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En el año 2008, mientras los taxis seguían circulando tranquilamente por las calles como lo hacían desde hacía más de un siglo, el mundo que transportaban se iba modificando.
En el año 2008, el mundo ya no era exclusivamente analógico. La información circulaba por nuevos canales de interacción en tiempo real; y el ritmo, si bien más lento que el actual, era más dinámico que años anteriores.
¿Qué relación podría tener la velocidad de la información con el taxi?
Mientras los taxis seguían recorriendo las calles, consumiendo tiempo y combustible y esperando encontrar un pasajero en una esquina, las personas comenzaban a concebir una nueva noción del tiempo. El tiempo comenzaba a escasear ante la necesidad de atender más información por canales digitales donde opinar e informarse.
El poder del clic, las comunicaciones digitales y la experiencia de internet, fueron acaso los drivers que Travis Kalanick y Garrett Camp mapearon con el problema de la movilidad para dar origen a lo que hoy es Uber.
¿Fue Uber una disrupción para todos?
Si bien Uber era un servicio exclusivo al comienzo, acaso fue una solución que surgió como desenlace natural para sus creadores. Ellos notaron un problema y entendían con qué herramientas podían resolverlo. Uber fue, en cambio, una disrupción para quienes esperaban un futuro lineal circulando y pagando costos por tiempos ociosos igual que en el pasado.
Ese modelo colaborativo sharing economy que fue surgiendo, hoy sigue evolucionando. Mientras cómodamente nos conectamos a través de las mismas redes de siempre, nos informamos por los mismos canales, ofrecemos los mismos productos y servicios que siempre ofrecimos, no sólo surgen nuevos modelos de negocio sino que éstos nuevos modelos, las nuevas tecnologías y las nuevas necesidades comienzan a atravesar el business-as-usual.
Durante el mismo año que surgió Uber, en el contexto de la crisis financiera de Lehman Brothers, Satoshi Nakamoto encontró terreno fértil para presentar la primer moneda digital: el Bitcoin. Blockchain, la tecnología que es soporte para el Bitcoin y para otras criptomonedas, es el resultado de la combinación de varios avances que ciertos grupos o movimientos han ido trabajando para lograr que las personas se expresaran libremente, quitar a intermediarios que no sumen valor, revolucionar las estructuras de poder a las que veníamos acostumbrados.
La realidad hoy es híbrida
Hoy vivimos una realidad híbrida: ya no es sólo física, sino también digital. En este esquema, Blockchain es el pilar para sostener una nueva visión donde la confianza no se deposita en ninguna entidad en particular. Con la tecnología Blockchain, la confianza se distribuye en forma de red: una red que depende de todos, pero de nadie en particular.
Blockchain es la tecnología que surge de una manera diferente de ver el mundo, que rompe estructuras de poder, que acompaña emergentes de los últimos tiempos caracterizados por modelos que se desarrollan más horizontales y colaborativos.
Mediante la tokenización, Blockchain es la tecnología que permite representar digitalmente activos tanto físicos como digitales e incluso subdividirlos para dar acceso a nuevos participantes.
De la misma manera en que Uber revolucionó la industria de los taxis, hoy pueden surgir aplicaciones descentralizadas para dar respuesta a la necesidad de movilidad; ya sin intermediarios, entendiendo los riesgos que la centralización implica, como baja repentina de la plataforma, cambio de condiciones y censura.
Arcade City nació en 2016 notando el riesgo de que la gestión de los viajes dependiera de una empresa. El momento oportuno de lanzamiento en este caso, fue cuando Uber y Lyft dejaron de prestar servicios en Texas. Evolucionando el modelo gracias a la tecnología blockchain, la iniciativa combinó el servicio con un esquema de incentivos mediante un token.
Mas que sólo movilidad, Arcade City se presenta hoy como un protocolo sobre blockchain para habilitar aplicaciones de movilidad y otras con caracteristicas P2P. Esto es un conjunto se herramientas de código abierto para facilitar la construcción de aplicaciones como por ejemplo de delivery o ecommerce, aplicaciones donde dos identidades puedan acordar un servicio, compartir opinión sobre la experiencia y recibir incentivos en base al nivel de involucramiento. Todo, sin una entidad mediadora. Cuando notemos a estas soluciones revolucionando a gigantes como Uber o Amazon, lo llamaremos disrupción?
Mientras el driver que marcó la época de Uber fue la búsqueda de optimización, hoy el eje acaso es empoderar a las personas en modelos más equitativos, sin grandes monopolios o entidades concentrando el poder. Blockchain es la tecnología que sostiene este modelo. No es una tecnología pasajera, sino el pilar para un cambio que ya llegó.
