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Informe Económico Semanal del Banco Ciudad 7-4-11: Programa Monetario: Hecho a Medida

LA SEMANA EN POCAS PALABRAS

El ritmo de expansión monetaria continúa acelerando, empujado por las compras de dólares del Banco Central y el financiamiento monetario al Tesoro Nacional. La cantidad de dinero transaccional (medida con el M2, circulante más depósitos a la vista) creció 33% anual en marzo. En diciembre había marcado un crecimiento de 28% anual que encendió luces amarillas en el tablero inflacionario. El M2 del sector privado (que excluye los depósitos del sector público) se acercó a la barrera del 40%, al marcar un récord de expansión del 37% anual en marzo.

Para el lector desprevenido, conviene aclarar que estas tasas desopilantes de expansión de la oferta monetaria se encuadran dentro de los límites impuestos por el Banco Central en su Programa Monetario 2011. La banda máxima de expansión del M2 en marzo 2011 permitía una expansión del 39,8%. Se trata de un ritmo de crecimiento monetario que, como mínimo, luce incompatible con una reducción de la inflación.

El aumento trimestral del M2 se explica por las compras de divisas (unos $12.000 millones o USD 3.000 millones), la expansión del crédito (por cerca de $11.000 millones) y la asistencia monetaria del BCRA al Tesoro Nacional (por otros $9.000 millones). Alrededor de 2/3 de la expansión se destinó a incrementar los depósitos a plazo fijo y, como resultado, el M2 creció $12.000 millones (33% a/a) en el trimestre.

El crédito al sector privado continúa motorizado por las líneas destinadas al consumo, resultando el crédito hipotecario el más rezagado. Los préstamos en pesos crecen al 40% anual. Pero recientemente su ritmo de expansión ha comenzado a desacelerarse, al pasar de una variación mensual anualizada del 50% en el último trimestre de 2010 a un 30% en marzo.

En la última semana, también se difundió el índice de salarios del INDEC, que en febrero aumentó 27% anual y 1,1% mensual. Esto coloca el aumento de salarios por 4 puntos por encima de las mediciones de inflación privadas y a los salarios del sector privado registrado unos 6 puntos por encima de dichas medidas.

En nuestra visión, tamaña expansión de los salarios reales fue, paradójicamente, consecuencia de sobreestimación de la inflación esperada para 2010. A comienzos del año pasado, cuando se firmaron la mayoría de los convenios salariales, la inflación anualizada y las expectativas de inflación rondaban el 30%. Por varios motivos, entre ellos la estabilidad del tipo de cambio y el boom importador, que contribuyeron a mantener a raya algunos precios internos, la inflación se mantuvo (hasta hoy) en un rango del 22-24%, según distintas mediciones.

El “colchón salarial” generado en 2010 quizás explique por qué el gremio de camioneros (un sindicato extremadamente relevante en términos políticos) estuvo dispuesto a cerrar un aumento de “apenas” 24% para 2011. Pero no queda claro que el acuerdo de camioneros opere como un techo para otras negociaciones salariales. Las primeras paritarias firmadas en el año (docentes, aceiteras y portuarios) culminaron con ajustes en el rango del 25% al 30% y las negociaciones salariales en curso todavía rondan el 30%. Las ramas de actividad con salarios relativamente menores tendrán demandas salariales superiores, más en línea con la inflación de alimentos, que terminó cerca del 35% en 2010. Así, todo indica que este año volvería a estar signado por una gran dispersión en materia salarial y que el promedio volverá a ocultar realidades muy diferenciadas, tal como ya sucedió en 2010.