La reducción del gasto en Servicios Sociales (que incluye políticas destinadas a Agua Potable y Alcantarillado, Ciencia y Técnica, Educación y Cultura, Promoción y Asistencia Social, Salud, Seguridad Social, Trabajo, Vivienda y Urbanismo) y en Servicios Económicos (que contempla políticas dirigidas a Agricultura, Comercio, Turismo, Comunicaciones, Ecología y Medio Ambiente, Energía, Combustibles y Minería, Industria, Seguros y Finanzas, Transporte) repercute en una reducción de la participación de esas partidas, del 1% y del 3% respectivamente, sobre el presupuesto total. Como contracara, la Deuda Pública aumenta su participación sobre el total del gasto en casi un 3%.