"Parece más probable que no" que el gobierno federal de Estados Unidos cierre brevemente a finales de este año, pero los mercados en general no le harán caso, y la política monetaria no debería verse afectada, dice el analista de Goldman Sachs, Alec Phillips.
La Cámara de Representantes volverá el 12 de septiembre y tendrá 12 días para aprobar proyectos de ley de gastos. Pero Phillips considera que la resolución de mantener abierto el gobierno después del 30 de septiembre es tan probable como que el gobierno necesite proporcionar fondos de emergencia para responder a los incendios en Hawaii.
En caso de cierre, el gobierno tendría los fondos pero no la autoridad para gastarlos, lo cual es menos dañino que no aumentar el límite de deuda, dice Goldman Sachs, ya que eso habría dejado al gobierno con fondos inadecuados para gastar, precipitando una recesión.
Phillips señala que un cierre solo afecta las cuentas de gasto discrecional, que representan aproximadamente una cuarta parte de los desembolsos federales o el 6,5% del PIB, e históricamente, una suspensión posterior no ha afectado la demanda de bienes y servicios.
La política monetaria no debería verse afectada debido a los modestos efectos económicos y de mercado, pero un cierre prolongado "se sumaría a los argumentos a favor de mantener las tasas en la reunión de noviembre". Por otro lado, también es probable que un cierre retrase la publicación de datos económicos, reduciendo la visibilidad económica, advierte Goldman Sachs.
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