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El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, que comprende un mercado multimillonario para la Argentina de más de 446 millones de personas, nuevamente corre el riesgo de ser paralizado. Luego de que Lula da Silva llegara a la presidencia de Brasil y anunciara que no apoyaría más el acuerdo, ahora el Gobierno se sumó al rechazo.
Tan solo un día después de ingresar al BRICS y decir que esto permitiría expandir el comercio argentino en países como China, India o Rusia, el líder de Unión por la Patria dio un giro de 180 grados en menos de 24 horas , y desdiciendo al propio canciller argentino Santiago Cafiero, anticipó que no habrá acuerdo Mercosur-UE durante su gestión.
Según Sergio Massa, el rechazo proviene de la negación tanto de su gobierno como el de Brasil de aceptar una mayor apertura arancelaria. Ambos países, bajo gobiernos socialistas, siguen apostando por la sustitución de importaciones en lugar de la apertura comercial, y si bien el acuerdo implicaría mayores exportaciones, también requiere abrir tu mercado a importaciones europeas.
El ministro de Economía también aseguró que hay diferencias irreconciliables con las propuestas del presidente francés Emmanuel Macron respecto a la importación de productos agropecuarios. Irlanda presentó una objeción similar, demandando una mayor protección arancelaria para productos agrícolas.
Por otra parte, otros países como Alemania no reconocen al gas como “energía de transición” (uno de los productos de potencial exportación para Argentina) siguiendo una agenda fundamentalista ecologista.
“Cuando miramos a la UE como bloque vemos que tienen intereses muy divergentes. Francia va a seguir defendiendo los subsidios agrícolas y limitando la posibilidad de nuestros productores de ingresar a esos mercados. Los que defienden la agenda de transición energética y energía renovables sin reconocer al gas como energía de transición nos van a pretender poner límites”, explicó Massa.
Otro punto de discordancia fue la inclusión de una cláusula que restringe la importación de productos provenientes de zonas deforestadas en Europa, especialmente perjudicial para algunos países como Brasil.
Por otra parte, desde el punto de vista del Mercosur, el Gobierno socialista de Lula da Silva se mostró en contra de permitir una apertura que lleve a una mayor competencia de productos de índole manufacturado de origen europeo en Sudamérica.
Massa propuso que el acuerdo se lleve a cabo a nivel país por país, casi que descartando toda posibilidad de acuerdo con el bloque entero de la Unión Europea. De esta manera se pierden más de 24 años de negociaciones incesantes, para arribar hacia un nuevo punto muerto.
“El Mercosur tiene que empezar a avanzar en acuerdos individuales con los países de la Unión Europea. Argentina va a defender al gas como energía de transición porque tenemos en Vaca Muerta la posibilidad de darle gas a Paraguay, Brasil, Uruguay y a Chile energía barata por los próximos 120 años”, recalcó el ministro de Economía.
agencia nova
