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De Narváez volvió a elogiar a Scioli, pero vaticinó victoria opositora en 2011

El diputado Francisco De Narváez vaticinó un triunfo de la oposición en las elecciones generales de 2011, pero volvió a elogiar a Daniel Scioli y aclaró que podría trabajar con él si se aleja de Néstor Kirchner.
“Mis límites son Néstor y Cristina Kirchner. Si Scioli toma la decisión convocar a una mesa redonda para comenzar a construir políticas, yo no tengo problemas. Me sumo”, afirmó.
Así se expresó el legislador al disertar junto al senador Ernesto Sanz y al gobernador santafesino, Hermes Binner, en la mesa redonda sobre el escenario político 2010-2011 en el marco del 46° Coloquio anual de IDEA, en Mar del Plata.
Descartó saber algo sobre posibles reuniones entre el mandatario bonaerense y el ex gobernador santafesino Carlos Reutemann, pero opinó que ellos dos “pueden expresar la moderación que la dirigencia y el país necesitan”.
“Veo un proceso de mucha interacción durante los próximos meses. El peronismo se está desplazando de las condiciones de Néstor Kirchner, que lo ha mal usado y maltratado”, afirmó.
Además, apuntó con dureza contra el titular de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, a quien calificó de ser “una desgracia” para la Argentina, porque “representa a la prepotencia”.
“El compañero Moyano es una desgracia para la Argentina. No representa a quienes dice representar. Lo que representa es la prepotencia. Piensa: para qué vamos a debatir si lo podemos arreglar a las piñas”, dijo De Narváez.
El diputado se paró en el Justicialismo y reflexionó que el partido se debe una “autocrítica” porque ha gobernado durante gran parte de los 27 años de democracia sin alcanzar sus pretensiones.
Si bien el legislador confió en una eventual victoria de la oposición en las elecciones presidenciales de octubre del año próximo, dijo que más allá de los resultados electores está dispuesto a “coincidir” con fuerzas contrarias en políticas para atacar la pobreza y la inseguridad.
Aseguró que hay dos aspectos por corregir en la Argentina para que el país pueda crecer y no perder la oportunidad única que le está dando el mundo por la elevada demanda de productos y los ascendentes precios internacionales.
Para De Narváez, la “pobreza” debe ser abordada en una forma sistémica con políticas públicas con un programa de asistencia único en un solo padrón, que ataque las “malas condiciones” de alimentación y vivienda.
En esa línea argumental, indicó que el segundo problema a resolver es la “inseguridad” para lo cual falta “una decisión política” de reforzar el presupuesto, concentrar la información y compartirla, y agilizar la Justicia.
“Es lo que siento que nos está reclamando la sociedad. De cara al 2011, veo una enorme oportunidad. Hay un ciclo finalizado que termina con una forma de gobernar. Y los dirigentes tenemos el gran desafío de animarnos a coincidir”, afirmó.
Y en ese sentido, agregó: “Desde el justicialismo siento que tengo que hacer una autocrítica, porque hemos gobernado los últimos años y sin embargo el país esta lejos de ser lo que pretendemos”.
Asimismo, sostuvo que más a allá del resultado electoral, la contienda de 2011 va a ser una competencia histórica porque los argentinos van a tener que elegir como quieren vivir durante los próximos veinte años.
Por otra parte, el legislador criticó con dureza la posición del gobierno frente a “una inflación del 25 por ciento” y cuestionó también que no hay condiciones de previsibilidad que genere confianza.
“El Gobierno (de Cristina Kirchner) es errático, porque usa herramientas para simular la inflación y la caída de las inversiones, en vez de buscar alternativas para atacarlas”, sostuvo De Narváez.
El diputado aseguró que esos problemas se solucionan “volviendo a la previsibilidad”, que se puede generar diciéndoles a los consumidores e inversores que “se va a bajar la inflación del 25 al 18 y del 18 al 13 y así sucesivamente. Para eso es necesario un acuerdo de precios y salarios. Hay que tener un plan claro”.
A su vez, dijo que el vicepresidente Julio Cobos debe permanecer en el cargo que ocupa porque “es un factor de equilibrio”, aunque aclaró que deberá tomar su decisión de hasta que momento seguirá en ese lugar.