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India y Argentina se acercaron mucho para concretar un negocio por material bélico. Pero una vieja política británica pone en jaque un posible acuerdo.
La intención de India de venderle aviones de combate a Argentina tuvo su punto más álgido esta semana, con la visita del ministro de Defensa, Jorge Taiana, a ese país asiático. La misión, donde se acercaron las partes para el intercambio de material bélico y del avión de combate HAL Tejas, logró acercar al máximo las partes, aunque no terminó siendo un avance concreto más que para la compra de algunos helicópteros.
Por fuera de esa adquisición, Argentina continuaría su proceso de búsqueda de un sistema de armas aéreo supersónico, área en la que carece de cualquier tipo de material. La oferta de india seguirá en la mesa hasta septiembre, fecha límite en la que el ministro de Defensa deberá decidir.
La ventaja ofrecida por el avión indio es la neutralidad del negocio. Con ello, Argentina quedaría bien parada ante Estados Unidos y China, los dos oferentes con los F-16 y los JF-17 respectivamente.
Sin embargo, lo que traba el avance final de un acuerdo con India es una vieja disposición británica. La misma fue resuelta por Gran Bretaña después del conflicto de Malvinas y establece un bloqueo de material bélico a Argentina.
Esa normativa, particularmente dirigida a la defensa aérea, surgió en los 80’ tras el gran desempeño de la Fuerza Aérea Argentina en la guerra. Desde entonces, el país cayó en una decadencia material sin precedentes y sus virtudes se vieron erosionadas.
Precisamente, el HAL Tejas cuenta con varios sistemas de origen británicos, que complican la compra por parte de Argentina. Al ser fabricados por empresas de Gran Bretaña, el país sudamericano podría tener serios problemas para alcanzar repuestos.
En el pasado, Argentina quiso incorporar aviones Gripen al igual que los que hoy usan las fuerzas de Brasil. Sin embargo, por el mismo motivo, el negocio no pudo hacerse.
“Hemos enviado a nuestros pilotos para probar y considerar diferentes aeronaves de distintos países. Un problema es, por ejemplo, que la aeronave no puede tener ni una sola pieza de origen británico debido a que los británicos no las venden a Argentina. En el caso del Tejas, tiene 16 piezas provenientes del Reino Unido. Por lo tanto, la empresa tiene que cambiar y reemplazar esas piezas”, explicó Taiana en sus comentarios a periodistas indios. Al tratarse de una gran cantidad de componentes, puede resultar en un potencial bloqueo del negocio debido a que una rectificación de las piezas puede demorar años.
Para Argentina, la necesidad de incorporar nuevos aviones de defensa resulta urgente. En ese sentido, las ofertas de Estados Unidos y de China correr con más ventaja, aunque no del todo.
En el caso del F-16, no registra mayores componentes de origen británico. Pero en el caso chino, irónicamente, si.
Así las cosas, Argentina no solo ve reducido el mercado por su propia impericia económica, sino también por una bota que pesa sobre su rearme.
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