Intel (NASDAQ: INTC), que en su día fue una fuerza dominante en la tecnología estadounidense y el principal fabricante de chips de la era de Internet, se ha encontrado de repente en la extraña posición de ser un objetivo de adquisición. Tras haber quedado rezagada frente a competidores como NVIDIA (NASDAQ: NVDA), cuyos chips impulsan la última revolución de la inteligencia artificial, la empresa está luchando por ponerse al día, mientras los buitres comienzan a rondar.
“No han faltado rumores y especulaciones sobre la empresa”, dijo el director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, en una carta del 16 de septiembre dirigida a los empleados, tras anunciar un drástico plan de reducción de costes, despidos y la cancelación de los pagos de dividendos un mes antes. Las acciones de la empresa se desplomaron un 35% tras un débil informe del segundo trimestre, lo que llevó su valoración por debajo de su valor contable, señal de que los inversores creen que la empresa ahora vale menos que sus activos y probablemente necesitará una fuerte inyección de capital para cambiar su situación.
Qualcomm (NASDAQ: QCOM), conocida por sus chips para comunicaciones inalámbricas, supuestamente está interesada en comprar la atribulada Intel, pero existen serias dudas sobre su capacidad para hacerlo, ya que dispone de una fracción del efectivo necesario para la transacción. Apollo Global Management (NYSE: APO), experto en rescatar empresas en dificultades, también estaría interesado en comprar una participación parcial, lo que podría ser una opción más realista, dados sus recursos financieros más amplios.
Las acciones de Intel han subido un 19% en el último mes debido a los rumores sobre posibles compradores, pero siguen acumulando una caída del 50% en lo que va de año. A pesar del entusiasmo, la realidad es que pocas empresas tienen el poder financiero necesario para adquirir la compañía, valorada en 100.000 millones de dólares. Si bien gigantes tecnológicos como Alphabet (NASDAQ: GOOGL), Amazon (NASDAQ: AMZN) y Microsoft (NASDAQ: MSFT) podrían ser compradores interesantes y tendrían la capacidad de financiar la operación, todos ellos han enfrentado recientemente un intenso escrutinio antimonopolio por parte de los reguladores federales, lo que podría hacer que se alejen de la compra de una empresa tan prominente.
Berkshire Hathaway (NYSE: BRK.B), que tiene casi 277 mil millones de dólares disponibles para invertir, podría ser un candidato interesante. Warren Buffett se queja con frecuencia de la falta de objetivos de adquisición lo suficientemente grandes como para tener un impacto en sus resultados, pero Intel, que lucha por ponerse al día en inteligencia artificial, sin duda podría ser uno de ellos. Sin embargo, cualquier comprador que decida adquirir Intel se enfrentará al doble desafío de intentar recuperar la participación de mercado perdida y frenar las pérdidas de sus operaciones de fabricación, algo que no suele encajar con el estilo de inversión de Buffett.
Por su parte, el CEO de Intel tiene previsto seguir adelante y ha prometido que la empresa logrará recuperarse. Intel separó su negocio de fabricación de chips de su propio negocio de diseño y, a principios de este mes, anunció un acuerdo para producir un chip de inteligencia artificial personalizado para Amazon Web Services como parte de un marco multianual y multimillonario.
“Esta es la transformación más importante de Intel en más de cuatro décadas”, dijo Gelsinger. “Desde la transición de la memoria al microprocesador, no habíamos intentado algo tan fundamental. Tuvimos éxito entonces, y lo volveremos a hacer ahora, construyendo una Intel más fuerte para las próximas décadas”.
Quizás lo mejor que Intel tiene a su favor en este momento es el gobierno de Estados Unidos. La empresa recibirá hasta 11.500 millones de dólares en financiación directa bajo la Ley CHIPS y Ciencia, promulgada por el presidente Joe Biden hace dos años, con el objetivo de acercar la fabricación de semiconductores a Estados Unidos. A principios de este mes, la empresa también anunció un nuevo acuerdo para fabricar chips especiales para el gobierno de Estados Unidos y afirmó estar lista para “fortalecer la cadena de suministro de semiconductores nacional y garantizar que Estados Unidos mantenga su liderazgo en fabricación avanzada, sistemas microelectrónicos y tecnología de procesos”.
El gobierno estadounidense ha señalado esencialmente a Intel como un activo estratégico de seguridad nacional, y ese es un respaldo difícil de ignorar. Mientras tanto, con nuevos acuerdos importantes con Amazon, está claro que la empresa no va a desaparecer. Intel es demasiado grande para fallar, pero solo los bolsillos más profundos podrán salvarla.