Por Gabriela Moreno – Panampost
El litio es esencial. China lo sabe muy bien y está detrás del mineral en Latinoamérica, al negociar su participación en la explotación de los yacimientos en la región con “corrupción geoestratégica”, una maniobra que implica la evasión, mediante sobornos, de los requisitos correspondientes para poder invertir.
Es una práctica a través de la cual la nación asiática intenta ganar la competencia a empresarios europeos o estadounidenses en las licitaciones que son convocadas en América Latina, donde se acumula el 60 % del recurso natural blando y plateado. Esto se traduce en alrededor de 52 millones de toneladas disueltas en lagos subterráneos de salmuera en la cordillera de los Andes. Este mineral se ha convertido en protagonista de la transición energética, por ser el componente esencial de las baterías de celulares, computadoras y autos, así como electrodomésticos, turbinas eólicas y paneles solares.
“Lo que está haciendo China es bastante diferente desde el punto de vista de los inversionistas clásicos en el sentido de que busca alianzas que no toman en consideración las reglas que generalmente rigen a los inversionistas tradicionales europeos y estadounidenses, porque pueden sobornar, pueden contratar hijos de presidentes, pueden conocer de antemano las bases de licitación, y por ende subvertir los procesos de licitación”, aseguró el especialista en política y relaciones internacionales de la Universidad Internacional de la Florida, Eduardo Gamarra al Nuevo Herald.
Operaciones irregulares en Argentina y Bolivia
Hay rastros de las andanzas de la “corrupción geoestratégica” de China en busca de litio apelando no sólo a los vínculos ideológicos con autoridades locales, sino a los bolsillos. Por un lado, China en el primer trimestre de este año concretó inversiones en el “triángulo de oro blanco” que conforman Bolivia, Argentina y Chile.
Sus firmas CATL, BRUNP y CMOC, comprometieron cerca de 1000 millones de dólares en proyectos de litio en los departamentos de Potosí y Oruro en Bolivia, mientras que, Chery Automobile invertirá otros 400 millones de dólares en la construcción de una planta para fabricar vehículos eléctricos en Rosario, Argentina.
En el caso de Chile, la compañía Tsingshan Holding Group, Ruipu Energy, Battero Tech, y FoxESS construirán un parque industrial de litio en la ciudad de Antofagasta, por un monto aún desconocido.
Sin embargo, detrás de estas ambiciosas negociaciones destacan las irregularidades. Una de ellas, derivan, por ejemplo, de la firma de acuerdos en la zona norte de Argentina donde gobiernan Gerardo Zamora en Santiago del Estero, y Juan Luis Manzur en Tucumán, ambas figuras alineadas con la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner.
Un pacto conveniente entre partes
El pacto con ellos en el marco de la “corrupción geoestratégica” de China implica que el gobierno federal desembolse los recursos nacionales a las regiones bajo su mando sin solicitar rendición de cuentas, auditorías ni fiscalización sobre la administración de los fondos a cambio de la fidelización de votos a favor del partido peronista para mantener la estructura de poder.
Las condiciones están cumpliéndose, considerando que ambos gobernadores izquierdistas gozan de autonomía “para negociar directamente con empresas chinas contratos de la más oscura naturaleza para la extracción de litio”, así lo señala un informe del presidente de IBI Consultants, Douglas Farah, una consultora enfocada en el crimen organizado transnacional citada por el medio.
De hecho, Zamora y Manzur adelantan acciones para conformar servicios de inteligencia independientes, nombrar con discrecionalidad autoridades judiciales subordinadas, controlar los medios locales. Su intención es formar una red de aliados con los propietarios de los bancos provinciales y los contratistas de la construcción para obtener un control absoluto sobre la economía local, así lo plantea Farah.
Preocupación en la industria
La conquista de terreno argentino para explotar litio preocupa a la industria tras enfrentar el control de la producción que China mantiene en Bolivia, desde hace una década.
Un informe de dos investigadores de la Universidad Internacional de la Florida -Eduardo Gamarra y Valeria Popova- advierte que las empresas chinas comenzaron a dominar sectores claves de la economía boliviana desde que el expresidente socialista Evo Morales ascendió al poder, para que luego fuese heredado por el actual mandatario, Luis Arce.
“Establecieron un monopolio a pesar de un fuerte movimiento anti-minería en el país” indican. La contratación de Luis Marcelo Arce Mosqueira, hijo del mandatario, para representar a las empresas chinas avala su investigación.
Ni padre ni hijo disimulan al respecto. Para el presidente, la relación con el gigante asiático favorece a Latinoamérica porque permite “diversificar” los mercados y “reducir la dependencia de los países desarrollados, brindando una mayor estabilidad y crecimiento a la región”.
Con ese discurso, defiende que “China es un importante inversor en América Latina, financiando proyectos de infraestructura y desarrollando alianzas comerciales estratégicas”.
Estados Unidos reconoce que la demanda mundial de minerales críticos crecerá 600 % durante las próximas décadas y, para minerales como el litio aumentará hasta un 4000 %. Las proyecciones obligan a la Casa Blanca a combatir la “actividad maligna del enemigo”.
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