Las transacciones monetarias y no monetarias en el sistema financiero a través de medios electrónicos fijos y en particular móviles, y en cajeros automáticos, volvieron a registrar máximos históricos. Tanto en montos ajustados por inflación y corregidos por estacionalidad como en cantidad de transacciones, este fenómeno indica que a cinco años de su generalización aún parece no haber encontrado su techo, habida cuenta de que se observa por un lado la consolidación y ampliación del uso de las billeteras electrónicas y, por el otro, el impulso de aplicativos para el pago de impuestos y servicios públicos; recarga de celulares y de tarjetas de transporte; y también de solicitud de préstamos y operaciones de colocación de dinero a plazo fijo.