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La transición entre los coches de combustión y los eléctricos va a llevar más tiempo de lo que a muchas autoridades les gustaría. No sólo por la lenta implantación de las infraestructuras, sino por los altos costes de adquisición. Y es que, en países como España, aún no están preparados (ni en los próximos años) para sustituir su actual parque automovilístico por coches 100% eléctricos.
Aun así los fabricantes de automóviles, como por ejemplo BMW, están haciendo un trabajo excepcional, con productos cada vez mejores, autonomías muy decentes y con una dinámica de conducción que a pesar del aumento de peso, cada vez difieren menos de los coches con motores de combustión.
Y es justo lo que he sentido al probar durante una semana el BMW i4 M50. Un coche eléctrico con el que apenas he notado diferencias con un vehículo con motor de combustión. Y eso os puedo asegurar que es bueno, muy bueno.
BMW i4 M50, a prueba
El BMW i4 es una atractiva berlina eléctrica con cinco puertas y diseño coupé. Emplea la plataforma CLAR (la misma que la del Serie 4 con motores de combustión), pero con algunas modificaciones estructurales para adaptar todo el sistema de propulsión eléctrica como la batería y los motores.
La gama BMW i4 está compuesta por ahora por tres versiones:
- i4 eDrive35 con 286 CV, motor trasero, batería de 70,2 kWh y 482 km de autonomía.
- i4 eDrive40 con 340 CV, motor trasero, batería de 83,9 kWh y 589 km de autonomía.
- i4 M50 con 544 CV, motor delantero y trasero, batería de 83,9 kWh y 519 km de autonomía.
El protagonista de nuestra prueba en la variante más potente, i4 M50, firmada por BMW M Motorsport, que además ha sido el modelo BMW M más vendido en este último año.
BMW i4 M50: ¿cómo es por fuera?
El diseño exterior resulta muy atractivo, de los que la gente se gira al pasar. Este apenas difiere del de un BMW Serie 4 Gran Coupé, ya que abandona las típicos diseños estridentes de los coches 100% eléctricos.
El i4 M50 mide 4,78 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,44 metros de alto. Respecto a su homólogo de combustión, las medidas son idénticas salvo la altura, que es 6 milímetros más alto debido a la ubicación de la batería, situada en la parte inferior del chasis.
Para saber que nos encontramos ante un i4 debemos fijarnos en la parrilla, que está totalmente carenada, y en algunas partes de la carrocería, que van pintadas en color azul. También encontramos diferentes opciones de llantas de aleación en distintas medidas (las de la unidad de pruebas son de 20 pulgadas), con unos diseños que mejoran la aerodinámica y que no están disponibles para el Serie 4 Gran Coupé.
En esta versión M50 son específicos los paragolpes, con una estética más deportiva y unas aberturas en la parte delantera para mejorar la refrigeración del sistema de frenos que en esta versión M50 lleva pinzas delanteras de cuatro pistones.
BMW i4 M50: ¿cómo es por dentro?
Al igual que sucede con el exterior, no encontramos nada a simple vista que nos haga pensar que se trata de un coche 100% eléctrico, excepto algunos detalles también pintados en color azul, que encontramos por ejemplo en la palanca de cambios.
Como nos tiene acostumbrados la marca en los últimos años, BMW ofrece un diseño atractivo, con mandos intuitivos y fáciles de accionar. La calidad de acabados y ajustes es muy buena, estando por encima de la de sus rivales directos como pueden ser el Polestar 2 o el Tesla Model 3.
Además la postura de conducción es deportiva y casi perfecta, pudiendo colocar el asiento muy bajo y las piernas estiradas. Para los que les gusta ir un poco más altos, no hay problema ya que los asientos disponen de reglajes muy amplios y en este caso son eléctricos.
En el salpicadero llaman la atención la instrumentación (12,3 pulgadas) unida a la pantalla del sistema multimedia (14,9 pulgadas) que cuando están apagadas forman una única y espectacular pantalla curva.
Ambos displays tienes una resolución sobresaliente y aunque el sol incida directamente sobre ellas, jamás las dejarás de ver. Además la tasa de refresco y la velocidad de proceso es muy alta. Eso sí, como pega cabe destacar que las grafías de la instrumentación no son del todo legibles y muchas veces cuesta ver de un sólo vistazo cosas tan básicas como la velocidad a la que circulamos.
En cuanto al sistema multimedia, el cambio de un menú a otro se produce de manera instantánea y la velocidad con la que procesa la información que le solicitamos es rápida. Aunque claro, si la comparamos con el sistema multimedia de un Tesla Model 3 y la manera que tiene de funcionar y lo intuitivo que resultado todo, la del i4 se queda claramente por detrás.
