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LO QUE GUSTAVO SEGRÉ NO CUENTA Así funciona la compra de votos en Brasil

 

En la Argentina hay corresponsales en Brasil que sólo se miran el ombligo. Un caso conocido: Gustavo Segré. Pero hay una fea compra de votos que otros cuentan.


Leandro Demori es un periodista de verdad. No un Gustavo Segré en LN+. Demori es el editor ejecutivo de The Intercept Brasil y algun vez escribió 'Cossa Nostra en Brasil: la historia de los mafiosos que acaban con el imperio'. Integra la Asociación Brasilera de Periodismo de Investigación (Abraji). Antes fue editor digital de la revista Piauí (Grupo Folha de S. Paulo). Demori está preocupado por la compra de votos legal que sucede en Brasil porque le quita contenido a la democracia representativa y provoca una pérdida de credibilidad en el sistema institucional. 20% ya se abstiene en Brasil. Jair Bolsonaro en el poder utilizó ese atajo para comprar votos. Esto no significa que Luiz Inácio Lula da Silva en el poder no lo haga. Pero quien se encuentra en el gobierno dispone de una forma para intentar alterar los comicios y lo hace con la complicidad de partidas presupuestarias secretas que se gestionan desde el Congreso Nacional. El verdadero control de la corrupción está en el Legislativo, y se hace con la complicidad del Ejecutivo, que es el beneficiari último.

Esto explica, en parte, el resultado en la 1ra. vuelta en Brasil, y lo que algunos llaman 'la ola de derecha' que subyace en Brasil. Vamos al texto de Demori, distribuido en su excelente newsletter:

"Lo llaman 'Presupuesto Secreto'.

En la prensa, se convirtió en 'Paquete de Bondad'.

Es hora de cambiar el nombre de este niño. Su nombre es 'Comprando Votos'.

Aun así, a plena luz del día, te están robando el dinero. Se puede decir que legalizaron a los carteristas, que acaban de ser reelegidos.

 

Lo que se ha hecho en Brasil es un escándalo de corrupción cuyas dimensiones aún no se han establecido. Nada – repito: Nada – se acerca a lo que está pasando ahora mismo. El Gobierno vendió el país a los parlamentarios de lo que se conoce como 'Centrão', un grupo de cretinos que toman decisiones puramente políticas sobre el dinero de la Unión con miras sólo a sus propios intereses. Podría decirse que este es el mayor escándalo de corrupción en la historia del país, y esto no es una hipérbole.

 

En su primer año en el cargo, Jair Bolsonaro sancionó R$ 30.000 millones en reformas presupuestarias secretas. Tuvo la opción de vetar los recursos, pero decidió autorizar el pago del 100% de los fondos indicados por el Congreso. Con eso, en 3 años, el Presidente entregó al Congreso la decisión de qué hacer con R$ 65.000 millones, que deberían pertenecer a sus ministros. (CNN)

 

La Operación Lava Jato afirma haber recuperado R$ 6.280 millones que le fueron sustraídos a Petrobras. En su mandato, Bolsonaro y Centrão produjeron una fuga de más de 10 Lava Jatos. Y que haya sido “legalmente” lo agrava aún más, porque este delito ni siquiera es punible.

 

La mitad del dinero que debería haber ido a las ciudades de Brasil terminó en solo el 7,6% de los municipios. Un escándalo colosal capaz de operar electoralmente a miles. Tomemos, por ejemplo, el caso de Gilberto Gonçalves, del PP. Es alcalde de Rio Largo, en Alagoas.

 

Es el gordito del sombrero. El otro es Arturo Lira.

A Gilberto Gonçalves se le presentaron R$ 15 millones en enmiendas presupuestarias secretas solo en 2021. ¿Qué pasó con ese dinero? Probablemente desapareció por un desagüe de robo.

 

¿Cuál fue el efecto de esta inversión firmada por Arthur Lira en la ciudad de Gilbertinho? El propio Arthur Lira fue el diputado federal más votado en el municipio (17,19% de los votos). Gabi Gonçalves, hija del alcalde y del mismo partido que Lira (Progressistas) hizo el 24,87% de los votos locales para diputada estatal y resultó electa.

Matemáticas, hijo mío

Y mientras Lula obtuvo el 56,50% de los votos en el estado, frente al 36,05% de Bolsonaro, en la ciudad donde Lira invirtió su presupuesto secreto el margen fue mucho más estrecho: 50,74% para Lula y 41,75% para Jair. Hay miles de ciudades en todo Brasil en el mismo esquema. Jodidamente funciona.

 

Claudio Weber Abramo, pionero y destacado periodista de datos, ya fallecido, hizo esta relación hace muchos años: "Hay un costo promedio por voto en Brasil. Si gastas suficiente dinero, te eligen".

 

En un completo estudio, él mostró en una tabla cuánto costaría cada voto en cada estado del país, como si fuera una subasta. ¿Quieres ser elegido? Solo haz los cálculos.

¿Necesitas 'X mil' votos? Gasta 'Y mil' reales. Es una fórmula. No siempre funciona, puede ser más caro de lo esperado, pero si gastas más, obtienes más votos, esa es la lógica. El gobierno actual ha institucionalizado el sistema de compra directa de votos; nuevamente: este es el esquema de corrupción más grande de la historia."

 

La denuncia de Demori es concreta. No es ideología, es corrupción. Esto explica las heterogéneas alianzas parlamentarias que existen y los saltos más allá de las supuestas ideologías. Tampoco es cierto que haya mayorías parlamentarias que no se puedan construir. Por supuesto, algunas son más onerosas que otras. El resto es piripipí para que los televidentes argentinos vean espejimos en el desierto político.



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