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Tras la negativa de jugar para Javier Milei, la presidente del PRO, Patricia Bullrich, busca tentar a la conductora Viviana Canosa.
A medida que crece el voto bronca, los principales espacios de la Argentina -Juntos por el Cambio y Frente de Todos- intentan renovarse con figuras que ayuden a relanzarlos. La negativa de la conductora Viviana Canosa a jugar con Javier Milei le abrió una puerta a la presidente del PRO, Patricia Bullrich, que está intentando convencerla.
Si bien en un momento se creyó la idea de que podía ser para jugar en la ciudad de Buenos Aires, hoy hay dudas sobre eso tras el pacto entre Bullrich y Ricardo López Murphy, quien busca ser precandidato a jefe de gobierno porteño.
Los rumores ahora ubican a Canosa en la provincia de Buenos Aires, pero no está confirmado si será como diputada nacional. Joaquín de la Torre mira de reojo por temor a que se la proponga como gobernadora. Otros no descartan que sea como legisladora porteña o como diputada nacional por la Capital Federal.
Lo cierto es que el voto bronca se está disparando y Bullrich se está encerrando en un círculo vicioso de dirigentes y figuras de la política que no le permiten proyectar un horizonte de renovación, ideas nuevas y figuras más cercanas con la gente. Incluso, la propia Bullrich es parte de una generación que sufrió los cacerolazos y el “que se vayan todos” del 2001, que al fin de cuentas terminó siendo un “que nadie se vaya” dentro de la política. Otro ejemplo, Elisa Carrió.
El gran problema del voto bronca por la inflación y la inseguridad en el AMBA es que está canalizando vía los libertarios, principalmente Javier Milei, y en JXC hay temor de haber alcanzado un techo. Esa división del voto opositor y el voto peronista consolidado históricamente en el orden del 30% al 35% puso en carrera nuevamente al Frente de Todos.
Crece el voto bronca pero no crece Juntos por el Cambio
Gran problema para la coalición opositora porque el famoso Plan Bomba podría hacer estallar por el aire tanto al Frente de Todos como a Juntos por el Cambio y aumentar las chances de visiones más radicalizadas como Javier Milei.
El consultor de Facundo Nejamkis explicó en LN+ que “si uno agrupa inflación y desempleo, te da un 50% entre las preocupaciones de los argentinos por la economía. Esto explica la performance del gobierno en la opinión pública, los bajos niveles de aprobación del presidente, de la gestión en general y de su gestión económica en particular, que nunca tuvo más del 35% aún teniendo un 70% u 80% de imagen positiva por la pandemia.
La novedad ahora es que la corrupción nos empieza a aparecer como un índice de preocupación entre el primero y el tercero cuando ahí siempre estaba la inseguridad”, alertó a través de los resultados que obtuvo con su encuestadora Opina Argentina.
En tanto, Lucas Romero, de Synopsis, coincidió: “Nosotros tenemos datos muy parecidos a los de Facundo”. Y trató de explicar qué está pasando en el electorado en general:
“Estamos en la frontera entre fingir demencia y buscar estrategias de supervivencia o empezar a destilar bronca. Lo que fuimos a ver es con qué conecta esa bronca y el 67% es contra todos o la mayoría de los políticos. 2 de cada 3 es contra los políticos. Hay un clima de mucha bronca y mucho enojo con la clase política.
Esto tiene que interpelar a los dirigentes porque el contexto obliga a ser muy sensible a esto. No hay un clima para humor o cumbia para eso (por el spot de Daniel Scioli)”, cerró.