Y hablando de hacer cosas que en otros coches resulta sencillo, no termino de entender cómo para conectar nuestro smartphone con Apple CarPlay mediante un cable por primera vez (se puede hacer de manera inalámbrica), resulta tan sumamente complicado. En otros rivales tan sólo hay conectar el cable del USB a nuestro terminal y aceptar. Fácil, sencillo y para toda la familia.
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En las plazas traseras encontramos poco espacio. No destacan por anchura, altura o espacio para las piernas. Además, debido a que la batería se encuentra ubicada en el suelo del coche, si los asientos delanteros los colocamos en la posición más baja, los pasajeros de las plazas traseras no podrán meter los pies debajo. Al menos los asientos resultan cómodos y ofrecen una buena sujeción lateral en curvas.
BMW i4 M50: ¿cómo es su maletero?
Para acceder al maletero, dispone de un portón de generoso tamaño, con apertura eléctrica y un funcionamiento rápido. En total tiene una capacidad de 470 litros y disfruta de formas muy regulares.
A diferencia de otros coches eléctricos, debajo del capó delantero no encontramos ningún tipo de hueco para por ejemplo guardar los cables de carga. Algo que sucede tanto en este i4 M50 con motor trasero y delantero, como en las variantes del i4 con motor trasero (disponiendo de ese hueco al no tener un motor en esta parte).
BMW i4 iM50: ¿cómo va en marcha?
Respecto a un i4 convencional, el M50 incorpora una serie de mejoras en el chasis con el fin de ofrecer un comportamiento más efectivo y deportivo.
Esta puesta a punto pasa por incorporar unos amortiguadores de dureza variable, que mantienen de manera sorprendente la carrocería incluso en tramos de curvas y a la vez son capaces de absorber las irregularidades del asfalto, resultando en todo momento cómodos para los ocupantes. También lleva unos casquillos específicos y una dirección de desmultiplicación variable con mayor asistencia que en el resto de versiones del i4.
Todo esto se traduce en un comportamiento efectivo y dinámico, prácticamente idéntico al de un Serie 4 de combustión (y eso que este i4 M50 pesa 2.215 kilos). Pero te puedo asegurar que no notas ese peso o que vayas en un eléctrico en ningún momento. Bueno sí, cuando en una curva cerrada entramos rápido y apoyados con decisión, la suspensión se comprime y al descomprimirse los amortiguadores, notamos la inercia del peso de la batería. Esto no se traduce en un cambio de trayectoria, pero sí en una sensación 'típica' que se repite en los coches eléctricos.
También notamos que vamos en un coche eléctrico en la manera que tiene de entregar la potencia. Y es que claro, el hecho de disponer de dos motores eléctricos que suman 544 CV y 795 Nm, es una clara diferencia a favor de esta versión eléctrica, ya que la potencia y el par se entregan de manera instantánea, en cuanto acariciamos el acelerador.
Aunque eso sí, tiene algo de 'truco' ya que los 544 CV los entrega en el modo Sport Boost y durante 10 segundos. En el resto de programas desarrolla unos nada despreciables 476 CV.
En cuanto al consumo, el i4 M50 gasta poco. Es fácil moverse alrededor de los 20 kWh cada 100 kilómetros en condiciones normales. Con esto, la autonomía se sitúa entre los 300 y los 420 kilómetros, en función de cuanto nos pese el pie derecho o de la orografía del terreno.
Otra de las cosas que me ha gustado de este i4 M50 es la manera que tiene de regenerar en las frenadas, ya que activando el modo del cambio B, prácticamente no utilizaremos los frenos ya que actúa como un sistema 'one pedal' y la recuperación de energía puede llegar a alcanzar los 195 kW de potencia.
BMW i4 M50: ¿merece llevar el apellido M?
Esta pregunta resulta compleja de responder pero, en resumidas cuentas, el i4 M50 es un vehículo muy satisfactorio por prestaciones, entrega de potencia, conducción deportiva y comportamiento. En esos términos, desde luego merece portar el apellido M. En cambio, valorando otros factores como las sensaciones puras que encontramos al poner en marcha un buen motor de gasolina y la melodía procedente de un escape, cada vez que hundimos el pedal del acelerador, evidentemente este i4 M50 no llega a ese punto. Pero todo se andará.
Con todo esto, el i4 M50 tiene un precio 79.550 euros. Una cifra que resulta interesante si tenemos en cuenta la potencia del motor, la prestaciones que desarrolla y su comportamiento. Si nos gusta el modelo y no queremos disponer de tal cantidad de potencia, la versión de acceso a la gama i4 arranca en 57.350 euros.
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