Washington lleva meses tratando de poner freno a las ambiciones de Pekín en este frente
Nuevo giro en la guerra de los semiconductores entre China y Estados Unidos. La Administración del Ciberespacio de China (CAC, por sus siglas en inglés), el regulador tecnológico del gigante asiático, ha vetado la compra de los productos fabricados por Micron Technology al considerar que pueden representar un riesgo de seguridad nacional para el país. La decisión supone un nuevo paso en la escalada de tensión entre ambas potencias.
“La revisión determinó que los productos de Micron tienen problemas potenciales de seguridad de red relativamente graves, que suponen un riesgo de seguridad importante para la cadena de suministro de infraestructuras de información clave del país y afectan a la seguridad nacional. Por esta razón, la Oficina de Revisión de Seguridad de la Red ha llegado a la conclusión de que la revisión de seguridad de la red no debe ser aprobada. De acuerdo con la “Ley de Seguridad de Redes” y otras leyes y reglamentos, los operadores de infraestructuras de información críticas en China deben dejar de comprar productos de Micron”, ha señalado el regulador a través de un comunicado.
Según la CAC, China “promueve firmemente la apertura de alto nivel al mundo exterior” y “siempre que se atenga a las leyes y normativas chinas, las empresas de todos los países y diversas plataformas son bienvenidas a entrar en el mercado chino”.
En respuesta al anuncio de Pekín, la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, ha declarado su “firme oposición” a unas restricciones “que no tienen fundamento” y ha señalado que el Departamento de Comercio se pondrá en contacto con Pekín para “detallar” su postura y tratar de encontrar más claridad al respecto.
“Esta acción, junto con las recientes operaciones y ataques contra otras empresas estadounidenses, son incoherentes con las afirmaciones de China de que está abriendo sus mercados y está comprometida con un marco regulador transparente”, ha añadido.
Por su parte, un portavoz de Micron ha indicado a medios como ‘BBC’ o ‘CNN’ que la empresa había “recibido la notificación de la CAC” y que están “evaluando la conclusión y valorando cuáles serán nuestros próximos paseos”. “Esperamos seguir manteniendo conversaciones con las autoridades chinas”, ha sentenciado el portavoz de la firma radicada en Idaho.
Micron Technology es uno de los mayores fabricantes de chips de Estados Unidos. Más del 10% de sus ingresos proceden de China continental. Tras conocerse esta noticia, las acciones de Micron se hunden por encima del 5% en la preapertura de Wall Street, mientras que importantes fabricantes chinos como SMIC (Semiconductor Manufacturing International Corporation), Hua Hong Semiconductor, GigaDevice Semiconductor o Ingenic Semiconductor subieron con ganas en los mercados asiáticos. Además, los títulos de fabricantes surcoreanos como SK Hynix y Samsung Electronics, ambos rivales de Micron, también se anotaron ganancias este lunes.
La guerra por los semiconductores viene de lejos y se ha recrudecido desde el incidente del globo espía. Desde finales de 2022, Washington ha impuesto amplias restricciones a la exportación de chips avanzados y equipos de fabricación de chips a China. Estados Unidos ha alegado motivos de seguridad nacional, pero en realidad parece ser un intento cortar de raíz las ambiciones de la segunda economía mundial en el sector de los semiconductores.
Asimismo, aliados de Estados Unidos como Japón y Países Bajos también han anunciado restricciones a las ventas de estas tecnologías a países como China. Pekín ha criticado estas acciones y ha asegurado que Washington “ha utilizado tácticas intimidatorias”. “Lo que no queráis, no se lo hagáis a los demás”, señaló el ministro chino de Asuntos Exteriores, Qin Gang, el pasado abril.
Los chips ocupan un papel fundamental en el plan de Pekín por convertirse en una superpotencia tecnológica. China tiene sus propios fabricantes de chips, pero suministran, sobre todo, procesadores de gama baja y media utilizados en electrodomésticos y vehículos eléctricos.
Esta guerra de los semiconductores forma parte de la creciente división entre Estados Unidos y China, una relación que se ha agriado hasta dejar la relación entre ambas potencias en su nivel más bajo de las últimas décadas. Según algunos analistas, es probable que esta guerra tecnológica se salde con una mayor inversión en el continente asiático.
En este sentido, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha asegurado al término de la cumbre del G7 en Hiroshima (Japón) que los lazos entre ambos países podrían mejorar pronto. “Ese tonto globo que transportaba dos vagones de mercancías con material de espionaje sobrevoló Estados Unidos, y fue derribado, y todo cambió en lo que se refiere a hablar entre nosotros. Creo que dentro de muy poco se empezará a descongelar (la relación)”, explicó el mandatario estadounidense.
“No buscamos desvincularnos de China, buscamos reducir riesgos y diversificar nuestra relación con China. Nuestra política no está diseñada para perjudicar a China ni pretendemos frustrar su progreso y desarrollo económico. Una China en crecimiento que se rija por las normas internacionales sería de interés mundial”, señaló el G7 en una declaración conjunta.
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