El análisis de BICRA de un país cubre las instituciones financieras calificadas y no calificadas que toman depósitos, otorgan crédito, o se involucran en ambas actividades. La escala de los grupos va de ‘1’ (el de menor riesgo) a ‘10’ (el de mayor riesgo). Otros países que se encuentran en el grupo ‘8’ son Argentina, Uruguay, Túnez y Georgia. Nuestra clasificación de riesgo económico de ‘8’ refleja nuestra opinión de que Bolivia tiene un ‘riesgo muy elevado’ para su resistencia económica, un ‘riesgo bajo’ en lo que se refiere a desequilibrios económicos y un ‘riesgo extremadamente elevado’ para el riesgo crediticio en la economía. La clasificación de la resistencia económica refleja la economía aún en desarrollo de Bolivia y su limitada diversificación económica, junto con un escenario político tenso y fragmentado. Las perspectivas de crecimiento están impulsadas principalmente por los altos precios del gas y de los metales junto con el mayor gasto del sector público. Sin embargo, la baja inversión del sector privado puede deteriorar el crecimiento. Los balances fiscales siguen dependiendo de los ingresos de las materias primas internacionales (commodities) mientras que la flexibilidad monetaria está limitada por un alto nivel de dolarización y el régimen cambiario controlado de facto. Nuestra evaluación de ‘riesgo bajo’ para los desequilibrios económicos se basa en un incremento moderado en los precios reales de la vivienda y un crecimiento promedio bajo en el crédito al sector privado en los últimos tres años. En términos de financiamiento externo, se espera que Bolivia mantenga superávits en cuenta corriente y altos niveles de reservas internacionales. Nuestra percepción de un ‘riesgo extremadamente elevado’ para el riesgo crediticio en la economía se basa en un Producto Bruto Interno (PBI) per cápita estimado de US$2,135 para 2011, lo que limita la capacidad de endeudamiento del sector privado, y en los menores niveles de dolarización (aunque aún altos) en el sistema bancario. Los créditos denominados en dólares representan 41% del total de la cartera de crédito bancaria, mientras que el 43% del total de depósitos está denominado en moneda extranjera. Se han realizado esfuerzos importantes para preservar los estándares conservadores de originación, pero es necesario reforzar el marco legal. Nuestra clasificación de ‘7’ para el riesgo de la industria de Bolivia se basa en nuestra opinión de que el país enfrenta un ‘riesgo muy elevado’ en su marco institucional, un ‘riesgo elevado’ en su dinámica competitiva y un ‘riesgo intermedio’ para el fondeo del sistema. Nuestra evaluación de un ‘riesgo muy elevado’ para el marco institucional de Bolivia se basa en regulaciones más relajadas para el sistema bancario en comparación con los estándares internacionales. No obstante, el regulador presenta prácticas adecuadas y en desarrollo que incluyen un enfoque más orientado al riesgo y avances en el cumplimiento de los principios de Basilea. La transparencia y la disponibilidad de la información son adecuadas—el regulador recibe reportes mensuales de los bancos y monitorea la liquidez diariamente. A pesar de estas mejoras, es necesario reforzar adicionalmente el marco institucional con más medidas proactivas con el fin de evitar dificultades en el entorno empresarial del país. Nuestra evaluación de la dinámica competitiva es de ‘riesgo elevado’. El número de bancos que operan en Bolivia no ha cambiado en años recientes, lo que muestra la consolidación del sector bancario y la baja probabilidad de nuevos participantes en el mercado. Sin embargo, en nuestra opinión el sistema financiero de Bolivia está muy expuesto a una interferencia política que podría afectar el entorno de negocios del país. En nuestra opinión, Bolivia presenta un ‘riesgo intermedio’ en términos del fondeo del sistema bancario, basado en el limitado acceso a los mercados de deuda externos y a las alternativas limitadas de inversiones; los depósitos representan 88% del total de los pasivos para el sistema bancario. Los créditos del banco central son suficientes y adecuados en lo que se refiere a proveer liquidez a los bancos, como fue el caso en diciembre de 2010, cuando la incertidumbre tras el anuncio de los incrementos a los precios de los combustibles generó que el público retirara 3% de los depósitos del sistema bancario. Nuestra clasificación refleja que el gobierno de Bolivia brinda un respaldo ‘incierto’ a la banca local. No vemos una trayectoria fiable de acciones de respaldo del soberano en crisis pasadas.